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OTROS ENCLAVES DE INTERÉS ARQUEOLÓGICO EN POBLACIONES Y LUGARES PRÓXIMOS A LAHIGUERA.

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HAY IMPORTANTES ENCLAVES DE INTERÉS ARQUEOLÓGICO EN POBLACIONES DE LA CAMPIÑA ALTA, LUGARES MUY PRÓXIMOS A LAHIGUERA.

De la época medieval encontramos, también en las cercanías de Lahiguera, numerosos vestigios en forma de torres defensivas o de comunicación. En la mayoría de los casos estas torres se concentran en el triangulo formado por las localidades de Torredonjimeno, Torredelcampo y El Berrueco. En el enclave el Cerro Villagordo, en las proximidades de El Berrueco, una excavación reciente ha permitido obtener información relevante sobre el asentamiento de un oppidum en este lugar. Con funciones simbólico-funerarias está la Cista de Villagordo en el Museo Arqueológico de Jaén, la cual lleva encima una cabeza de lobo, mientras sus patas delanteras sujetan las aristas de la tapa.
Cista de Villagordo. Un arca funeraria con imagen en la tapa del lobo tan característico de la cultura ibera.
 Localización de yacimientos jiennenses a los que hago referencia en el artículo.

En todos los casos se trata de torres de distintas épocas, construidas en muchos casos por los musulmanes (siempre se escuchaba a los mayores nombrarlas como torres moras) y en otros casos son torres construidas por los cristianos, con el mismo objetivo de defensa y comunicación en las múltiples décadas, en que todo este terreno sufrió incontables ataques de los musulmanes del reino nazarí y viceversa de los conquistadores castellanos, a lo largo del tiempo que fue territorio de frontera.

 
Poblaciones próximas a Lahiguera, referidas por sus yacimientos arqueológicos.

 Oppidum, Castillo y fortaleza medieval del Berrueco y Torre Olvidada (ejemplo de torre de vigilancia).


La importancia arqueológica de esta parte de La Campiña del Alto Guadalquivir, se constata cuando comprobamos que en las poblaciones de los alrededores de Lahiguera, encontramos también importantes vestigios históricos y arqueológicos, que dan buena muestra de la importancia que debió alcanzar todo este territorio, que actualmente comprenden varias poblaciones de la Comarca de la Campiña Alta de Jaén, durante el largo recorrido histórico que se inicia en épocas protohistóricasy llega hasta las épocas más modernas.


https://wwwhttps://www.youtube.com/watch?v=1b1FC8mc4Ug

Por su importancia no debemos dejar de citar la villa de Porcuna, que desde su antigüedad se erige como uno de los enclaves arqueológicos más reseñables de toda la comarca de la Campiña del Alto Guadalquivir de Jaén.
También se ha constatado una necrópolis ibérica superpuesta a la anterior, fechada esta entre los siglos IV y  II antes de Cristo.

 



Las excavaciones que se han venido realizando en los últimos años han ido permitiendo descubrir todo un interesante complejo urbano de la época romana, superpuesto a otro nivel a otros yacimientos de culturas indígenas anteriores.

Apareció una necrópolis ubicada en lo alto de un cerro conocido como Cerro Blanco. La necrópolis de Cerrillo Blanco es hasta el momento el conjunto escultórico ibérico más importante de los conocidos en La Campiña, un conjunto destruido poco tiempo después de llevarse a cabo y enterrado en unos 1400 fragmentos en zanjas cubiertas con grandes losas. En la actualidad, la mayor parte de todo este conjunto escultórico, puede apreciarse y estudiarse en el Museo Provincial de Jaén.
Ubicación de yacimientos arqueológicos en Porcuna.

  Conjunto escultórico Iberico encontrado en Cerrillo Blanco de Porcuna y que se puede contemplar en el Museo de Arte Ibérico de Jaén

La necrópolis del Cerrillo Blanco es un complejo túmulo funerario de ciertas características orientalizantes, datado en el siglo VII antes de Cristo que consta de veinticuatro sepulturas individuales en fosa y una megalítica (González y otros, 1980: 183-218). (1).
 
En Cerrillo Blanco de Porcuna, en el mismo lugar donde en la segunda mitad del s. V antes de nuestra era (a.n.e.) se construyó y posteriormente se destruyó y enterró, el monumento ibero más importante de los conocidos hasta ahora, se localiza un túmulo funerario. La estructura tenía diecinueve metros de diámetro y estaba delimitado por lajas de piedra. Encerraba el túmulo un total de veinticuatro tumbas de fosa y una de cámara de planta poligonal. Todas seguían el rito de la inhumación y eran individuales, salvo la cámara que tenía un enterramiento doble: un hombre y una mujer. Se podía analizar una distribución de los enterramientos según el género como ya se había constatado en el túmulo A de Setefilla. Sin embargo en Cerrillo Blanco la cámara formaba parte del proyecto constructivo inicial, es decir, el enterramiento doble no se impuso sobre el túmulo destruyendo parte de las tumbas de la necrópolis de base porque, desde un primer momento, se reservó un espacio excéntrico del círculo para ubicar en él la cámara y se marcó un espacio de respeto en torno a ella en el que no se excavó ninguna tumba. Es posible incluso que fueran los enterrados en la cámara los que inauguraron el espacio fúnebre. El túmulo reúne muchos de los ingredientes que serán moneda común en la emergencia de las aristocracias ibéricas. El primer factor a valorar lo constituye el enterramiento de una pareja (hombre-mujer) en la cámara, lo que no deja lugar a dudas del papel que está cobrando el linaje en el seno de la nueva sociedad ibera, pero sobre todo que el hacer visible la estructura de parentesco a través de la aparición de la pareja de antepasados, pretende ordenar el espacio funerario. Se hace patente la oposición entre lo representado por el grupo de tumbas individuales, donde la legitimación del linaje descansaría en el conjunto de mujeres, y la asociación cámara-pareja que también reclama la legitimación del linaje. A mediados del siglo V antes de nuestra era (a.n.e.) la recuperación del espacio funerario del túmulo para cuidadosamente enterrar un conjunto de esculturas, que representa la historia del linaje, confirma el éxito del segundo de los modelos expuestos, porque confirma el tiempo largo que el lugar tendrá para la historia funeraria del grupo. En todo caso, es este el primer capítulo, si se quiere la introducción a lo que fue la sociedad aristocrática ibera de la Alta Andalucía, una historia de largo recorrido, más largo cuanto mejoren la legitimación de un linaje. Es difícil pensar que el aristócrata-oligarca enterrado ocho siglos después en Los Robles conociera la larga genealogía que había definido las relaciones sociales, en el tiempo y el espacio; pero de lo que no cabe duda es que cuando creó la necrópolis en su propiedad, en el centro mismo de la tierra, estaba pensando en tiempo largo, igual que sucedía en Piquía. Es posible que sus comportamientos y actitudes públicas fueran básicamente romanos, pero también que en el ámbito privado y en sus relaciones con “su casa”, es decir con sus clientes y con el verdadero poder, el que reside en la tierra, su pensamiento y desde luego su modo de vida, continuara siendo el de un ibero. (Molinos, M. 2012 pp. 42-43) (2)

Mediante Resolución de 12 de julio de 2013, la Dirección General de Bienes Culturales e Instituciones Museísticas publicaba el 26 de julio de 2013, Boja Nº 146 pp. 46-51, se incoaba la Inscripción en el Catalogo general del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural la Zona Arqueológica de los Yacimientos del Término Municipal de Porcuna.

Muy cerca de Porcuna se localiza otra interesante “turris” en el paraje llamado Huerta del Comendador. Este yacimiento ha sido excavado recientemente.

Torre y Pilar de la Huerta del Comendador de Porcuna, Bien de Interés Cultural de Andalucia.

Fotos antiguas del Pilar de la Huerta del Comendador de Porcuna.

También cerca de Jaén en el paraje llamado Puente Tablas se han localizado más enclaves ibéricos. El asentamiento se ubicaba originalmente en dos cerros que fueron rodeados por una potente muralla de trazado irregular, lo que provocó la colmatación del espacio entre ambas cotas, formando así una meseta aplanada de unas 6 hectáreas de superficie y 430 m de cota máxima. Es un oppidum de tamaño medio respecto a otros que se han documentado, y que datan de la misma época, y su cronología abarca desde inicios del primer milenio a.C. hasta finales del siglo III a. C., con un momento de abandono intermedio a mediados del siglo IV a. C. y con un breve lapso de ocupación en época islámica. La excavación del asentamiento se ha ido sucediendo desde las campañas realizadas en la década de 1970 por Juan Maluquer de Motes y a mediados de la década de 1980 por el equipo de arqueología de la Universidad de Jaén, permitiendo grandes avances en la investigación y el conocimiento del poblamiento ibérico en la Alta Andalucía.


Enclave Ibérico de Puente Tablas. Vista aérea del yacimiento.

El yacimiento ibero de Puente Tablas (Jaén), es uno de los principales de la época existentes en la comunidad andaluza, el palacio de la ciudad ibérica de Puente Tablas se ha convertido en el primer palacio ibero excavado en Andalucía. Se trataba de un edificio de unos 400 metros cuadrados, con una planta en forma de ele, dividido en cuatro partes, y con una zona con un patio central que distribuye varias habitaciones alrededor. Una de las partes de edificio era la pública, donde el aristócrata recibía a sus clientes, y otra era la privada, "la de la mujer y de la familia", que tuvo además una segunda planta. Además, había una zona de culto, con un pequeño santuario y una zona de producción de aceite o vino. Según la fuente, no se han encontrado muchos materiales pero sí elementos arquitectónicos muy importantes, que permiten saber que el agua del patio se sacaba del edificio a través de un canal. Uno de los elementos que más ha sorprendido es un patio de columnas con la base de piedra y el resto de madera, y se han encontrado revoco de paredes pintadas en estuco rojo. Desde que fuera descubierto a principios de los años setenta, el yacimiento de Puente Tablas, integrado en la Red de Espacios Culturales de Andalucía (RECA) junto a los enclaves jienenses de La Villa Romana de Bruñel y Cástulo, ha sido objeto de diversas campañas de excavación, las cuales han puesto al descubierto más de 6.500 metros cuadrados de restos arqueológicos. Estos restos se remontan a la Edad del Bronce, aunque no fue hasta el siglo VII antes de Cristo cuando se construye una potente fortificación y se dispuso la urbanización del poblado, que se mantuvo en los siglos siguientes pasando las casas de planta circular a ser cuadradas y pavimentadas. Se trata de un asentamiento de tipo medio, del siglo IV antes de Cristo en el que pudieron vivir unos 743 habitantes y que se encuentra en el término municipal de Jaén, al noreste de la ciudad, a unos 7 kilómetros de distancia, y en él se conservan restos desde la Edad del Bronce hasta la época islámica.
 
Excavación del Palacio del Príncipe Ibero de Puente Tablas.
Enterramiento del Príncipe Ibero en Puente Tablas.

En Menjibar se encuentra el “oppidum” del Cerro Maquiz, donde se ha considerado ubicada por algunos especialistas la población ibérica de Iliturgi. La ciudad ibero-romana de Iliturgi, localizada en Cerro Maquiz (Mengíbar), destaca entre los yacimientos arqueológicos más importantes de época ibérica en todo el territorio nacional. Así lo demuestra el hecho de que haya 3 vitrinas con las piezas más representativas y conocidas en distintas salas de arqueología ibérica en el Museo Arqueológico Nacional, recientemente abierto al público tras varios años cerrado por importantes reformas tanto constructivas como museográficas.
Así, junto al mayor icono de la arqueología ibérica, la “Dama de Elche”, podemos contemplar los famosos “Bronces de Maquiz” (los otros dos restantes se conservan en la Real Academia de la Historia, también en Madrid). Además, y como novedad en el remodelado Museo Arqueológico Nacional, también se puede contemplar junto a los Bronces el cinturón que apareció en Mengíbar hace 154 años junto a ellos, y que hasta ahora nunca había estado expuesto.
Además, el Patrimonio Arqueológico de Mengíbar también está representado por el conocido como “Tesorillo de Mengíbar”, que en esta ocasión únicamente se exponen 4 objetos de plata (recordar que el conjunto completo son unas 17 piezas, todas ellas de plata y de una manufactura excelente).
También de época ibérica es una “espada de antenas” (no confundir con la famosa “Espada de Mengíbar” de la Edad del Bronce, que desgraciadamente, se encuentra en paradero desconocido).
Por último, aunque de una época anterior y, por tanto, en las Salas de Prehistoria, concretamente en la Sala de la Edad del Bronce, también encontramos en el Museo otra pieza atribuida a Mengíbar, el famoso brazalete con espirales colgantes, todo ello de oro.

 


Las cuatro cabezas ibéricas de bronce de Cerro Maquiz, encontradas en 1860 en Mengíbar, Jaén, se expusieron, en el Museo Provincial de la capital jienense.
El conjunto de bronces, encontrados de forma casual por dos labradores, llegaron a Jaén desde el Museo Arqueológico Nacional, donde se encuentran dos de ellas, y desde la Real Academia de la Historia, donde están las otras dos desde 1861.
Estas últimas no han sido expuestas públicamente nunca y sólo han estado accesibles para investigadores y especialistas con autorizaciones especiales, mientras que las otras dos estuvieron en la Exposición Internacional de París de 1867 y en el Pabellón de Arte Español de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.
El conjunto histórico no tiene una cronología definida al no estar contextualizado su hallazgo, sin embargo, según los estudios recogidos por la Asociación Amigos de los Iberos, formó parte del ajuar de una sepultura principesca, y debieron reforzar los timones centrales de un carro, uso éste que en el ritual funerario ibero está vinculado a los más altos niveles sociales. Una de las piezas presenta un apéndice de un asa circular que se interpreta como pasarriendas para amarrar los animales de tiro al asta del carro.Los bronces están rematados con la cabeza de un lobo, animal relacionado al ritual funerario y recuerdan al bronce recientemente encontrado en la necrópolis de Piquía, en Arjona, que representa la cabeza de un guerrero devorada por un posible lobo, que pertenecía a un carro principesco localizado en una tumba del siglo I antes de Cristo y que también se une a este espacio dedicado del museo.





A poca distancia de Menjibar en nuestra vecina Cazalilla se encuentra el yacimiento arqueológico de La Coronilla. Estos restos de Cazalilla están ubicados en el Cortijo de la Atalaya Alta en el referido término municipal. Este yacimiento presenta niveles prehistóricos e íberos, que han sido sólo excavados en parte recientemente (Salvatierra, 1995:217). (3). Otros “oppida” situados en las cercanías de Lahiguera, podemos encontrarlos el Los Villares de Andujar o las Atalayuelas.

En la vecina localidad de Fuerte del Rey se ubica el yacimiento del cerro del Espino con una “turris” íbero-romana. Tan sólo a unos pocos kilómetros más al sur, cerca de la carretera que une la aldea de Garcíez con Torredelcampo se encuentran, al pie de un promontorio rocoso, los restos de un pequeño aljibe romano, construido con “opus cementicium” (Salvatierra, 1995: 217). (3). Otro enclave de la época romana lo encontramos en Torredelcampo, en el paraje denominado Cerro Miguelito, donde se ubican los restos de la muralla romana superpuesta a otra muralla más antigua del preexistente “oppidum” ibérico (Salvatierra; 1995:217). (3)

En la excavación realizada en la necrópolis de la Cuesta del Parral, en la vecina localidad de Arjona, aparecieron cráteras áticas, recipientes de cerámica tardía, un carro funerario con adornos en bronce e inscripciones íberas forman parte del rico ajuar hallado en la cámara funeraria del príncipe íbero de Arjona, del siglo I a. C., que aporta nuevos datos sobre la pervivencia de la cultura íbera en época romana. Alrededor de la cámara funeraria, que es de mampostería con grandes sillares y planta rectangular, y que estuvo semienterrada, se encuentran casi una treintena de tumbas separadas por la llamada zona de "respeto", según el arqueólogo, Francisco Gómez. Al interior de la cámara funeraria se llegaba a través de unos escalones y enfrente se construyó una repisa sobre el suelo enlosado y dos nichos en un lateral a modo de cajas.

Además se ha hallado una zona donde se realizaban los ritos funerarios y la cremación de los cuerpos, y se ha documentado un ritual de libación (ceremonia religiosa que consistía en derramar vino u otro licor después de probarlo) que pone de manifiesto que, "a pesar de la presencia romana, eran íberos y pensaban como íberos", según el director del CCAI, Arturo Ruiz. Aunque lo más importante, además de la edificación de la cámara, es el ajuar encontrado en su interior, "de la riqueza propia de un príncipe y su familia", según Ruiz.

Otro de los hallazgos más sorprendentes es la inscripción en escritura íbera meridional, en la tapadera de una urna de plomo, en la que aparece el que podría ser el nombre incompleto del príncipe allí enterrado junto a su familia: ...ILTIR hijo de EKATERUTU, y es la primera vez que se documenta el nombre de un íbero.

Del conjunto de materiales encontrados destacan siete cráteras áticas (vasijas de gran capacidad para el vino o el agua) de figuras rojas del siglo V antes de Cristo, una de ellas con algo excepcional, una escena dedicada a temas de mujer.

Las cráteras conviven con un ánfora, restos de un gran vaso de vidrio, una espada corta, más de 148 tabas (huesos para juegos o apuestas) y un importante número de cerámica ibérica campanicense pintada.

También se han excavado los restos de un carro funerario de hierro y madera con apliques y adornos de bronce, del que destaca "un hallazgo excepcional": la cabeza de un guerrero ibero que está siendo devorada o vomitada por un animal, seguramente un lobo o un león, que recuerda a piezas existentes en el Museo Arqueológico Nacional procedentes de Cerro Maquiz en Mengíbar (Jaén), hallados en el siglo XIX.
 
Yacimiento de la Cuesta del Parral de Arjona, donde aparecio la Camara funeraria del Príncipe ...Iltir hijo de Ekaterutu. El arqueólogo Francisco Gómez posa junto a la excavación. 
 Recipientes de cerámica aparecida como ajuar funerario de ...Iltir.

La necrópolis de Piquía se localiza a poco más de un kilómetro al norte de la localidad de Arjona, un municipio de la campiña de Jaén (que desde siempre fue el referente de nuestros antepasados higuereños, hasta que comenzó a tomar creciente importancia la villa de Andújar en época medieval), en un contexto muy antropizado desde la antigüedad, donde el olivar intensivo ha sustituido a prácticas agrícolas más tradicionales como el cultivo del cereal. En la ciudad se han realizado numerosas intervenciones arqueológicas, que han dibujado una secuencia que se inicia en la prehistoria reciente y continúa hasta la actualidad salvo un importante transcurso entre el ibérico antiguo y época ibera tardía. Efectivamente las excavaciones no han documentado en ningún momento restos correspondientes a las fases plenas, lo que podría vincularse a la intensiva y continuada ocupación del casco urbano, aunque más probablemente, como sugiere la secuencia de las intervenciones arqueológicas preventivas realizadas en los últimos años, esta ocupación no tuvo lugar, lo que se convierte en un dato clave en la interpretación de la necrópolis de Piquía. La secuencia de la ciudad vuelve a reiniciarse a partir del s. II antes de nuestra era y alcanza gran desarrollo a partir de la mitad del s. I a.n.e. o antes de Cristo.


Tradicionalmente se ha vinculado con la antigua Urgao Alba de Plinio, así parecen confirmarlo los restos epigráficos, y para la ciudad se ha indicado un temprano estatuto privilegiado que se iniciaría con César. La intervención arqueológica en Piquía ha sacado a la luz una necrópolis tardía que se inicia en un momento quizás avanzado del siglo I a.n.e. aunque este extremo deberá ser confirmado con estudios posteriores. Se intervinieron más de veinte complejos funerarios destacando entre estos algunas sepulturas de cámara o incluso dos columbarios muy afectados por las riadas, también hasta quince cistas y algunas sepulturas en simple fosa, así como una sepultura infantil, en este caso de inhumación,  para cuya construcción se recortó una tégula, la única localizada en la excavación. Salvo este último caso, todas las sepulturas son de incineración y todo el material se compone urnas y ajuares, a excepción de algunas piezas (ánfora Dressel A1, algún vidrio) son de tipología netamente ibera. Entre las tumbas excavadas destaca una cámara donde se registraron un total de seis enterramientos en urna, algo impensable para épocas ibéricas anteriores, salvo en los niveles que caracterizan la cúspide social, que en sí mismo es un claro exponente de una sociedad donde la pervivencia de las formas culturales ibéricas se encuentran ya hibridadas con la nueva realidad que supuso la conquista romana. Baste como botón de muestra que en un extremo de la necrópolis se identificó un columbario, al menos de dos plantas, donde todos los elementos materiales, urnas incluidas, son de exclusiva tipología ibérica: matriz constructiva romana, matriz ideológica ibera. 
Arqueta funeraria de los Guerreros del yacimiento de la Necrópoli Iberica de Piquía en Arjona.
 
Arqueta funeraria del Príncipe Guerrero Ibero. Siglo I antes de Cristo. Necrópoli Iberica de Piquía en Arjona

Pero por encima de todo en la necrópolis destaca un monumento excepcional, una cámara funeraria, parcialmente expoliada quizás en la propia antigüedad y también parcialmente en época reciente, que presenta una magnífica mampostería de grandes losas de arenisca y caliza, perfectamente escuadradas, con morfología rectangular, presentando un ancho de 1,5 metros y un largo de 2,9 metros. El acceso a la cámara se localiza en su lado oeste, conservándose cuatro peldaños de la escalera que descendía al interior. En el muro del fondo se localiza un bloque de caliza que funciona como plataforma para depositar probablemente parte de las urnas. Al exterior, la cámara está rodeada de un surco perimetral, que dibuja un círculo de 5 metros de radio con una profundidad variable y un ancho bastante uniforme de 70 centímetros, que la aísla del resto de la necrópolis. La sepultura propiamente dicha presenta en su vértice noroeste un orificio desde el cual queda conectada, mediante un canal, con otras estructuras, pequeños hornos, donde se realizaron con toda probabilidad rituales posteriores al enterramiento del personaje allí enterrado, que participó de estos rituales mediante las libaciones que se realizaron en su honor y memoria. Precisamente en la entrada del canal de libación se depositó un ánfora Dressel A1, que muy probablemente recibió en su interior los vertidos en los rituales mencionados. En el fondo de la cámara, en un espacio no enlosado, en una fosa practicada en la misma tierra, que conforma el sustrato natural del lugar, se enterró un carro de madera y hierro con varios apliques de bronce. Destaca el elevado número de piezas cerámicas de tipología ibérica aunque también un gran vaso de vidrio, cuya forma no se puede valorar en este momento, de factura claramente romana. Todo el material, en su tipología cerámica, en las importaciones o en la propia simbología asociada a los elementos del carro, conduce a un momento coherente con el resto de la necrópolis: siglo I a.n.e. quizás avanzando hacia su mitad. Sin embargo en ese mismo contexto se localizan un kilix y un total de siete cráteras áticas de figuras rojas, una de ellas con una cronología, que no avanza más allá de finales del siglo V a.n.e., mientras las otras seis se corresponden muy homogéneamente con la primera mitad del siglo IV a.n.e., y además plantean un programa iconográfico muy coherente.

¿Cómo explicar esta especie de “totum revolutum”, que define un contexto cerrado? No hay ninguna duda, (descartada totalmente una reutilización tardía de una sepultura de época plena ibera cuatro siglos anterior), de que el contexto de la tumba, como el de la propia necrópolis de la que se alza como vértice jerárquico, debe situarse en el siglo I a. C.; pero también que los materiales áticos fueron depositados allí en esa misma cronología. ¿Amortización tardía de material?, ¿expolio de sepulturas anteriores? Desde luego, dada la ausencia de restos arqueológicos correspondientes a época plena en Arjona, las siete cráteras deben proceder de otro asentamiento y, o bien habían sido tesaurizados como bienes de indudable prestigio, lo que parece excesivo en tan dilatada secuencia temporal, o bien fueron extraídos de otro contexto funerario en el momento en que se produce la reocupación del solar de Arjona a lo largo del siglo II a. C. o a.n.e. o incluso con posterioridad. Si es así, los materiales griegos podrían vincularse con una tumba principesca del siglo IV a.n.e. procedente de alguno de los oppida que tras la Segunda Guerra Púnica fueron abandonados o destruidos como consecuencia del conflicto y de los reajustes que la presencia del nuevo conquistador supuso en la zona de la campiña de Jaén. En cualquier caso el hecho mismo de amortizar estos excepcionales materiales en una necrópolis de un sin duda príncipe ibero de Arjona durante el siglo I a.n.e., en una cámara que inaugura y ordena el recinto funerario, debe asociarse a un intento de legitimar una nueva fase en la historia del propio príncipe: la redefinición o quizás la refundación de un nuevo linaje sobre las cenizas de aquellos antepasados, fuesen reales o no. En suma cuando ya la presencia romana iba a cumplir dos siglos se produce un intento de reafirmar, en la muerte, los orígenes ibéricos del linaje. Es una posición que evoca al pasado, seguramente también el presente, principesco del personaje (en este momento no podemos determinar si se trata de un solo individuo o de una pareja) enterrado en la cámara, pero en un contexto en el que se abría paso el mundo de la ciudadanía romana. Un príncipe ibero en la muerte y seguramente en las relaciones clientelares, que con seguridad mantuvo con el resto de los enterrados en la necrópolis, pero que también, con toda probabilidad, como clase propietaria formó parte de la naciente oligarquía de Urgao, si es que así podemos denominarla. Difícil resulta no evocar lo que veíamos en el caso de Los Robles, más de un siglo después. (Molinos, M. 2012. pp.: 34-36). (2)
Cabeza de un guerrero ibero que está siendo devorada por un animal.

 


Se trata de una cabeza de guerrero ibero que está siendo devorada o vomitada por un animal, seguramente un lobo, que recuerda por sus características las piezas también de carro, existentes en el Museo Arqueológico Nacional, procedentes de Cerro Maquiz en Mengíbar y hallados en el siglo XIX, sin descartar que se trate de un león.

Pinchando en estos enlaces puedes ampliar información referida al yacimiento de la llamada Cámara de Arjona  y los datos sobre este importante resto de la cultura ibero-romana.
http://videos.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/artes-general/la-camara-de-arjona-aporta-nuevos-datos-sobre-la-relacion-ibero-romana_JvPO2kr9b0mZznqJoGhJQ3/


Granada 15 de Mayo de 2014.
Pedro Galán Galán.
Bibliografía:

(1) González, J. y otros (1980): “La necrópolis de Cerrillo Blanco y el poblado de los Alcores (Porcuna, Jaén)”, Noticiario Arqueológico Hispánico, 10:183-218.


(2) Molinos, M. 2012: En la vida y en la muerte: Las necrópolis ibéricas de la Alta Andalucía. 34-36 y 42-43. En González Reyero, S. Íberos: sociedades y territorios de occidente mediterráneo. CSIC. Madrid. 

(3) Salvatierra Cuenca, Vicente: (1995) Guía Arqueológica de la Campiña de Jaén. Granada.
Sierra Nevada 95/ El legado andalusí.1995:217.

Otros textos de referencia:

Molinos, M., Ruiz, A.; 2007: El hipogeo íbero del Cerrillo de la Compañía de Hornos (Peal de Becerro, Jaén), Junta de Andalucía. Universidad de Jaén, Jaén.

Molinos, M., Ruiz, A.; 2010: “De la cámara de Toya al Hipogeo de Hornos”, en A. Rodero Riaza y M. Barril Vicente (coord.) Viejos yacimientos, nuevas aportaciones ciclo de conferencias del Museo Arqueológico Nacional, 10-11 de diciembre de 2003. Ministerio de Cultura, 54- 77.

Ruiz Rodríguez, A. 2007: “Los Iberos”, en Gracia, F. (ed.) De Iberia a Hispania. Barcelona, 733-839.

Ruiz, A. y Molinos, M. 2007: Iberos en Jaén. Jaén.

Ruiz, A. y  Molinos, M. Gutiérrez, L. M. y Bellón, J. P., 2001: “El modelo político del pago en el alto Guadalquivir (S. IV-III a.n.e.)” Gerona, 11-12.

Ruiz, A. y Molinos, M. 1993: Los Íberos: análisis arqueológico de un proceso Histórico. Crítica. Barcelona.

 

ENTORNO DEL CORTIJO DE SAN JOSE.

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Entorno del Cortijo de San José,  "El cortijillo":


He de aclarar que "El cortijillo" era el nombre que le daban sus más recientes dueños cuando lo habitaron hace tan sólo unas décadas.

Aunque este cortijo ya se ha mencionado en otra de las publicaciones de este Blog, trato de mostrar algunas imágenes más recientes, que por un lado manifiestan la belleza de su entorno, y que por otro, sin embargo, nos muestran la cara más triste de la evolución de esta edificación ... hacia su deterioro.


Cae la tarde:  el sol peinando el cereal con sus último rayos.

Cerro de Corbunillo asomando sobre la plantación de trigal.




Algunos almendros quedan todavía a su alrededor...

...también eucaliptos, que con tanto cariño plantaron los que lo habitaron.


Ahora las imágenes del cortijo realizadas tan sólo hace unos pocos días. Al margen de las continuadas "invasiones" recibidas, una parte de su tejado se ha derrumbado. Por desgracia, comienza su paulatina destrucción.



Imágenes desde el camino de acceso a este cortijo, que toma su inicio en el antiguo "camino Jaén".



Enlace de video sobrevolando este entorno:


Vuelo Camara en Pie 16/4/2013. from kunkache on Vimeo.



Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 19/05/2014.




Nocturnas en El Peñón.

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Nocturneando por la cortijada de El Peñón:

Fotografías realizadas el 7 de marzo del 2014.



Juan José Mercado Gavilán
Lahiguera, a 25 de mayo del 2014.

EL ENCANTO DE LA NOCHE.

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 El encanto de la noche.

     Hay lugares de los que nunca acabas de disfrutar plenamente. No sé si será su orografía, su enclave, su historia, … o que uno los percibe de una manera especial.


Vista aerea.


     Para mí, uno de estos lugares, es el cortijo de La Bobailla (…ya mencionado en otros artículos de este Blog): situado en lugar de paso del antiguo camino Jaén-Andújar, cercano al puente romano del arroyo “salaillo”, y donde, desde tiempos del paleolítico, se suceden las distintas civilizaciones de nuestra historia hasta nuestros días. Por tanto, me atrevería a decir que este cortijo (lo que queda de él) ha sido el fruto de la constante remodelación de una vivienda que debió existir desde tiempos de Los iberos: los restos son evidentes. Posteriormente, esa pequeña vivienda “sufriría” un cambio pasando a ser casa romana: a juzgar también por los abundantes restos de tégulas y cerámica  que se pueden ver en la zona. Así, y con el paso de los siglos, supongo que esta pequeña edificación ha ido siendo adaptada a cada período de su historia y sus habitantes.

La Bobailla.


     Hasta hace pocos días fue uno de tantos cortijos de nuestra campiña donde varias familias desarrollaban su vida dedicados a la agricultura y la ganadería, incluso viniendo a diario desde lugares bastante remotos para echar el jornal y volver de nuevo con el preciado salario. Recientemente, me contaba un asiduo trabajador de este cortijo en años pasados, que existía un corral aledaño que tenía cabida para cerca de mil cabezas de ganado (hoy no quedan restos del mismo).




     Pero se percibe este lugar de una forma muy distinta en el momento en que el día ha caído y tiene lugar la noche: unas sesiones de fotografía nocturna servirán para mostrarlo.

Este árbol "solitario" me llama la atención entre tanta plantación de olivar.
Cerro de "Cabritas" al fondo-derecha.

Pocos muros quedan en pie, …y estas puertas que formaban parte de una las entradas existentes al cortijo luchan por mantenerse erguidas aún al día de hoy.





     Durante el silencio de la noche, algunos sentidos se agudizan: aunque nuestra vista queda limitada,  sin embargo… se acentúa el oído. Así, durante la realización de estas fotografías, se podían escuchar cómo los pequeños roedores salían de entre las piedras y merodeaban por el lugar ante el “asombro” de una extraña presencia, los que al recibir “el linternazo”, primero se quedaban pausados y expectantes,  y en un instante, de repente, volvían a sus recónditos lugares.




     También unas aves nocturnas advirtieron la presencia de algo poco habitual en estos tiempos en que estos cortijos sufren el abandono, y con una especie de graznido querían amonestar a los  “intrusos”: Casi se podía deducir que pedían nuestra expulsión de su territorio. El canto comunicativo de los mochuelos es otro de los sonidos que acompañaban la noche, …y el ir y venir de los conejos hacia las madrigueras.


     Pero dadas las circunstancias de los tiempos en que vivimos, también tienen lugar otros sonidos en la noche: los que producen la constante circulación de vehículos a motor por la actual carretera que lleva de Andújar a Jaén, pasando por nuestro pueblo. Desde esta ventana se aprecia la trayectoria de luz que lleva hasta las cercanías de Lahiguera, y cuya “contaminación lumínica” nos advierte de su situación. Al contrario de lo que ocurre con nuestro sentido auditivo en “el silencio” de la noche, estas imágenes no son perceptibles por nuestra vista, pero sí por las cámaras fotográficas sometidas a una larga exposición.

     Antaño, esta ventana que mira al Noroeste, posiblemente fuera la que vigilaba el tránsito por el antiguo Puente Romano que atraviesa el arroyo “salaillo”, paso obligado en tiempos pasados y no tan lejanos.



     La circumpolar que nos muestra parte de la fotografía delata el Norte geográfico: la situación de la Estrella Polar (más información en wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Estrella_circumpolar).



Al despedirme esta noche del lugar, me pregunto por aquella cabeza de león de la que escuché hablar, …¿dónde habrá ido a parar?.




Pequeños roedores…descansad.

Aves de la noche…ya disponéis de vuestro lugar.


Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 3 de abril del 2014.


FERIAS Y FIESTAS EN HONOR DE SAN JUAN BAUTISTA EN LAHIGUERA (JAÉN).

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PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN JUAN BAUTISTA DE LAHIGUERA, AÑO 2014.





¡Buenas noches! Sr. Alcalde y demás autoridades. ¡Buenas noches! paisanos y paisanas aquí presentes.

En primer lugar quiero agradecer al Excmo. Ayuntamiento de Lahiguera el que me haya concedido el honor de pregonar las Fiestas de mi pueblo. Entiendo que para un higuereño es una distinción mayor. Me siento muy honrado y muy feliz, por lo que reitero mi sentimiento de gratitud.
También deseo expresar el recuerdo afectuoso para todos aquellos higuereños que por fuerza mayor no se encuentran durante estos días entre nosotros; la emigración me quitó amigos y familiares y, naturalmente, un saludo también entrañable para todos los higuereños de adopción.
Permitidme que este acto lo dedique también a mis amigos, que han venido expresamente a acompañarme esta noche; a mi querida familia y, especialmente, a la memoria de mis padres.

He sido muy afortunado naciendo en esta Tierra, y más afortunado aún, pudiendo vivir y trabajar en ella en mi juventud. De todo ello guardo un entrañable recuerdo. Soy de una generación de la que algunos, con el sacrificio de nuestros padres, pudimos acceder a estudios superiores, y una vez titulados, había que buscarse la vida según necesidades y preferencias de las aspiraciones personales.
Pertenezco al grupo de higuereños que no pasan todo el año en Lahiguera, sino que van y vienen, aunque pensando siempre en ella y su historia. Ahora no disfrutamos de todos sus acontecimientos, ni padecemos todos sus rigores en verano; pero después de haber vivido durante muchos años en Lahiguera, ahora contemplarla de lejos, quizá da la oportunidad de conocerla mejor. Con el tiempo he aprendido que cualquier situación para ser comprendida ha de ser analizada desde dentro y desde fuera. Se suele decir “si quieres a tu pueblo, vete lejos”. Y es que, a veces, necesitamos alejarnos un poco de las cosas que amamos para poder verlas y apreciar mejor su valor desde la distancia. Parece que apreciamos más las cosas cuando no las tenemos a mano, cuando nuestra atención ha roto la rutina de cada día.



Recuerdo de modo especial cuando de niño como se percibía el anticipo de fiestas al llegar los zapateros de Andujar, a hacer su agosto de ventas de calzado y el ir y venir de las jóvenes, y madres con los niños. Cuando comenzaban a llegar los camiones de los feriantes con sus atracciones y empezaban a trabajar duro en el montaje de cada una de ellas.

Para muchos la parte más divertida de las fiestas, sin proponérselo, eran las situaciones cuasi cómicas que montaban Juana la de Cañones y Cañones su marido, año tras año se ubicaban en la esquina de la casa de Vicentillo, donde hoy está la terraza del Olivo. Cañones se apipaba de vino y Juana indignada organizaba su particular pasillo de comedias, él tras unos diálogos de lo más divertidos, y respondiendo a los argumentos de su esposa, terminaba acostándose debajo de los mostradores de juguetes y de la bisutería de feria, sacaba la mano por debajo de la faldilla de tela del mostrador  y asustaba a las niñas y jóvenes que se acercaban a ver la mercancía.

¡Que recuerdos! Alejandro el de las voladoras comenzaba a hacerlas girar e iba embarcando a cada cual en su sitio y los niños a esperar a que se completara, con la impaciencia del que esperaba arriba, y la advertencia de los padres de que no nos acercásemos por el recuerdo del accidente de Angelita la hija de doña Ana “la Boticaria”. El carrusel también se montaba en la calle Gran Vía donde se ubicaban todas las atracciones: los coches locos, las casetas de tiro, tómbolas de muñecas, etc.;  colocando el circo en las proximidades del pozo de los Pastores en los Eucaliptos.

La plaza era el lugar de concurrencia de todos, sus personajes y establecimientos: La Tómbola parroquial con los regalos donados por todo el pueblo para conseguir dinero para las obras de la iglesia, o para comprar imágenes (la Soledad de Domingo Sánchez Mesa y los Dolores de José Navas Parejo), el Casino y la Peña, Maeo con su voz nasalizada tan característica y sus helados de

“mantecao” (muy rico), el tío de los refrescos de sabor naranja y fresa que nos hacía beber a uno detrás de otro sin enjuague previo del vaso, el tío de los camarones con sus cucuruchos pequeños y bien igualados que llenaba según demanda, los tostaos del torrecampeño que servían para acompañar la cerveza, Colín padre e hijo y Victoria, el Cojo de la Perejila y María, los bares que venían de fuera, los puestos de turrones y coco en la calle Ramón y Cajal.

La Caseta municipal de baile en el centro de la Plaza, la valla y el corrillo de mujeres mayores sentadas alrededor del recinto, aquellas inexplicables dobles pistas de baile: la de entrada de  pago y la gratuita. La orquesta Sahara de Jaén, el reverso de la entrada de pago que decía: “Cuidado, ojos inocentes lo están mirando “y que a algún andujeño “aprovechao” le supuso el aviso del Jefe sobre su comportamiento.
Las carreras de cintas, las cucañas, la tarde de Toros con Juan “el Ciensa”, Juan Antonio “el Musiquillo” y Juanjo 2el Caballillo”, el Torneo de futbol con aquel equipo histórico de “Goguito”, Juanito de “la Riza”, Requero, Millán y una alineación bastante completa, las carreras de sacos que siempre ganaba Requero, ¡muchas situaciones divertidas! y el temido toro de fuego que concluía estos días de Fiesta. 

Según algunos estudios, la fiesta que ha derivado desde hace siglos como Fiesta de San Juan, tiene su origen en la celebración, en tiempos remotos, del solsticio de verano, donde ya la fiesta giraba en torno al toro, al vino y al fuego. El origen de la fiesta del Solsticio de Verano proviene del precristianismo, a la cual a posteriori se unieron las tradiciones religiosas de la iglesia católica. El hecho de adscribirse esta fiesta bajo la advocación de Juan El Bautista es la muestra de la cristianización última de un rito pagano que parece haber resistido sucesivamente influencias de la religión romana, paleocristiana, musulmana y, nuevamente, cristiana.

El solsticio de verano ocurre cuando la inclinación del semieje de nuestro planeta, ya sea en el norte o en el hemisferio sur, está más inclinado hacia el sol. La inclinación máxima del eje  de la Tierra hacia el sol es de 23 ° 26’. Esto ocurre dos veces al año, momentos en qué el Sol alcanza su posición más alta en el cielo, como se ve desde el polo norte o sur. El solsticio de verano ocurre en el hemisferio norte entre hoy 20 y el 22 de junio.

Fecha mágica la del solsticio, considerada la gran noche del amor, los oráculos, la adivinación y la fertilidad. Coincidiendo aproximadamente con la festividad de San Juan, desde tiempos prerromanos se han realizado en España diversas celebraciones en las que el fuego, en forma de hogueras o luminarias, jugaba un importante papel. Se ha interpretado que con esta acción se pretendía «dar más fuerza al sol» que, a partir de estos días de junio, va haciéndose más «débil» (los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno). De la historia de la humanidad se desprende que la noche del fuego es tan antigua como la propia humanidad y viene a renovar, según creencias, la esperanza de encontrar y conservar el poder supremo a través de un sol fortalecido y duradero. Durante los meses de otoño, invierno y primavera, nuestros antepasados del Yacimiento Neolítico de Los Pozos lo habían observado debilitado, con la consiguiente merma en los productos que derivaban de la caza, del ganado y de la tierra. Por consiguiente, la celebración traería consigo la esperanza de subsistencia y el deseo de vivir y gozar de una vida exenta de techo estable, entre chozas o a la intemperie.

Cuando la primavera deja lugar al verano, y la noche se hace más fuerte que el día, sale a nuestro encuentro la festividad de San Juan Bautista: emerge la figura del “hombre que no merecía desatar las sandalias de Jesús, El Salvador”, pero que era a la vez “el mayor de los nacidos de mujer”, según palabras de Jesús.
La historia bíblica nos recuerda que Juan el Bautista nació el 25 de marzo del año 7 antes de Cristo, según el cómputo del calendario juliano-romano que posteriormente sería sustituido por el calendario gregoriano en 1582, por bula del papa Gregorio XIII, que es el que nos rige ahora. La tradición cristiana festeja el nacimiento de Juan el Bautista junto al santoral de su propio nombre el 24 de junio según el calendario gregoriano. La historia bíblica nos recuerda en diferentes párrafos evangélicos, que Juan el Bautista nació seis meses antes que su primo carnal, Jesucristo; quien vino al mundo el 24 de diciembre. Fecha a la que restamos seis meses por diferencia de edad y como resultado nos deja el 24 de junio para el nacimiento de Juan el Bautista.


Los orígenes de S. Juan son de todos conocidos, pero en esta noche que anuncio el inicio de las fiestas en su honor quiero hacer una pequeña biografía de nuestro Patrón San Juan Bautista. Juan significa -en hebreo- "Dios concede su favor"; es decir, Dios muestra y comunica su amor. Su favor, su amor, para con aquellos padres -Isabel y Zacarías- que querían tener un hijo y no venía (entonces los hijos se tenían muy jóvenes, y llegar a una edad madura sin tenerlos, hacia pensar que ya no se podían tener). En el nacimiento de Juan ocurrieron hechos singulares e insólitos. Zacarías e Isabel, sin ponerse de acuerdo y por separado, presintieron que «su nombre era Juan». A Zacarías le volvió el habla cuando lo escribió en las tablillas. Y, sobre todo, el niño «saltó de gozo» y fue santificado en el seno de Isabel, cuando «la madre de su Señor fue a visitarla».

De los santos solemos celebrar el día de la muerte, el verdadero "dies natalis". De San Juan, sin embargo, celebramos el nacimiento (el 24 de junio) pues el martirio fue el 29 de agosto. Juan El Bautista será el anunciador, el preparador de la gran revelación del amor de Dios que se realizará en Jesús, en el Hijo de Dios hecho hombre.

El Bautista, creció en la soledad de rocas desnudas y abruptos barrancos que se extienden entre los montes de Hebrón y la ribera occidental del mar Muerto. Vivió errante como los antiguos profetas, hoy en una gruta, mañana en una choza. Anduvo cerca de Eugadi a la orilla del mar Muerto, y allí se entregó a las más duras penitencias. Nunca se cortó el cabello, ni probó vino, ni tocó mujer alguna, vestía una piel de camello y un cinturón de cuero, bebía agua de los torrentes y comía miel silvestre y langostas. El contacto con la naturaleza lo hizo de un temperamento fuerte, valiente, varonil; vestía medio desnudo y sus carnes estaban quemadas por el sol del desierto. Consoló y purificó con agua del Jordán a cuantos se acercaban a él, e iba preparando y allanando los caminos del Señor, algunos impresionados por sus palabras se arrepentían y renunciaban a su vida pasada. Recordemos que también Jesús fue bautizado por él.


La muerte del Bautista es de todos conocida, murió decapitado, y su cabeza rodó por el suelo, cabeza que luego fue presentada en bandeja al que había ordenado su ejecución, pero los ojos del Bautista quedaron abiertos, fijos en la mirada del que le causó la muerte, le acusaba de su pecado de lujuria, de su cobardía. En estos tiempos, es bueno detenerse ante la figura humilde y gigantesca de Juan El Bautista: el hombre vocacional por excelencia. No le faltaron zancadillas, murmuraciones, dudas y persecución por ser profeta. Nada le amedrentó ni le hizo retornar de sus posiciones. La defensa de sus ideales, apoyado en la confianza en Dios y su intrepidez, le trajeron como premio el martirio.

El mismo Jesucristo dijo de él que “no ha nacido de mujer nadie más grande que Juan”. La tradición cristiana ha añadido al nombre de Juan el calificativo de "Bautista", quizá para distinguirlo del otro Juan, el apóstol predilecto de Jesús (y, según la tradición, también su evangelista).

Se espera de un  Pregón que diga algo nuevo y que recuerde a la vez algo ya pasado sobre la historia del pueblo.
Ahora dedicaré todo el resto del tiempo disponible a hablar de lo que más me gusta: La Historia de Lahiguera. Con ello atiendo la razón que indujo al Alcalde, al teniente de Alcalde y a la Comisión de festejos a hacerme la petición de pregonar las fiestas de San Juan.

Hay mucho ya investigado  y os invito a su lectura en el blog Lahiguera, que un grupo de entusiastas procuramos mantener vivo con nuestras aportaciones escritas (Manuel Jiménez, Juan José Mercado y yo). No en vano, este grupo de personas del pueblo y yo llevamos algunos años dedicados a investigar, dentro de nuestras posibilidades,

sobre lo que históricamente ocurrió por estas tierras en épocas pasadas.

Tengo 30 artículos publicados en el blog, todos referidos al pasado de Lahiguera: La Virgen de la Soledad de Domingo Sánchez Mesa; la V. de los Dolores de José Navas Parejo; a la Virgen de la Cabeza del Santuario; a La piedra oscilante que había allí; Recuerdos escolares de los años 50 dedicado a mi maestro Don Ramón Delgado González, a Los noviazgos y bodas de mis tiempos; Las costumbres de Las Cencerras a los casaderos mayores; a Los Aguadores de Lahiguera; a la Noria de la Huerta Caniles; a Francisco Palomino de Ledesma y Aguilar y su relación con Cabra de Santo Cristo, a los Caballeros Hijosdalgos de Higuera de Arjona; a La casa del Ayuntamiento de Lahiguera que hoy nos alberga, obra de Aníbal González Álvarez-Osorio arquitecto de La Plaza de España de Sevilla; al Anecdotario del catastro del Marqués de la Ensenada con el litigio entre Francisco Quero subdirector de las declaraciones y el sacristán y organista Bernardo Cubillas de Cuesta que no quiso pagarle el real y medio que le pedía, la intervención del Párroco Juan Ruiz Christino, los 80 ducados que cobraba el sacristán mientras el maestro ganaba 40; al Yacimiento arqueológico del Neolítico de Los Pozos; al Puente romano del Arroyo Salaillo de Lahiguera; Las Actas de Demarcación del término de Higuera de Arjona con los pueblos colindantes; a Los asentamientos islámicos del siglo XI, XII y XIII; a La adquisición o conquista de Fernando III, al Ducado de Arjona al que pertenecía La Higuera, Higuera de Arjona y la Batalla de Bailen, con la presencia de los generales Redding, Cuopigny  y de San Martín y miles de soldados y caballería en un campamento militar provisional a las orillas del Salado justo en la zona del Cortijo de La Paz (del Parreño), y la posterior posición por la zona de Pozo Nuevo en espera de marchar a Villanueva donde tropas francesas habían tomado posiciones estratégicas; etc. 

Estos son entre otros los publicados a lo largo de más de 3 años. Deseo destacar los dos artículos importantes referidos al Viaje de Beato Fray Blas Palomino a Méjico y Filipinas, sin dejar en el tintero las biografías de dos higuereños ilustres actuales como son: El Profesor Doctor D, Juan Luis Pérez Navero, Catedrático de Pediatría de la Universidad de Córdoba y el meritorio Profesor Ignacio Ahumada Lara, Vicerrector de la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander, autor de la Breve historia de Higuera de Arjona que desde 1995 tenemos en nuestras casas todos los higuereños.


Por el tiempo disponible y porque considero que es lo más importante entre lo publicado, os hablaré hoy del higuereño Beato Fray Blas Palomino.

Me referiré con frecuencia a La vida y muerte de Fray Blas Palomino tomado del libro de Francisco de Bilches: Santos y santuarios del Obispado de Jaén y Baeza, escrito en 1653.

En el capítulo 67 dice: El venerable Padre fray Blas Palomino era natural de la Higuera de Andúxar. (La todavía llamada en este texto "Higuera de Anduxar" se había hecho independiente de la villa de Anduxar en 1558, doce años antes que naciera Blas Palomino, pero se siguió denominando así por mucho tiempo más).

En el año mil quinientos setenta nació en la villa de la Higuera de Andúxar el venerable padre fray Blas Palomino. Sus padres fueron Francisco Ruiz Palomino y doña María Verdejo (…). A los cuatro años fue con sus padres a novenas a nuestra Señora de la Cabeza, santuario de los más celebres de España. En la escuela era muy querido por su apacible condición, y trataba con los otros niños, no de travesuras, o juegos, sino de las cosas que oía en los sermones (…). A los dieciocho años inició en Baeza su firme y decidida preparación para la vida eclesiástica. Comenzó a estudiar la Gramática en Baeza, y a los pocos meses demostró ingenio (…). Volvió a casa de sus padres para administrar la hacienda. Dejó el estudio, mas no la virtud que aprendió en escuelas, era habitual en su vivir diario: oír misa al reír del alba, confesar, y comulgar frecuentemente, rezar todos los días el rosario y otras devociones.
Aplicose a la labor del campo sin mostrar dificultad. Tenía puesto su gusto en darlo a sus padres y obedecerles en todo lo que le ordenasen. En el campo era el primero que echaba mano al arado y azadón, y el último que los dejaba, no tanto por aumentar la hacienda, cuanto por ensayarse para los  trabajos de mayor monta, que ya deseaba padecer por la gloria del Señor. Apenas había criado, por robusto que fuese, que mantuviese tela con él  (ningún criado trabajaba tanto). (…) Fuera del trabajo ordinario, que como se ha dicho, era de sol a sol, gastaba buena parte de la noche, aunque viniese cansado, delante de un crucifijo que para este fin tenía en su aposento (…) No paró aquí, porque la caridad que ardía en las entrañas de Blas Palomino le incitaba a remediar en todo, o en parte, las necesidades de los prójimos (…) Vio a uno en tiempo de frío, muy desnudo, y no teniendo a mano con qué poderle remediar, se quitó su vestido costoso y se lo dio al pobre, y por camino escusado (camino escondido ya que no tenía ropa) volvió a su casa y vistió el ordinario con que solía ir al campo. Y desde aquel día no admitió vestido lujoso. Tanta fue su caridad, tan grande su modestia. (…)


Pasados tres años volvió a Baeza a proseguir sus estudios (…). Aquí supo de los empleos de los religiosos en los reinos del Japón (…)
En el convento de San Francisco de Montilla vistió el hábito religioso, profesó en la Orden de San Francisco de los Descalzos de San Juan Bautista y fue ejemplo de novicios (…) Fue dotado de una alegría religiosa, y tanta afabilidad, que se entraba en los corazones de la gente y se hacía señor de ellos. (…)
Sobre su ordenación sacerdotal, se recoge en la Página 215 del libro de referencia: (Santos y Santuarios del Obispado de Jaén y Baeza, 1653, del Padre Francisco de Bilches, de la Compañía de Jesús, Rector del colegio de San Ignacio de la ciudad de Baeza), que intentó ingresar en la Orden de los Jesuitas, pero que por no esperar la llegada del Provincial de esta Orden, se fue al Convento de san Buenaventura de la Orden Franciscana, a una milla de Baeza, y hallándole suficiente lo enviaron al Convento de San Francisco de Montilla. Allí vistió el hábito franciscano con un espíritu tan fervoroso que fue ejemplo de novicios. Ordenándose en todos sus grados hasta el sacerdocio y como si entonces entrara en religión entabló una vida nueva.
 
Refiere Ahumada Lara, Ignacio, (Breve historia de Higuera de Arjona, página. 30, 1995) que fue ordenado sacerdote en 1600, ( a los 30 años) dedicándose posteriormente a ser Maestro de Novicios durante ocho años, con suma vigilancia y rectitud, alcanzando fama de virtuoso y santo el venerable padre, al cabo de los cuales recibió permiso de sus superiores para dedicarse a la predicación en tierras de misión; por lo que abandonó Baeza y se encamino a Sevilla, donde permaneció (refiere Francisco de Bilches que en Sevilla él lo vio y recibió su bendición) y aguardo hasta la fecha de partida para América y Filipinas.

Partió de Baeza camino de Sevilla donde se había de embarcar para Filipinas; pero antes pasó por su pueblo, Lahiguera, despidiose de sus hermanos, y deudos, y de toda esta villa. Llegado a Sevilla quiso agradecer a su patria  la voluntad que en esta, y  otras ocasiones le mostraron. Escribió una carta común (para todos los higuereños), aunque el sobre escrito fue dirigido a un hermano suyo:
A mi hermano Pedro Palomino, que Dios guarde, en la Higuera de Andúxar. Pax Chirsti. No he escrito en todos estos días, hasta saber cierto nuestro viaje, ya parece que será presto, pues están las naves aprestadas, que saldrá la flota muy presto y así nos partimos esta noche para Cádiz (…)  tengo mucha necesidad de socorro de nuestro Señor, para satisfacer algo de lo mucho que debo, y así pido con mucho encarecimiento que me encomiende a nuestro Señor todos los días (…) Porque soy pecador y no merezco padecer por amor de Dios, si no es grandes tormentos por mis pecados, pidiendo a todos mis hermanos perdón de todo aquello que le haya ofendido, y faltado a su consuelo o provecho espiritual, les beso los pies, pidiéndoles humildemente que me perdonen (…) A todos mis hermanos, sobrinos y parientes, y a todo ese lugar, del cual yo tendré cuidado de encomendarlo a Dios: queden muy enhorabuena, que yo voy con deseo de no volver a España. De Sevilla, y de mayo treinta de mil y seiscientos y ocho años. (…). (Fin de la carta).

En los días de principio de junio de 1608 se embarca en Sevilla con destino a Filipinas formando parte de la misión franciscana que había de evangelizar aquellas tierras.

El viaje de Fray Blas Palomino a Filipinas se realizo en dos fases: La primera a través de Océano Atlántico vía México hasta Veracruz, y una segunda a Acapulco en la costa del Pacífico, y desde Acapulco cruzando el Océano Pacífico con llegada a Cavite en Filipinas y Manila. Desde Sevilla  se tomaba dirección a Sanlucar, después se seguía dirección Canarias, para en un mes y algo llegar hasta la isla llamada Dominica, donde tras una breve escala, y descanso se dirigían a San Juan de Ulúa, puerto de Veracruz, en el Golfo de Méjico, uno de los puertos a los que arribaban las naos españolas a su llegada para Nueva España, tardándose otro mes desde Dominica  a Veracruz.
 
Cabe decir que fray Blas Palomino, otros cuarenta y ocho religiosos, y Fray Francisco Gálvez (único conocido como compañero de fray Blas) llegaron a Manila el año 1609, siendo fray Francisco Gálvez destinado al Convento de Dilao. El viaje de Acapulco a Manila tuvieron que hacerlo en el llamado "Galeón de Manila" y también "Nao de la China", que hacía la travesía cada seis meses, siendo la única comunicación existente entre Filipinas y América. El viaje se hacía cruzando el Pacífico, por el archipiélago de las Carolinas y las islas Hawai.



El viaje desde Acapulco  a Filipinas duraba entre cincuenta o sesenta días, beneficiado por los vientos y las corrientes marinas, los cincuenta o sesenta días bastaban para cubrir 2.200 leguas desde Acapulco hasta Cavite y Manila y después serían repartidos por las diferentes tierras de misión según necesidades y las órdenes emanadas por el Obispo de Manila.

Desde que salio de Sevilla en 1608, y su llegada a Filipinas en 1609, estuvo realizando su misión de dar a conocer el Evangelio de Cristo, tal como se describe  a continuación en los siguientes textos:
“Los grandes, y admirables empleos, y trabajos padecidos por amor de Dios, del venerable Padre fray Blas Palomino, en el nuevo mundo por espacio de doce años, y su preciosa

muerte tan medida a sus deseos con que glorificó al Señor, refiere un compañero inseparable suyo, y de su misma Religión, y profesión (Francisco Gálvez). Pondré aquí a letra sus palabras, pues será mejor oír esta historia de un testigo de vista mayor de toda excepción, que no de quien la ha de hacer por relaciones.” (Tomados del capítulo 68 del libro  ya referido: Santos y santuarios del obispado de Jaén y Baeza, año 1653. Por el Padre Francisco de Bilches, de la Compañía de Jesús, Rector del Colegio de San Ignacio de la ciudad de Baeza):

Fue designado para evangelizar la zona  de la Contracosta, al este de la isla de Luzón, en el extremo opuesto a Manila, zona muy aislada del resto de la isla, debido a sus características topográficas, insalubridad e inseguridad de la zona por las numerosas rancherías o grupos de chozas habitadas por razas indómitas en las montañas y el apego de los nativos a sus ídolos (poblada por unas tribus bastante violentas y peligrosas), había sido postergada por el arzobispado de Manila.
“El padre Blas Palomino era ya sacerdote cuando pasó por estas tierras, y a mi parecer de edad de cuarenta años poco más o menos. Y que llegados que fuimos a dicha provincia de Filipinas, el dicho padre aprendió la lengua de los naturales, que llaman Tagala, y en ella administró por muchos años los Santos Sacramentos a aquellos nuevos cristianos, con grandísimo ejemplo de todos, y mucho fruto que hacía en las almas (…)” (Francisco Gálvez)

En 1609, misioneros franciscanos encabezados por fray Blas Palomino cruzaron la Sierra Madre en Filipinas y fundaron Baler y Casiguran, más al norte. El grupo de misioneros franciscanos llego a Baler el 30 de junio de 1609, fecha de fundación de la ciudad. Ese año, los franciscanos constituyeron en Baler un barangay, equivalente a una capellanía, barrio o distrito, con lo que se convirtió en la primera población con una administración oficial establecida en la Contracosta. En 1611, se construyó la primera iglesia de la pequeña población de Baler. (Iglesia donde resistieron los “últimos de Filipinas”.)


“La zona de la Contracosta por ser un terreno montañoso, exigió mucho espíritu de sacrificio para su evangelización y organización cristiana. Su acción apostólica fue ayudada por una larga serie de “enfermerías” y la creación de escuelas primarias. Se escribieron diccionarios y gramática, catecismos, devocionarios y otros libros de piedad para la región. Sin duda fue rápida la conquista espiritual de otras partes de la isla de Luzón, pues la estadística de 1624, arroja un total de 61,300 bautizados,… pero quedaban en la montaña y bosques impenetrables multitud de nativos sin civilizar, entre los que citamos a los negritos o aetas, que se acogieron a lo mas intrincado…” (Tomado de: Filipinas, V. Historia de la Iglesia, Abad Pérez. A. Ediciones Rialp S. A.)


“Tuvo este dicho Padre grandísimos deseos de pasar a Japón, y lo pidió diversas veces con deseos fervorosísimos del martirio, y de ocuparse mejor de predicar, y convertir almas, a que era notablemente inclinado; y viendo que no podía alcanzar ir al Japón, y que la provincia enviaba Religiosos a otra nueva conversión del Reino de Macasar, que es trescientas leguas mas allá del Maluco, en la isla que llaman de Mateo, pidió con grande instancia le señalasen  en el número de los que habían de ir allá, lo cual hizo el Prelado por la satisfacción que el Obispo le tenía ya en la provincia de su mucho espíritu, y celo de la salvación de las almas.” (Francisco de Bilches).



Después de los trabajos y esfuerzos que supusieron realizar la predicación de la zona de la Contracosta, con la creación de Baler, la campaña de predicación más dura aun fue el desplazamiento de fray Blas Palomino y otros religiosos hacia el sur a las islas Molucas; para abordar este segundo viaje pongamos luz a los antecedentes históricos de los hechos:
“Determinó nuestro Comisario de que nos fuéramos el Padre fray Blas, y yo (Francisco Gálvez) a Maluco, y que desde allí fuese yo a Manila a llevar la respuesta de la embajada al Gobernador, y dar parte al Provincial de lo que pasaba, y que el Padre fray Blas se quedase allí en Maluco, para ser superior de un Convento nuevo, que había en la
Isla de Tidore, que es en el mismo Maluco, junto a la isla de Terrenate.” Fray Blas Palomino fue Prior o Superior de este nuevo convento en  Maluco.



Trascribo a continuación un texto relacionado con su viaje en 1619 a las islas Molucas donde tras un año de predicación encontró la muerte en 1620.

Este texto original da buena cuenta de todo ello:
“Con ellos nos embarcamos en dos galeotas Portuguesas, que iban a Maluco, y cada uno en la suya comenzamos a navegar, y hacer nuestro viaje, el cual fue tan trabajoso de tormentas, y peligros de enemigos, y vientos contrarios, que nunca tal se ha visto; porque en viaje donde se acostumbra tardar, cuando mucho, veinte días, estuvimos mas de sesenta y tantos, y por cuatro veces nos encontramos con enemigos, y peleamos con ellos. Finalmente llegando a la contracosta de Manados, tuvimos tan recio viento contrario por la proa, por mas de diez días, que saliendo por dos, o tres veces a atravesar el golfo que hay de allí al Maluco, que son cosa de cincuenta leguas, volvimos a arribar donde habíamos salido, y viéndonos ya necesitados de agua y provisión de alimentos, nos llegamos a una isla pequeña, que está pegada a la misma Isla de Macasar, cosa de tres , o cuatro leguas antes de llegar a los volcanes, que llaman de Manados.” (Texto tomado de: Francisco de Bilches, Santos y santuarios del obispado de Jaén y Baeza, año 1653.)

Sobre los últimos días de la vida de Fray Blas Palomino se dice en el libro:
“Y habiendo tomado agua, y en dos días no haber visto gente. Otro día de mañana vieron desde la galeota donde iba el Padre fray Blas, unas banderillas blancas puestas en unos palos en la playa. Desde nuestra galeota no las vimos, ni la gente que después vieron de la otra, porque habíamos surgido mas de media legua desviados. El Padre fray Blas pidió  al Capitán fuesen con la chalupa a ver que gente era, y si traían algún refresco, lo cual se hizo yendo algunos marineros, y soldados, y en su compañía el dicho Padre fray Blas. Llegaron cerca de tierra, y vieron ser gente desnuda, algo blancos, cabellos largos como mujeres, que

es por la mayor parte el uso de aquella tierra. Habláronles por un intérprete, y después de muchas demandas, y respuestas, les pidieron viniesen al navío un par de ellos, y que les regalarían, y ellos vinieron en ello (estuvieron de acuerdo) con que se quedasen otros dos de los nuestros en tierra de ellos. Hízose así, y traídos al navío les dieron de comer, y de beber muy bien, y el Padre fray Blas (Página 221) les dio muchas cosas que traía de Macasar, y ellos apetecían. Dijeron que eran de unos pueblos que había allí cerca, que estaban cerca del Reino de Manados, donde habíamos estado primero, y que abría de allí a Manados, por tierra cosa de catorce leguas no mas. Con ello se fueron, y los echaron a tierra, y volvieron a coger los nuestros. Quedo de concierto, que otro día habían de volver, y traer refresco. A todo esto en nuestra galeota no sabíamos nada, y otro día de mañana al amanecer, se embarco el Padre fray Blas, y con alguna gente vino, a nuestra galeota a darnos parte, y comunicar lo que les había pasado el día de antes, y en particular me dijo , que era aquella muy buena ocasión para volver a entrar en Manados, que pensaba, si hallaba ocasión, quedarse allí, y de allí atravesar a Manados, a ver si podía reducir a aquella gente, que los traía atravesados el corazón, por ser gente afable, y de buenos naturales para Cristianos, y muchos de ellos lo querían ser, y quedaron muy pesarosos de que se fuesen los padres. Con ello hablamos al Capitán de nuestra galeota, para que continuase, que fuese nuestra barca también en compañía de la suya, con algunos soldados y vino en ello (accedió).
Fuimos, entramos cada uno en su barco, y primero fuimos a la galeota del Padre fray Blas a pedir licencia al Capitán para ir donde habían hablado el día antes aquella gente, y él la dio, aunque con harta dificultad, temiéndose nos sucediese alguna desgracia, porque era hombre muy cursado en aquella tierra, y conocía toda aquella gente ser Moros, y muy traidores. Mas por las persuasiones del Padre fray Blas dio licencia, advirtiendo del orden que se había de  tener y enviando gente de guarda. Llegados que fuimos al puerto, nos salieron a recibir algunos de aquellos Indios, y el Padre fray Blas los llamo, y dijo le sacasen del barco, como lo hicieron, en hombros. Fueron saliendo las demás
gentes, que sólo quedaron cuatro hombres en cada barco. El bendito Padre los comenzó a abrazar, y se sentó a la sombra de un árbol con algunos de ellos, y el intérprete, que era portugués, a tratar (hablar) lo que llevaba pensado. En este tiempo yo me puse a hablar con los demás, que por allí estaban divididos, y apartados en corrillos, y pregúnteles si traían algún refresco, me dijeron que si, y que lo tenían allí dentro en el Monte, que no lo podían traer a cuestas, que entrásemos por ello, de que yo no lo colegí bien (no estaba de acuerdo), y entrando mas adentro vi, detrás de unos árboles muchas lanzas, y adargas juntas, y amontonadas como escondidas. Y haciendo como que no había visto nada, me volví a salir disimuladamente, y llegue al Padre fray Blas, y le dije lo que había visto, y lo que decía aquella gente del refresco, y respondió que no, que era muy buena gente, y que si traían algo, y con ello se volvió a hablar con ellos, y yo me desvié cosa de doce o catorce pasos, y mirando hacia los barcos vi a los de la guardia tomar a prisa los arcabuces, y decir a voces, ¡Traición, Traición!, y volviendo a mirar atrás, vi ya atravesado por una lanza al bendito Padre fray Blas, y con otra al interprete portugués. Y que dos o tres soldados que se hallaron cerca no disparaban sus arcabuces, y echaron mano a las espadas, con que ellos temieron, y huyeron, y no nos alancearan a todos. Retiramos luego al Padre fray Blas, que murió en mis manos dentro de un cuarto de hora, y el otro cuerpo no pudimos retirar, temiendo nos cercasen las embarcaciones. Llevamos al Padre fray Blas a su galeota, y yo estuve con él toda aquella noche, y por la mañana vino la gente de otra galeota, y le llevamos a enterrar todos juntos a una isleta pequeña, que estaba allí junto, lo cual se hizo con la mayor solemnidad que se pudo, porque yo llevaba sobrepelliz, y estola, y sus velas todos los Portugueses. Dejamos marcada la sepultura, para en otra ocasión volver por su cuerpo, como se hizo dentro de seis meses, y se llevo a Maluco, donde está colocado en una caja en la iglesia de nuestro Convento de san Antonio, como un santo Mártir, y así lo escribe el Padre Custodio fray Marcos de Lisboa para el Capítulo General de la Orden Franciscana, poniéndole y nombrándole entre el número de los Mártires que había habido en aquella santa Provincia, y con mucha razón, pues además de haber ido de España dedicado para la conversión, fue allá escogido para enviar a predicar el santo Evangelio a las tierras de Moros, y Gentiles arriba dichas. Y en esta demanda murió alanceado por los Moros de aquella tierra. Y además de esto, que como arriba he dicho, su intento principal de salir aquella ocasión, fue con el deseo de convertirlos, y ver si podía quedar allí para pasar al Reino de Manados, donde primero había estado, todo con el fin de ganar aquellas almas, como él me comunicó antes. Además de esto, el día antes tuvo tan grandes impulsos, y deseos de decir Misa, que me pidió muy encarecidamente la dijésemos. Y pareciéndome, que la mar andaba muy alterada, y que era cosa peligrosa, como a la verdad lo era, no me pareció venir en ello. Mas el bendito religioso hizo tanta  instancia, cosa que jamás había hecho en todo el viaje, que le dije, la dijese muy en buena hora, que yo le tendría el Cáliz, y ayudaría. El se confeso luego, y preparó muy devotamente, y la dijo, aunque con harta dificultad, por la inquietud grande del mar. Que parece sentía ya en su alma algunas premisas de muerte, y buena suerte , que el Señor le tenía guardada, la cual aunque no cabe debajo de merecimiento, supo granjearla, y si decirse puede, merecerla, con su santa vida. Lo firmo en este Convento de nuestro Padre san Francisco de Madrid a dos de julio de mil y seiscientos y veinte y siete, Fray Pedro de la Concepción.

Esta certificación del muy Reverendo Padre fray Pedro de la Concepción coincide con una patente que dio el Padre fray Pedro Bautista Comisario de esta sagrada Religión en Filipinas, y juntamente con una información jurídica, que hizo de este suceso el Doctor don Diego Lorenzo, Canónigo de la Catedral de Malaca, y Vicario de la Cristiandad del puerto de Macasar, por comisión de los Gobernadores del Obispado de Malaca, Francisco Suárez, Tesorero, y Lorenzo de Acosta, Vicario, en que deponen (testifican) los soldados, que acompañaron al santo fray Blas, ante Juan Rodríguez escribano. Y puesto que ambos instrumentos sean de mucha autoridad, no los trasladó aquí, porque en instancia son una misma cosa, con lo que testifica el Padre fray Pedro de la Concepción. En vez de todo añadiré una
cláusula del Martirologio Franciscano, donde se hace celebre conmemoración de este martirio, así:

 Beatus Blasius Palomino Martyr Provincia Granatensis fuit alumnus. Qui mare trayciens, ut illis efferatis gentibus Evangely lucem difunderet, apud insulanos Malucenses neeatus est  anno millésimo sexcentésimo vigésimo. De eius canonizatione agitur: ad cuius procesus conficiendos litera petuntur Apostolica, uti constat ex libello Neapoli edito anno millesimo sexcentesimo vigesimo sexto, apud Typographian Ioannis Dominies Roncalioli, Rapineo bistor, general origin recoleos, p.i.pref. 4 Gauiana p.I.cap.24.

“El beato fray Blas Palomino, que fue estudiante de la provincia de Granada. Quien cruzó el mar para anunciar a los pueblos la luz del evangelio, fue matado (martirizado) por los isleños malucenses (islas Molucas) en el año mil seiscientos veinte.  Es esta causa suficiente para su canonización, así consta en el documento editado en Nápoles, en el año mil seiscientos veintiséis,  en la imprenta del Juan  Domingo Rocalioli,  visto bueno de Rapineo, general de la Orden de hermanos menores recoletos (recoleos), p.i.pref. 4 Gauiana p.I.cap.24. Fue su glorioso triunfo a diez de marzo del año mil y seiscientos y veinte.”

Fray Blas Palomino murió el 10 de marzo de 1620, murió mártir en la isla de Manados y seis meses después fue recuperado el cuerpo y esta enterrado en la iglesia del convento de San Antonio en la isla de Maluco, posiblemente la iglesia del convento nuevo del que fue prior durante algún tiempo.

Analizados los documentos podemos hasta llegar a pensar que es posible que tengamos un santo higuereño y estar todos ajenos a tal realidad, después de haber pasado ya casi cuatrocientos años.

Por lo escrito en el libro del Padre Francisco de Bilches, junto con los testimonios citados más arriba (Padre Custodio fray Marcos de Lisboa y Reverendo Padre fray
Pedro de la Concepción), me hace pensar que incluso se inicio el proceso de canonización del beato Fray Blas Palomino. Sería preciso revisar los datos disponibles y buscar lo necesario para conocer la consideración que a nivel de reconocimiento eclesial pueda tener la vida, obras y martirio de Fray Blas Palomino natural de Higuera de Andujar, nacido en 1570 y  que tuvo su gloriosa muerte el diez de marzo del año mil seiscientos veinte. En su tiempo nuestro paisano tuvo fama de Santo.

Decía Francisco García Pavón, escritor de Tomelloso, que "no hay tierra buena ni mala, no hay más que la de uno". La nuestra no es mejor ni peor que otras pero sí tiene algo que la hace inconfundiblemente peculiar: “es la nuestra”. Y tenemos que estar orgullosos de ella como lo estuvieron los que en épocas pasadas la consideraron como suya. Los que hace más de 5.500 años establecieron su hábitat en lo que llamamos El yacimiento del Neolítico de Los Pozos, primer vestigio documentado de ocupación de estas tierras. Pero Lahiguera esta llena de yacimientos iberos, y romanos que habitaron aquí en la época de dominación romana, durante más de 500 año, como lo muestran las siguientes localizaciones: La cruz de la tía Luisa en los Colorines, (yacimiento romano entre los dos arroyos), Los Pollos  y la Dehesa, romanos, La Guacha, romano, otros yacimientos romanos en Las Garlochas y los Artesones, otro en el arroyo del Tesoro, en la Atarayuela, en el Fontanal, el Turriaque, en el Madero, en el cortijo Donadío en linde con Fuerte del Rey. Los yacimientos romanos de la Cruz Verde y Las  Monjas, el Cortijo de Cajeros, en el de la Bobadilla, etc.

También lo estuvieron, visigodos de La Figueruela y estoy seguro y en mis escritos he dado referencia de estos asentamientos, que en época de dominación musulmana en los siglos XI , XII y XIII ocuparon los alrededores de Corbún, Las Cuevas y Los Pozos en la época que fue llamada Higueruela, los que en la posterior Reconquista castellana, mediante repoblaciones, empezaron a dar forma de pueblo a La Fuente de la Figuera y a lo que en la actualidad conocemos como Lahiguera, alrededor de la
pequeña iglesia mudéjar, (piedra labrada) y posteriormente en la iglesia de arriba construida por la orden de Calatrava y la Tercia. Ahí está enterrada la historia de nuestro pueblo sobre todo desde que en la Reconquista castellana de Fernando III el Santo se configuró como aldea.

Pido a nuestro patrono San Juan Bautista su protección y su bendición para todos, en la seguridad de que un año más le vais a honrar como sabéis hacerlo, como siempre lo hacéis.
Gocemos pues los días de San Juan, que alegra y regula el magnífico programa de fiestas preparado por el Ayuntamiento.

Con estas palabras, sencillas, pero sinceras, salidas de lo más hondo de mi corazón, he querido cantar a mi pueblo. No podré olvidar nunca este momento. Gracias, señores munícipes. Gracias higuereños e higuereñas  por vuestro tiempo y atenta escucha.

Solo me queda desearos ¡Felices fiestas a todos! Y gritar con vosotros:
¡VIVA LAHIGUERA!, ¡VIVA SAN JUAN! y ¡VIVA EL BEATO FRAY BLAS PALOMINO!




Lahiguera 20 de Junio del año 2014.Pregonero Pedro Galán Galán.

Monumento natural: El Piélago.

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El Piélago:




    Son innumerables los rincones de nuestro Jaén. En este caso me refiero al monumento natural El Piélago, situado entre las poblaciones jiennenses de Linares, Vilches y Arquillos: tan sólo a unos 60 kms. de nuestro pueblo.





    Se trata del cauce del río Guarrizas. Sus aguas se deslizan entre los grandes peñones de granito existentes en la zona. Destaca en el lugar ese majestuoso Puente de Vadollano, construido con piedra de asperón rojo, y por el que desde tiempos de imperio romano (S. III a.d.C) discurría la Vía Augusta.





    Este sitio también es denominado por los lugareños “La fábrica de chocolate”, por la existencia de la misma hace unas décadas. Esta fábrica aprovechaba la correntía del agua como fuerza motriz, generando así la energía necesaria para su funcionamiento.




Algunas fotografías más de este paraje, realizadas el 22 de junio del 2014:








Madre naturaleza. Su ruido nos invade, su frescor nos envuelve: gran PAZ la que se percibe en esos etéreos momentos... ante su ruidosa presencia.


Juan José Mercado G.
Lahiguera, a 1 de julio del 2014.

Un higuereño en Mauthausen, 2ª parte

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Un higuereño en el infierno de Mauthausen (2ª Parte)

En una anterior entrada del blog conocimos a un higuereño, Juan Ortiz Garrido, que estuvo en Mauthausen. Todo quedaba un poco en el aire, porque nunca habíamos tenido noticias de este conciudadano; pero en los comentarios, tras la publicación, Pedro Galán aclaró veraz y definitivamente la existencia de este personaje y su posterior vida en París. Dando datos, con su habitual exactitud y minuciosidad, de su vida y la de su descendencia. Su mujer se llamaba Isabel; sus hijos, Juan Antonio y Victoria. Vivieron en el número 12 de la calle San Sebastián de Lahiguera.

Apuntábamos que podría haber sido compañero de Mariano Constante, por la misma fecha de ingreso en el campo del escritor, también por la cercanía del número de la matrícula de ambos.



Triángulo azul es un libro que se publica en 2008. El libro está confeccionado a base de relatos de supervivientes  de Mauthausen. Aparece un Ortiz, no se puede afirmar que fuese nuestro paisano pero, por la circunstancias antes aludidas, imaginamos que se trata de él.

En uno de los relatos que firman Razóla y Constante se dice: «No tan sólo existía la posibilidad de sustraer alimentos y de ayudar a los camaradas, sino que también podíamos proceder al trueque.  He aquí un ejemplo de ello: a cambio de unas cuantas camisas y calcetines procedentes del Ejfektenkammer, el jefe de cantina daba cien cigarrillos. Y hay que tener en cuenta que el cigarrillo era la unidad monetaria del campo, lo que permitía comprar a otro SS medicamentos que necesitaba la solidaridad. Ortiz consiguió robar sistemáticamente cigarrillos de la intendencia SS, hasta el extremo de que la organización clandestina llegó a disponer de una reserva de 5.000 —un tesoro que, a pesar de nuestras ansias de fumar, nadie tocó—».  

  En otro apartado, este escrito por Ángel Hernández García, aparece también Ortiz: «Durante toda mi estancia en el “campo ruso”, me ocupé de la solidaridad en nombre de los españoles, comisionado para dicha misión por Razóla y en estrecha colaboración con él, Sánchez y Bonaque. El camarada Baró, empleado del campo, me resultaba muy útil para llevar a cabo mi tarea, y Ortiz, enfermo del barracón 2, me ayudaba para la distribución».
«…barracón 2 donde se hallaba, en cierta manera, la aristocracia de los prisioneros, aquellos que desempeñaban cargos importantes en las oficinas o pertenecían a buenos kommcindos, lo que le daba la posibilidad de mantenerse al corriente y de ayudar a otros camaradas…».

Como vemos, Ortiz es un hombre de confianza, es el «tesorero»,  el principal proveedor de dinero ya que roba los cigarros (las monedas). En el libro, lectura recomendada del mismo, se narra cómo se llevaban a cabo estos «hurtos». Principalmente eran los edecanes, los asistentes de los SS, quienes llevaban a cabo estas hazañas, siempre con el riesgo de perder la vida si los descubrían.

La solidaridad de los españoles es ejemplar, con ella se ganan el respeto de los demás deportados, incluso de los soldados alemanes, algunos antinazis. Así se narra que, para ayudar a los más debilitados, cada uno aportaba una cucharada del rancho y un trozo de pan «del tamaño de una uña».




Internos famosos compañeros de Juan Ortiz (tomado de Wikipedia):
Alfredo Carzino, político italiano nacido en el año 1899, componía la Divisione Garibaldi "Cichero". Fusilado el 24 de diciembre de 1944.
Joaquim Amat-Piniella, escritor catalán que escribió en 1946 K.L. Reich, relato en forma de novela sobre su vivencia de los campos nazis.
Francisco Boix, fotógrafo; autor de algunas de las más impactantes imágenes sobre el cautiverio y la liberación de este campo. Fue el único testigo español en los juicios de Núremberg.
José Cabrero Arnal, dibujante de comic, creador del personaje Pif.
Józef Cyrankiewicz, primer ministro polaco (1947–1952 y 1956–1970).
José Ester Borrás, resistente en Francia del Grupo Ponzán; en la posguerra, Secretario General de la Federación Española de Deportados e Internados Políticos enToulouse y después en París.
Stanisław Grzesiuk, poeta polaco.
Artur London, militante comunista checo, Viceministro de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia.
Marcelino Bilbao Bilbao, conocido entre otras cosas por su testimonio como superviviente de los experimentos del doctor Aribert Heim.
José María Aguirre Salaberría, en sus últimos años de vida se dedicó a difundir la historia de Mauthausen en los medios de comunicación españoles, así como a dar conferencias.
Gilbert Norman, agente de fuerzas especiales.
Antonin Novotny, presidente de Checoslovaquia.
Kazimierz Proszynski, inventor polaco.
Ota Sik, economista y político checo.
Stanisław Staszewski, poeta y escritor polaco.
Peter Van Pels (Peter van Daan, en el libro de Ana Frank), joven que murió el 5 de mayo de 1945 en Mauthausen y que convivió junto a Ana Frank en su escondite en Ámsterdam (Holanda).
Simon Wiesenthal, cazador de criminales de guerra nazis y autor. En 1946 publicó el libro KZ Mauthausen, Bild und Wort (Campo de concentración de Mauthausen — Imágenes y palabras).
Eusebio Pérez Martín, mecánico de aviones español.
Antonio García Barón, anarquista aragonés. Luchó en la Columna Durruti en la Guerra Civil española y tras terminar esta fue internado en el campo de concentración. Tras su libertad se asentó en la selva boliviana llevando una vida naturista. El periodista Manuel Leguineche escribió un libro sobre su vida. Se tituló "El precio del paraiso". Es un documento impactante. Contiene fotos del fotografo Francisco Boix.
Lope de Besenguer, anarquista catalán. Escribió una biografía sobre sus experiencias en el campo de concentración y en la España revolucionaria.
Antoni Garcia Alonso, tortosino republicano. Fotógrafo autor de muchas fotos del campo. Trabajó en el estudio fotográfico junto a Boix, y gracias a él se pudieron sacar muchas fotos.
Mariano Constante, escritor.
Domingo Felez Burriel, barbero de la barraca. Tras su liberación, se radicó en Venezuela.
Bonaventura Coderch Puig, militante de las Juventuts Independentistes Estat Català fallecido en Mauthausen el 11 de enero de 1943.
Luis Montero Álvarez, capitán del ejército español, Secretario General del PCE dentro del campo de Mauthausen, integrante de la resistencia francesa.


 


Otros pasajes del libro son espeluznantes:

«Aquel mismo día llegaron dos convoyes, evacuados de otros campos, y formados por civiles, mujeres y niños. Les hicieron desnudarse detrás de la prisión, junto a la pared, diciéndoles que iban a ser llevados a las duchas. En realidad a donde iban a ser llevados era a la cámara de gas. Una de las mujeres llevaba en brazos a un niño de dos años; lo dejó en el suelo para desnudarse y el niño se puso a llorar de frío, quizá de hambre. Exasperado, el oficial SS le agarró por los pies y le abrió la cabeza contra la pared del homo crematorio, propinando a renglón seguido una patada a la madre para echarla dentro de la cámara de gas».





A veces, lo heroico es seguir vivo, morir es fácil


 A Juan Ortiz Garrido
In memoriam



Manuel Jiménez Barragán

El puente del gato, año 2014:

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El puente del gato, en el año 2014:

     Ya fue tratado este puente minuciosamente en otra publicación de este blog, desarrollada por nuestro paisano Manuel Jiménez. Pero años después, quisiera mostrar otras pocas imágenes de esta parte de nuestro patrimonio al borde de la extinción.








     Día tras día prosigue su continua devastación …”gracias”, en parte,  al abuso de los herbicidas utilizados por el  ser humano.


    Este cauce, como tantos otros de los alrededores de nuestro pueblo, no fue casi nada tan sólo hace unos treinta años: existían hierbas de todo tipo y vegetación autóctona que regulaban el paso del agua por el mismo. Hoy ha llegado a ser un gran socavón que quizás nadie pueda controlar. Se han puesto barreras a la naturaleza: presas de hormigón armado que para poco han servido, si no para ocasionar un gasto innecesario al agricultor, quien al mismo tiempo ha visto mermadas sus inquietudes ante la realidad de lo que acontece.

Presas realizadas para intentar evitar el continuo crecimiento del cauce.

     Recuerdo, de niño, que con otros compañeros de mi edad, realizábamos esas entusiasmadas excursiones a este lugar. Para nosotros, esto que íbamos a visitar,  era algo fuera de lo común …por lo que oíamos hablar a nuestros mayores. Sin duda así lo era.

     Está en mi memoria aquella piedra semienterrada en la parte baja del ojo del puente, con su inscripción en latín, …tan sólo a un metro y medio de diferencia de altura  respecto al mencionado ojo del puente. Hoy, esas losetas que nunca llegué a ver en aquellos años (estaban tapadas por la tierra del terreno), han desaparecido…han sido arrastradas por el caudal incontrolado del arroyo…su base constructiva llega a verse…y aunque resiste a los años, muy bien se le tiene que dar para aguantar otros pocos de asaltos.




     Hoy, …los niños ya no frecuentan estos lugares; hoy no se le da nada de importancia a esto. La percepción y vivencia de las cosas ha cambiado mucho: ¿acaso no hemos sabido transmitir esas bonitas sensaciones vividas en nuestros años pasados?.  A lo mejor, como casi todos podemos ver estas cosas a través de estos medios, ni nos planteamos ir a verlo “in situ”. Quizás tampoco sea más transitado el lugar por la desaparición de los caminos…los caminos de toda la vida, que con esto del laboreo de la tierra no hemos respetado, y continuamente hacemos que se pierda ese itinerario que tanto tiempo comunicó nuestro pueblo con otras poblaciones cercanas.  Todos y cada uno deberíamos meditar un poco en esta actitud, y tratar de salvaguardar en lo posible todo aquello que pertenece a la historia de un lugar.

     Antaño, había un camino que bajaba desde el Pozo Nuevo hasta este puente; antes de llegar al mismo, existía un pozo en el que asomaba una higuera que había nacido de entre sus piedras, en el interior de él. Hoy, este pozo, tan sólo existe en el recuerdo de algunos.


     Viendo esta fotografía…casi puedo ver en mi imaginación a las legiones romanas abordando este paso sobre el Puente del Gato. Hoy, de modo muy distinto, se puede observar el paso de los tractores con las gradas de discos dejando sus surcos sobre el mismo (…bien se podría elevar el apero a su paso, con un mínimo esfuerzo, y evitar ese daño a esta construcción milenaria).


Algunas fotografías nocturnas de este paraje:






     Invito y animo a las autoridades competentes, también a todos los paisanos de Lahiguera, a poner medios para la restauración y el mantenimiento de este puente: otro emblema de nuestro pueblo.


Se recomienda la visita a la primera publicación realizada en este blog dedicada a este puente:
http://lahiguerajaen.blogspot.com.es/2011/05/vias-antiguas-puente-del-gato.html



Lahiguera a 27 de julio del 2014.
Juan José Mercado Gavilán.

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Cervantes en Lahiguera


El 20 de abril de 1591 Felipe II firma el  título de proveedor oficial de las galeras de España a Pedro de Isunza.  El 1 de octubre de 1591 Isunza comisiona a Diego de Ruy Sáenz y Miguel de Cervantes Saavedra para ejecutar esta labor.

Cervantes viene a Lahiguera, su misión es recaudar grano, en total por Isunza: «60 mil fanegas de trigo y la cebada habas y garbanzos que se pudieren recoger», 




Como vemos, nuestro pueblo, se sigue llamando La Higuera de Andújar; aunque ya es un municipio independiente. No se sabe con exactitud en qué fecha Cervantes, el futuro autor de El Quijote, aún no lo había escrito, pasó por nuestra tierra.  En Arjona estuvo el 21 de Febrero, en Lopera y Arjonilla entre el 22 y el 25. Por estas fechas estaría por Lahiguera; en el invierno, la primavera de 1592. Es comúnmente admitido que estuvo en la romería de la Virgen de la Cabeza el último domingo de abril de ese año. En su obra Los trabajos de Persiles y Sigismunda la describe, la romería, magistralmente.

 El salario que Cervantes cobra en su oficio de recaudador es de 11 reales y 26 maravedíes  (una fanega de trigo vale 14 reales). Pero parece, estuvo varias veces preso, que no le bastaba. En la cárcel de Sevilla comenzó a gestar El Quijote.


Documento de una comisión para recaudar dada por Miguel de Cervantes. A la izquierda la firma del escritor.


Estos datos se basan en una publicación del Instituto de Estudios Giennenses realizada por D. Luis Coronas Tejada: Cervantes en Jaén, según documentos hasta ahora inéditos.


A continuación haremos una recreación de la visita del ilustre personaje.

Cervantes entra en La Higuera de Andújar por la puerta del oeste, la principal. La población presenta un recinto amurallado. Todo los caminos, el de Arjona, Andújar, Arjonilla, Jaén… el de Málaga, desembocan aquí. Ya está terminada la iglesia, es de una sola nave. Miguel entra y reza, presumiendo de cristiano viejo. El templo ha sido construido por  moriscos, el artesonado es mudéjar y tiene un magnífico retablo esculpido y pintado por cristianos. La iglesia se ha edificado extramuros (la muralla, con su puerta de entrada, estaba entre la iglesia y la Tercia).



Todavía se considera un prestigio vivir dentro de la muralla, el pueblo se ha ido extendiendo, derramando casas desde la primitiva plaza (calle Ancha) hasta la calle Las Piedras; vive una de las etapas prominentes de su historia. Fuera de la muralla están los arrabales, allí vive la peor gente; la arrabalera. Además de la iglesia hay otro edificio importante fuera de la muralla, es el mesón, donde descansará Cervantes. En tiempos no muy lejanos a esta visita, las poblaciones, sobre todo las cercanas a tierras de moros, eran muy insegura. Al llegar la noche se cerraban las puertas de la muralla y hasta el amanecer no se abrían. Por este motivo, cerca de las puertas, había lugares donde pasar la noche satisfactoriamente sin entrar en la ciudad. Nuestro huésped descansará en esta hospedería, tiene una despensa bien provista (pajar de Juanirri), (Otro túnel igual se encontraba en la Tercia, con la misma dirección Norte-Sur).




Miguel de Cervantes traspasa la puerta, a la izquierda está la antigua iglesia, ahora pósito donde discutirá con el concejo la calidad del trigo para ponerle precio; después el castillo, con unos pocos soldados a los que saluda con simpatía dada su antigua condición de militar. Por la época del año la calle, sin pavimento, está embarrada, solo algunas casas tienen a la entrada una losa. Una yunta de bueyes pasa con un carro, van por aceituna, la recolección se dividía, antes de navidad se recogía la aceituna del suelo; después toda.




Los representantes del municipio enseñan una carta a Cervantes, es del rey; dice que no se abuse en la recaudación del trigo, sobre todo en casos de necesidad. El concejo alega que se acaban de independizar de Andújar en un proceso muy costoso. Por otra parte la mayoría de la tierra pertenece a la nobleza andujareña. En el pueblo hay hijosdalgo sí, pero la mayoría con más hambre que riquezas. La carta la conoce Cervantes, la poseen todos los municipios, pero le da igual.
 Blas Palomino tiene veintidós años; Miguel de Cervantes, cuarenta y cinco.  Cervantes es una persona pendenciera e iracunda, con una calidad humana muy distante a la de escritor; se exaspera.  Blas Palomino pide al hombre manco benevolencia. Cervantes no puede resistirse, manda a los arrieros que tomen unos sacos de trigo y salgan de la villa, hacia el Salado, por el camino de Málaga, donde se unirán a otras recuas; van a Antequera.


Manuel Jiménez Barragán

NOCTURNAS EN SAN JOSE.

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Cortijo de San José: Fotografía nocturna.


   Como en otras ocasiones he mencionado, hay lugares que nunca te cansas de visitar y de disfrutar de su entorno. Este lugar es otro de ellos, y en este caso le hicimos una visita durante la noche: fotografía nocturna.


Fotografía del cortijo desde el paramotor, del 31/08/2014.



Esta otra realizada desde unos 700mts de altura, el mismo día.


    Nuestro pueblo tiene el privilegio de ser poseedor de muchas cosas de interés, aunque a veces algo olvidadas (disculpen mi insistencia y "pesimismo" ante estos hechos). Entre esas cosas, en este caso 'no materiales', existe un conjunto de personas (paisanos) que les une la afición (...o incluso pasión) por la fotografía. También este tipo de "riquezas" hay que preservarlas en un pueblo, no tan sólo sus monumentos, edificios, fuentes y lugares cotidianos (que sin duda hay que cuidar). Cuando me refiero, en este caso a la fotografía, no quisiera excluir otras dedicaciones/aficiones como la música (tenemos una fenomenal banda musical), el canto (un entusiasmado grupo rociero), ni otros artes quizás un poco más olvidados en estos tiempos que corren: como el teatro, la poesía, la pintura y otros más. Quizás convenga retomar ciertos oficios culturales que ayudarían a nuestro pueblo a tener muy buenos alicientes, con una gran diversidad de ocio.


   En este caso, concertamos una reunión de fotografía nocturna, o como se suele llamar ahora... una QDD (QueDaDa...de quedar). Aún siendo la primera reunión que se organiza, asistimos 5 aficionados de Lahiguera, y otro compañero de Vva. de la Reina: un total de seis. Tuvo lugar el día 29 de agosto del presente año 2014. En este tipo de reuniones, en muchos casos, se trata más de aprender algo nuevo de los demás, que de sacar "las superfotos" del año, aunque sucede que al final salen unas muy buenas fotos; pero sobre todo queda la experiencia del buen rato compartido entre los que asisten a este tipo de eventos.


   En la fotografía nocturna, se hace prácticamente indispensable la utilización del trípode, y en una moyoría de casos, también la utilización de un mando disparador para evitar la trepidación (que salga movida la fotografía) y para dar un mayor tiempo de exposición a la cámara (a veces hasta dos minutos y más).

   El juego de luces en estas fotografías de larga exposición, otorga unos resultados muy bonitos y artísticos: en el caso de la fotografía anterior, el nombre del pueblo ha sido realizado por uno de los compañeros con una linterna. Las estelas de luz que dejan los aviones al pasar o de alguna estrella fugaz (si se diera el caso) nos ofrecen unos resultados originales.



En estas dos fotografías se muestran otros ejemplos de juego de luces, lo que se llama "pintar" o "dibujar".

   Las estrellas y la luna son otros de los motivos de la noche, aunque son más bien un adorno para el sujeto que realmente queremos fotografiar: en este caso el cortijo de San José.



   En esta otra fotografía podemos apreciar las estelas de humo que dejan los aviones que no paran de pasar (a la izquierda); también esa estela de luz del avión que está pasando justo en el momento de realizar la fotografía (lado derecho de la misma); y como cosa de prueba, esos dos cañones de luz proporcinados por la linterna: pruebas y experimentos. Otra cosa que se aprecia muy bien en esta fotografía, es la Vía láctea.


Cortijo de San José y Jaén al fondo, en lado izquierdo.

   Para la realización de fotografía nocturna, es muy importante enfocar bien cuando se da el caso de que la cámara "no ve" (debido a la falta de luz), cosa que sí sucede en la fotografía diurna en la que las actuales cámaras con autofoco nos enfocan perfectamente lo que queremos e indicamos a la misma que nos enfoque. En este caso, y casi era el tema a tratar esta noche, aprendimos a calcular lo que se llama la hiperfocal y a hiperfocar con nuestras cámaras a partir de unos parámetros fundamentales, tales como la distancia focal y el valor "f". De no haber sido así, todo nos hubiera salido probablemente desenfocado y por tanto, "borroso".



   En las noches en que la luz lunar o ambiental nocturna es nula, se puede hacer uso de las linternas o flashes para poder iluminar, en su justa medida, nuestro objeto a fotografiar. Hay casos de quien prefiere no utilizar este tipo de iluminación, y por tanto dar mucho mayor tiempo de exposición. En el caso de la fotografía anterior, como en casi todas las mostradas...no en todas, se ha utilizado una luz externa o artificial.


En estas otras fotografías se aprecia ese tipo de iluminación que comentaba:

Aquí, incluso se aplico flash detrás de los fotógrafos.

En ésta, se aprecia más iluminación en el lateral izquierdo.



Otra fotografía de juego de luces, sin iluminación en el cortijo ni árboles.



Y con esta otra fotografía de la fachada del cortijo, nos despedimos hasta la próxima sesión.

   Terminamos a las 1:30 de la madrugada, y de no haber sido porque nos faltó la nevera con avituallamiento, seguro se hubiera prolongado un buen rato más. Todos compartimos unos momentos muy satisfactorios en este lugar tan entrañable; y las fotos....ahí están: cada cual juzgue lo que considere.


Gracias y saludos para todos los seguidores y lectores del Blog de Lahiguera.

Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 31 de agosto del 2014.




La Bobadilla: Time-lapse.

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Timelapse en el cortijo de La Bobadilla:

   Si lo expresáramos en castellano o español, quizás debieramos decir "Intervalos de tiempo"...o algo parecido (Time-lapse). Continuamente nos invaden los anglicismos, cuando nuestro lenguaje tiene recursos y riqueza, considero,  en exceso.

   Esta técnica consiste en la toma de fotografías cada cierto período de tiempo, las cuales son posprocesadas con un programa de edición, y nos permiten ver imágenes que habitualmente no son perceptibles por la lentitud en que suceden. De esta manera podemos, si se puede decir así, hacer una especie de película en la que todo lo que se ha captado se mueve rápidamente al unir todos esos fotogramas.

   Tras un verano, que aunque no muy caluroso, ha estado poco frecuentado por la evolución  o formación de tormentas, cuando llegan estas manifestaciones, se convierten en un espectáculo visual. También parece que hasta nos cambie el ánimo y el descanso.

   Observando el transurso del día, no apartaba de mi mente realizar unas tomas fotográficas de lo que sucedería la tarde del jueves 18 de septiebre del 2014. Aunque había una escasez de luz por el gran manto de nubes existente, a la misma vez proporcionaría un ambiente especial. Así, premeditadamente, tras cumplir con las obligaciones laborales, recogí los apechusques y puse rumbo hacia ese lugar que tanto me gusta de mi pueblo: los cauces del salado y saladillo... y su entorno. En un principio pensé en poner la postura en el Cortijo de San José (lugar que el día de antes visité caminando y cuyos encuadres memoricé), pero al pasar por la presencia del Cortijo de la Bobadilla...no me pude resistir: este lugar tan inspirador y pintoresco...al menos para mí. Así fue que tomé el camino que me llevaba hasta sus pies y traté de situar la cámara para tomar las fotografías, intentando recoger sus distintos puntos de vista interesantes.



   Antes de poner enlace a le peli resultante de todo esto, aclarar que hay un error en la misma; pero que en principio no voy a corregir: se trata de "a penas" en lugar de "apenas", que sería lo correcto en una de las frases que aparece en la misma. Hay multitud de ocasiones en las que miras y remiras...y al final siempre se escapa algún detalle; pues bien, eso forma parte de nuestra existencia. Por tanto, dejaré eso conforme ha tenido lugar, ..que a veces también es importante tener errores.

Enlace a la película:


Timelapse en el cortijo de la Bobadilla, Lahiguera, Jaén. from kunkache on Vimeo.




Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 19 de septiembre del 2014.

LA CUESTA DE LOS CABALLOS

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Cuesta de los Caballos


A finales del siglo XIX se comienzan a construir viviendas en lo que hoy conocemos como la «Cuesta de los Caballos». Desde donde termina lo más pendiente de esta calle, precisamente frente a la casa de los Caballos, hasta aproximadamente la mitad de la calle Cuesta Amargura. Es donde se realizan las primeras construcciones, son hogares, la mayoría, de jornaleros, aunque también de algún pequeño propietario. Al mismo tiempo la población se va asentando frente a estas primeras casas, formando la calle. Parte de la vía constituía, y aún sigue, la salida, los postigos, de las casas de la calle –recordando el Callejero Decimonónico- Llana, hasta la calle de Mateico.


Cuesta de los Caballos

La Cuesta de los Caballos ha tenido varios nombres: tras la guerra, General Mola; actualmente Federico García Lorca. Pero siempre, los higuereños, la  han llamado Cuesta de los Caballos. Este nombre se lo debemos a Juan José Barragán Pérez.
Juan José queda huérfano desde muy niño. Su tío abuelo, apellidado también Barragán y conocido como el Cura, es uno de los grandes hacendados del pueblo. Lo toma bajo su protección y se lo lleva a La Nava, una propiedad que tenía en Sierra Morena. Allí vive una vida bucólica apartada del mundanal ruido. Tanto es así que, cuando tiene unos doce años y regresa a su pueblo, viniendo por la carretera de Villanueva, poco antes de llegar a Santa Clara, sonaron las campanas de la iglesia y exclamó asombrado: «¡Qué cencerros más grandes tienen las vacas de este pueblo!».

Juan José Barragán Pérez

A Juan José, ya joven adolescente, le gustaba mucho jugar con los niños, y a los niños con él. Era muy alto, los niños se subían a su espalda y él hacía como que trotaba diciendo: «caballico, caballico, caballico». Se quedó con Caballo, dando origen a la saga de Caballos y Caballillos. También dando nombre a la calle, ya que vivía en la primera casa; subiendo, a la derecha, cuando termina lo más pendiente de la cuesta.
Estaba dotado de una fuerza colosal. En una ocasión, en aquellos entretenimientos, demostraciones de fuerza y destreza que hacían nuestros abuelos, levantó a la vez dos costales llenos de trigo, y con los pies metidos en una media-fanega.
Este hombre tenía un extraordinario parecido con el presidente norteamericano Eisenhower. Cuando en diciembre de 1952 Eisenhower visitó España, a Juan José le mostraban los periódicos preguntándole qué hacía allí. Él, atónito, juraba que alguien lo había pintado; que no había salido de Lahiguera.

Eisenhower y Franco

Las últimas casas que se construyen en esta calle son la que hay por encima de la iglesia, del templo nuevo. Los dueños extraían tierra, para nivelar, agrandar el corral comiéndole a la terrera, o para hacer cuevas. Estas faenas las realizaban los días de lluvia, con objeto de que la tierra estuviese más blanda y, sobre todo, para deshacerse de ella. La tiraban a la calle y, en la Cuesta de los Caballos, que estaba como un camino de tierra sin ningún tipo de asfalto, con la fuerte pendiente toda la tierra era arrastrada por el agua, al Arroyo las Cañas.
En esta calle ocurrió un hecho muy recordado y muy referido, sobre todo cuando un higuereño se «echa palante» ante una situación dificultosa. Ocurrió una Semana Santa.
Entonces los Pregones se celebraban a la tres de la mañana. Al Cerrillo, para la Carrera, a veces, se llegaba de noche. Cuando la procesión iba por la Cuesta de los Caballos siempre era de noche.
Aquel año había llovido muchísimo, la calle era un auténtico barrizal, un banqueo –como decimos nosotros-. Por allí pasaba Nuestro Padre Jesús. Entre el público, hermano cofrade, estaba Miguerei. Hombre pequeño, fuerte, bruto; los que lo recuerdan hablan de su cariño a los santos de las procesiones y su pasión por el tabaco; siempre estaba buscando sus apechusques para encender el cigarro.

Cardo yesquero

«Tienes la cabeza como la porra de un yesquero». Esta frase se decía mucho, todavía quedan algunos cardos yesqueros, supervivientes de los herbicidas. Este cardo se utilizaba como mecha, en ella saltaba la chispa del golpe de un pedernal con el chisquero.
La imagen, llevada en andas, de Jesús, llega hasta la altura de la casa de los Caballos; queda lo más abrupto de la cuesta. Los anderos se detienen, apenas se ve; dudan. Voces dicen que es mejor volverse; por allí no se puede pasar, en el barro hondas pisadas de mulos están llenas de agua.


Miguerei, la cara iluminada por los chispazos del pedernal, grita: «¡POR AQUÍ PASA NUESTRO PADRE JESÚS AUNQUE LE LLEGUE EL BARRO AL PESCUEZO!».
Y así fue, bajó la procesión por la Cuesta de los Caballos, de barro sí que  se llenaron los anderos, hasta las partes más pudendas.



Agradeciendo la colaboración de Jerónimo Barragán Jiménez

Manuel Jiménez Barragán




Fotografía: Aéreas Lahiguera 2014.

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Fotografías aéreas Lahiguera, año 2014:

No considero que merezcan mucho texto que las acompañe; simplemente son fotografías de nuestro pueblo, Lahiguera, realizadas desde el paramotor el 25 de octubre del 2014.

Fueron tomadas en la tarde de la mencionada fecha, casi escondiéndose el sol.

Paso a mostrarlas:


















Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 3 de noviembre del 2014.



HISTORIA DE LAHIGUERA A TRAVÉS DE LAS ACTAS DEL AYUNTAMIENTO DESDE EL AÑO 1833 A 1876.

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HISTORIA DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA EN EL AÑO 1833 A TRAVÉS DEL ESTUDIO DE LAS ACTAS CAPITULARES DE SU AYUNTAMIENTO Y COMENTARIOS  PARALELOS DEL DEVENIR DEL REINO DE ESPAÑA DE ESE TIEMPO HISTÓRICO (PRIMERA PARTE).


Se recoge en este artículo copia literal de las actas de las sesiones de plenos municipales del Ayuntamiento de la Higuera cerca de Arjona correspondientes al año 1833. Para su publicación este artículo se divide en dos partes, dada la extensión del mismo. En una primera parte daremos referencia de las actas de la primera mitad del año 1833, junto a comentarios sobre la paralela acción política que se desarrollaba en España en ese año y periodo histórico. 

 
LIBRO DE ACTAS CAPITULARES DEL CABILDO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DEL AÑO 1833.


 Libro de Actas correspondiente al año 1833

En la primera página del libro de las actas capitulares del año 1833, hay una anotación a lápiz en el ángulo izquierdo que pone Nº 3 y en el ángulo derecho 1833, referido al año que se compendia. Entendemos por el tipo de letra y números, que esa anotación a lápiz corresponde a un primer intento de ordenar y guardar el archivo en su tiempo.
Aparece en la parte superior de cada folio un triple sello de oficio.
En el primer sello ovalado aparece: Sello 4º 40 mrs. En el sello central aparece: HISP. ET IND. R FERD. VII. D. G. 1833. En el tercer sello ovalado aparece: Año de 1833.







Impreso del Sello de Oficio correspondiente al año 1833 sobre el que se escribían las Actas Capitulares.


Nota a tener en cuenta en la trascripción de todas las actas: En todos los casos la transcripción es literal, si bien se ha procedido: a interpretar en algunos casos los textos confusos o ilegibles, a no utilizar las mismas abreviaturas de palabras en orden a dar claridad al texto redactado, y la imposibilidad de transcribir fielmente en la abreviatura la colocación de algunas grafías, a acentuar las palabras que en muchos casos no figuraban acentuadas; si se ha respetado siempre la ortografía original, las uniones indebidas de palabras y la redacción del texto en general.

ACTA DE LA REUNIÓN  DEL 10 DE ENERO DE 1833, DE LOS JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA SOBRE LOS NOMBRAMIENTOS DE DEPOSITARIOS DE CONTRIBUCIONES, PÓSITOS Y TESORERO.

 
“Acuerdo…. 
En la villa de Higuera cerca de Arjona en diez del mes de Enero de mil ochocientos treinta y tres reunidos los Justicia y Ayuntamiento de esta villa que al final firmaran por el Sr. Presidente se hizo presente era de necesidad nombrar Depositario de Prop. de contrivuciones de Propios de Pósitos y para Toldero (¿Tesorero?) y Smd. fueron de parecer nombrar para Depositario de Prop. á Don Alonso de Fuentes y para Depositario de Pósito á Juan García Sabalete, para Depositario de Contriv.  Pedro Navarro García y para Toldero (¿Tesorero?)  y Smd. á Juan Gavilán, los cuales dichos nombramientos se les hiciese saber a los referidos para su aceptación, por medio del Srio. (Secretario) y si alguno no admitiese su nombramiento se dé cuenta para determinar. Lo acordaron, mandaron y firmaron de todo lo cual yo de Srio. Doy fe.=

En el margen izquierdo del acta está escrito:

“En diez de Junio de 1834 di testimonio de este acta de mandato judicial a los individuos de este Ayuntamiento q. firmo doy fe = Pérez”(Rúbrica)

Al final del acta aparecen las rubricas de los Sres.:

Salvador Martínez.  Alonso Fernández.  Dice: La X es de Juan Pérez López.  Juan Mercado.   Bartolomé García.   Juanandrés  Cuvylla (ilegible).  Dice: La X  es de Manuel García.  Jacobo Martínez. 
Ante mi Sebastián Pérez.

Aunque no se puede precisar se supone que el Alcalde Presidente sería el primer firmante D. Salvador Martínez, sería Teniente de Alcalde D. Alonso Fernández, y los siguientes señores serían los seis regidores o concejales municipales, a saber: D. Juan Pérez López (que no sabía firmar), D. Juan Mercado, D. Bartolomé García, D. Juanandres Cuvylla ( con una firma ilegible, que se ha podido confirmar por rúbricas de otras actas posteriores), D. Manuel García ( que aparece como firmante con una aspa o equis, como solía hacerse con los que no sabían firmar) y D. Jacobo Martínez.

Nota: Se utiliza la forma de firmar con “La X es de…“ en los casos en que los señores regidores o concejales no sabían firmar y esto lo escribía el Secretario del Ayuntamiento y el titular marcaba una X, firmando debajo el Secretario con su firma para darle validez. En aquellos años alrededor del 80% de los españoles no sabía leer ni escribir.
 

Unos días antes de la anterior reunión del Ayuntamiento de la Higuera cerca de Arjona, en el Reino de España el 4 de Enero de 1833, el rey Fernando VII, una vez restablecido de una grave enfermedad, retoma las riendas del gobierno y convoca una junta ante la que denuncia la confabulación de que han sido víctimas su esposa y él, haciéndoles creer que todo el país rechazaba la Pragmática Sanción (que abolía la Ley Sálica) y declara, por tanto, nulo el decreto de derogación que su hermano Carlos María Isidro, con engaños, le había obligado a firmar. En los últimos años de la vida de Fernando VII, en octubre de 1830, nació Isabel de Borbón. 

Finalmente el rey Fernando VII había conseguido tener descendencia con su cuarta esposa su sobrina María Cristina de Borbón.




Dos pinturas de Isabel II niña



La Regente María Cristina 
 
Fernando VII con su cuarta esposa María Cristina de Borbón


Unos meses antes del parto, en previsión de que el recién  nacido no fuera varón, el rey aprobó la Pragmática Sanción por la que se abolía la Ley Sálica de 1713 que excluía del trono a las mujeres. Carlos Mª Isidro, hermano del rey y hasta ese momento su sucesor, vio cerrado su camino al trono. Carlos no aceptó los derechos de su sobrina al trono.
Inmediatamente después de conocerse la muerte de Fernando VII, en septiembre de este mismo año de 1833, se iniciaron levantamientos armados a favor del pretendiente Carlos. Comenzaba una larga guerra civil que iba a durar siete años.La guerra civil (1833-1839)
 

El pretendiente Carlos María Isidro.
 


La reina María Cristina jura su cargo de Regente del Trono de España por la minoría de edad de su hija Isabel.


Ante la minoría de edad de Isabel, su madre María Cristina de Borbón asumió la Regencia a la muerte de su marido Fernando VII en este año de 1833. Pese a que la Regente no se identificaba con  su ideario, los liberales se configuraron como la única fuerza capaz de mantenerla en el trono. Así, María Cristina llamó a Martínez de la Rosa, un liberal moderado, a formar un gobierno que hiciera frente a la insurrección carlista. Martínez de la Rosa emprendió una serie de reformas muy moderadas. Entre ellas destacó el Estatuto Real en 1834. Se trata de una Carta Otorgada, concedida por la voluntad de la Regente, en la que se conceden algunas reformas:
Se establecieron unas Cortes bicamerales formadas por la Cámara de Próceres, constituida por los Grandes de España y otros designados de forma vitalicia por el monarca, y la Cámara de Procuradores, elegida mediante un sufragio censitario muy restringido. Solo  los varones de más de treinta años que poseyeran una renta superior a doce mil reales anuales tenían derecho de voto.
Estas Cámaras tenían funciones muy limitadas. El monarca mantenía importantes poderes: podía convocar y suspender Cortes cuando quisiera y cualquier ley, además de la aprobación de las Cámaras necesitaba el consentimiento del rey (el monarca tenía el derecho de veto).
 
Martínez de la Rosa


La insuficiencia de las reformas de Martínez de la Rosa, en un contexto de guerra civil contra los carlistas, llevó a que los liberales terminaran por escindirse en dos grupos: moderados y progresistas. La guerra civil culminó la división del liberalismo español, iniciada en el Trienio Liberal.

Los liberales progresistas, antiguos “exaltados”, mantendrán hasta 1868 el siguiente ideario:
  • Limitación del poder de la Corona
  • Ampliación del sistema de libertades
  • Defensores de reformas radicales como la desamortización de los bienes eclesiásticos y de los ayuntamientos.
  • Ampliación del cuerpo electoral. Defienden un voto censitario más amplio.
  • Elección popular de alcaldes y concejales en los ayuntamientos.
  • Liberalismo económico y reducción de la protección arancelaria.
  • Constitución de un cuerpo armado, la Milicia Nacional, como garante de las libertades.
Los progresistas concentraron su apoyo social en las clases medias urbanas: artesanos, tenderos, empleados...
Sus principales dirigentes fueron Espartero, Mendizábal, Madoz, Olózaga y Prim.
A lo largo del reinado de Isabel II y la regencia de su madre María Cristina solo estuvieron en el poder durante breves períodos: 1835-1844 y 1854-56 (Bienio progresista). La mejor concreción de su programa fue la Constitución de 1837.
Hacia 1849 sufrieron una escisión por su izquierda, naciendo el Partido Demócrata. Que defendían el sufragio universal, la asistencia social estatal y una amplia libertad de asociación.
Los liberales moderados, antiguos “doceañistas” en el Trienio, plantearon un programa mucho más conservador:
  • Orden y autoridad fuerte: fortalecimiento del poder del rey y restricción de las libertades.
  • Rechazo de las reformas que pusieran en cuestión sus propiedades, veían el exceso de libertad como un peligro al poder ser utilizada por las clases populares. No obstante, tras las desamortizaciones realizadas por los progresistas, no trataron de devolver sus propiedades al clero o a los ayuntamientos.
  • Sufragio censitario restringido.
  • Designación de los ayuntamientos por el gobierno central.
  • Supresión de la Milicia Nacional.
 

Este programa se concretó en la Constitución de 1845, Ley de Ayuntamientos de 1845 y Ley Electoral de 1846.
 Su apoyo social residía en las clases altas del país: terratenientes, grandes industriales, burguesía financiera y comercial.
 Sus principales dirigentes fueron Martínez de la Rosa, el general Narváez y Alejandro Mon.
En contexto de guerra civil, tuvo lugar en 1836 la "Sargentada de la Granja". Los sargentos de la Guardia Real obligaron a la Reina Regente que descansaba en el palacio de la Granja a suspender el Estatuto Real y proclamar la Constitución de 1812.
María Cristina tuvo que llamar a los progresistas al poder con Mendizábal. Una vez en el gobierno, dándose cuenta de que la Constitución de 1812 era inaceptable para los moderados, iniciaron un proceso de reforma de la Constitución de Cádiz, buscando el compromiso con los moderados mediante una serie de concesiones.



Juan Álvarez de Mendizabal.


El nuevo texto constitucional tuvo las siguientes características:
A) Se establecía, sin lugar a dudas, el principio de la soberanía nacional.
B) El Estado se organizaba siguiendo la división de poderes:
   1. Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado
   2. Todas las leyes aprobadas por ambas cámaras
   3. El Senado nombrado por el rey, tras elección de una terna por el cuerpo electoral.
   4. Poder ejecutivo: el Rey.
   5.  Otros poderes del monarca:
     a)  Iniciativa legislativa.
     b) Veto ilimitado
   c) El rey designaba a senadores y nombramiento de ministros. Los ministros debían conseguir la “doble confianza”, además de ser nombrados por el rey debían ser aceptados por las Cortes.
d) En caso de desacuerdo, el rey podía adoptar la disolución de las Cortes.
e)  Se recogían diferentes derechos individuales y libertad de imprenta.
f)   No se prohibían otras religiones. 

En 1837, fuera de la Constitución que no determinaba el tipo de sufragio, se aprobó una ley electoral que estableció el voto censitario masculino. Tenían derecho de voto:
  • Los mayores contribuyentes (cuota impositiva mínima directa)
  • Varones de determinado nivel intelectual: miembros de las Reales Academias, profesores de la enseñanza pública, doctores, licenciados, curas párrocos (“capacidades”)
En total unos 240.000 varones de más de 25 años 1/58 de la población… aún así, el fraude electoral era la norma. 
El conflicto sucesorio escondía un enfrentamiento que dividió política y socialmente al país. En el bando isabelino se agruparon las altas jerarquías del ejército, la Iglesia y el estado, y a ellos se unieron los liberales, que vieron en la defensa de los derechos dinásticos de la niña Isabel la posibilidad del triunfo de sus ideales.
En el bando carlista se agruparon todos los que se oponían a la revolución liberal: pequeños nobles rurales, parte del bajo clero y muchos campesinos de determinadas zonas del país, muy influenciados por los sermones de sus párrocos y para los que el  liberalismo venía a suponer simplemente un aumento de impuestos. Todos estos grupos identificaron sus intereses con la defensa de los derechos al trono de Carlos y los ideales que el pretendiente defendía, el absolutismo y el inmovilismo absoluto. Ya durante el reinado de Fernando VII, en torno a Carlos se había agrupado los denominados "apostólicos", núcleo del absolutismo más intransigente.

 
Batalla durante la guerra carlista.




Mapa donde se expresan las zonas de predominio liberal y carlista, las ciudades seguidoras de uno u otro bando  y las expediciones carlistas hacia Andalucía. 


El carlismo, como pronto se empezó a llamar al movimiento que apoyaba los derechos de Carlos de Borbón, tuvo fuerte influencia en Navarra, País Vasco, zona al norte del Ebro, y el Maestrazgo, en las provincias de Castellón y Teruel. Esta distribución geográfica debe de contemplarse en el contexto de un conflicto campo-ciudad. En la zona vasco-navarra, Bilbao, Pamplona o San Sebastián fueron liberales a lo largo de todo el conflicto.
El programa ideológico-político del carlismo se podía sintetizar en el lema “Dios, Patria, Fueros, Rey”. Estos son los principales elementos de su programa político:
  • Oposición radical a las reformas liberales. Inmovilismo
  • Defensa de la monarquía absoluta
  • Tradicionalismo católico y defensa de los intereses de la Iglesia
  • Defensa de los fueros vasco-navarros, amenazados por las reformas igualitarias y centralistas de los liberales:
    • Instituciones propias de autogobierno y justicia
    • Exenciones fiscales
    • Exenciones de quintas
La guerra en el terreno bélico tuvo dos grandes personajes: el carlista Zumalacárregui, muerto en el sitio de Bilbao en 1835, y el liberal Espartero.
 
Tomás de Zumalacárregui.


Tras unos primeros años de incierto resultado, a partir de 1837, las derrotas carlistas fueron continuas y Don Carlos terminó huyendo a Francia.
  

El abrazo de Vergara supuso un cierre en falso de la primera guerra Carlista.


La guerra concluyó con el denominado Convenio o Abrazo de Vergara (1839). Acuerdo firmado por Espartero y Maroto, principal líder carlista tras la muerte de Zumalacárregui. En el acuerdo se reconocieron los grados militares de los que habían luchado en el ejército carlista y se hizo una ambigua promesa de respeto de los fueros vasco-navarros. En realidad, se mantuvieron algunos de los privilegios forales y se eliminaron otros.
 
La oposición de la Regente a la Ley de Ayuntamientos de 1840 (elección alcaldes y concejales), unido a diversos problemas ligados a la vida privada María Cristina la forzaron a renunciar y a marchar fuera del país. En su ausencia se nombró a un nuevo Regente: el General Espartero (1841-1843).


Espartero Regente.

Durante su corta regencia, se aceleró la desamortización de los bienes eclesiásticos y se recortaron los fueros vasco-navarros.
La firma de un acuerdo librecambista con Inglaterra engendró grandes protestas en Barcelona que fueron duramente reprimidas. El bombardeo de la ciudad llevó a que Espartero perdiera toda su popularidad, incluso entre los propios progresistas.
Finalmente, una sublevación militar organizada por los  moderados, a la que se unieron algunos progresistas, precipitó el fin de la Regencia de Espartero. Para salir del impasse político en el que se hallaba el país, las nuevas autoridades aceleraron, pese a tener solo catorce años, la coronación como reina de Isabel II.
Es muy interesante documentarse con la entrevista con el título “La Reina Isabel II de Borbón, explicada por Germán Rueda (Catedrático historiador de Universidad de Cantabria) “. 

Para ello pinchar en el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=1VNVrCOhRns


ACTA DE NOMBRAMIENTO DE REGIDOR SUPLENTE PARA LA JUNTA DE PROPIOS DE 3 DE FEBRERO DE 1833.



“Acta de nombramiento de Regidor suplente para la Junta de Prop…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en tres del mes de Febrero de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS (Señores) Justicia y Ayuntamiento de esta villa que al final firman por el Sr. Presidente se mandó leer la Orden Circular que comunica el Sr. Intendente  Subdo. (Subdelegado) de Propios y Arvitrios de esta provincia con fecha 1º de Agosto progsimo (próximo) pasado que el Ilmo. Sr. Director Gral. de Prop. y Arvitrios del Reino le comunica con fecha 20 de julio del mismo por la que el Rey Nuestro Sr. Se a servido mandar por punto gral.  Que los Ayuntamientos del nombrar al principio de cada año los Regidores que deven  concurrir cada año a las Juntas  de Prop.; nombren también suplentes para que no falte el número de vocales conforme a los referido en el Artº 12 de la R. Instrucción de 30 de julio de 1760 y somos enterados de su contenido, mandaron se guarde y cumpla y en su secuencia por unanimidad nombraron a el Diputado Jacovo  Martínez por ser de los más a propósito para este empleo, con lo que se concluyó el acto que firman Smd. é yo el Srio. (Secretario) de que doy fe.=

Aparecen rubricas de los Sres.:
 
Salvador Martínez.  Alonso Fernández.  Dice: La X es de Juan Pérez López. Juan Mercado. Bartolomé García. Juanandrés Cuvylla (ilegible).  Jacobo Martínez. Dice: La X es de Manuel García.
Ante mi Sebastián Pérez.”


ACTA DE LA REUNIÓN  DE LOS SEÑORES JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 22 DE FEBRERO DE 1833.


Esta acta esta dedicada a la comunicación del Sr. Gobernador de Martos al Ayuntamiento de la Higuera cerca de Arjona, como lo ha hecho al resto de los pueblos bajo su autoridad, sobre el Encabezamiento de Penas o de Cámara desde el año 1834 al año 1840. El Ayuntamiento Decide por unanimidad mandar a D. Juan Gavilán para que vaya a Martos a cumplir con la representación del Ayuntamiento, para lo cual se le facilitan intereses o bienes para el costo de la diligencias.


Páginas del Acta de 22 de Febrero de 1833.


Acuerdo de 22 de Febrero…
 En la villa de la Higuera cerca de Arjona en veinte y dos días del mes de febrero de mil ochocientos treinta y tres reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento de esta villa que al final serán conocidos por sus firmas en su sala capitular como lo tienen de costumbre asistido de mí el Serio. (Secretario) por el Sr. Presidente se mandó leer la orden que por vereda comunica el Sr. Gobernador de Martos en diez y seis del actual para que los Ayuntamientos de cada pueblo desde su margen nombren persona que vaya  a esta villa a hacer el Encavezamiento de Pena s de Cámara desde el año de mil ochocientos treinta y cuatro asta el de cuarenta inclusive y estos SS. mandan (aparece tachado) de unánime conformidad nombraron a Juan Gavilán de esta vecindad para que vaya a la villa de Martos a hacer el nuevo encabezamiento por los seis años referidos según se manda en esta Orden y se faciliten intereses para el costo de las diligencias según también se previene (x manda) sacando testimonio del acta y entregándose esto al referido Juan Gavilán para que acredite su nombramiento. Lo acordaron, mandaron y firmaron los SS. del Ayuntamiento de todo lo cual yo el Srio. (Secretario) doy fe.=

En el margen  izquierdo del acta aparece escrito:

Saque testimonio del acta en veinte y tres del mismo para el Comisionado.”Rubrica de Pérez el Secretario

Al final del acta aparecen las rúbricas de los Sres.:
Salvador Martínez.  Alonso Fernández.  Dice: La X es Juan Pérez López.  Juan Mercado.  Bartolomé García.  Juanandrés Cuvylla.  Dice: La X es de Manuel García. Jacobo Martínez.
 
Ante mi Sebastián Pérez.”


ACTA DE LA REUNIÓN DEL 24 DE ENERO DE 1833 DE LOS SS. JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO POR LA PETICIÓN DEL DOCUMENTO DE DESCARGO DEL AYUNTAMIENTO POR VALOR DE 27.422 ESCUDOS, SACADOS DE LA TERCIA EN 1809.

Como hemos comprobado las actas no guardan el orden de las fechas, tras la primera de fecha del mes de Enero de 1833, han aparecido dos actas con fechas de Febrero y en este caso se retoma la fecha de Enero de 1833, desconocemos si el objeto de esta reunión se debió a la problemática que plantea en el documento de descargo de 27.422 escudos por parte del Ayuntamiento.

Este asunto va a ser objeto de tratamiento en otras actas posteriores, se refiere a que el Ayuntamiento ha de dar cuenta a la Real Hacienda de los productos sacados de La Tercia decimal por valor de 27.422 escudos en 1809. En su momento se dará explicación de que con ocasión de la invasión francesa se han extraviado los recibos que testifican que se habían sacado cereales del almacén de la Tercia, para atender a las tropas españolas con ocasión de la invasión francesa por parte de los ejércitos imperiales de Napoleón.


"Acuerdo de 24 de Eenero...
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en veinte y cuatro días del mes de Enero de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento de ellas en su Sala Capitular como lo tienen de costumbre asistidos de mí el Srio. Por el Sr. Presidente se mandó leer un oficio del Comisionado por este Ayuntamiento para la liquidación con la Real Acienda en que manifiesta necesitar documento de descargo por 27422 E. que resultan sacado de la tercia decimal en 1809 y principio de Enero siguiente se acordó buscarlos en Sria. (Secretaría) y remitírselos con la correspondiente seguridad a cuyo trabajo se dedicará el Sr. Alcalde 2º, Regidor 2º y presente Srio. (Secretario). Y evacuado de su cuenta al Ayuntamiento para determinar lo que corresponda.
Lo acordaron, mandaron y firmaron de que yo el Srio certifico.=

Aparecen rúbricas de los Sres.:
 
Salvador Martínez.  Alonso Fernández.  Dice:La X es de Juan Pérez López.  Juan Mercado.  Bartolomé García.  Jacobo Martínez.  Juanandrés Cuvylla.
Ante mi Sebastián Pérez.”


ACTA DE LA REUNIÓN DEL JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 6 DE FEBRERO DE 1833.

Esta acta trata sobre la búsqueda en La Secretaría y Archivo del Ayuntamiento del Documento para la liquidación de suministros, por valor de 27.422 escudos, reclamado por el Apoderado de Jaén, D. Antonio María Campo.
Es un acta muy interesante desde el punto de vista histórico porque claramente da a entender que con ocasión de la Invasión Francesa, las Tropas Imperiales alojadas en el Ayuntamiento quemaron, rompieron y rociaron los documentos entre los que se argumenta estaba el recibo de entrega al Sr. Toledanos de los granos almacenados en La Tercia, para su envío a las tropas españolas de Baeza, Mengivar, Linares y Andújar y una a Jaén, cuando la retirada del Egercito (Ejercito) y la entrada de los franceses. Cereales que fueron suministrados a las tropas españolas hasta 1810. Hay algunas referencias al año 1809 y 1810 que aparentemente no concuerdan con la fecha de 1808 y la celebración de la Batalla de Bailén el 19 de Julio de ese año. Se puede suponer que hacen referencias a lo que se dice por los mayores del pueblo del año 1833, han pasado 25 años entre la invasión y la reclamación de la Hacienda Real, y es posible que las memorias de los supervivientes o sucesores no fuesen muy ajustadas a los tiempos referidos, o que la permanencia de las tropas españolas en la zona, hasta que se acordase y realizase todo el proceso de expulsión de los ejércitos franceses por Cádiz, tras la negativa Inglesa a colaborar con sus barcos y el envío a Mahón y otros lugares, alargase la estancia de las tropas españolas . La requisa de los cereales de La Tercia decimal de la Higuera cerca de Arjona, tan necesarios para el alimento de la tropa y caballería, comenzaría en tiempos anteriores a la invasión francesa de toda la zona, y continuaría hasta la expulsión de las tropas francesas vencidas.

La importancia de este documento-acta viene dada porque acredita la entrega de cereales a los ejércitos de los Generales Redding y Coupigny,  vencedores de La Batalla de Bailen en 1808. En el texto: “cuando fueron invadidas las Andalucías por los Egércitos llamados Imperiales, las tropas que llegaron a esta villa se alojaron en las casas Capitulares ocupando la Sria. (Secretaría)” se da a entender la entrada de los ejércitos imperiales en la Higuera cerca de Arjona, extremo que confirma su presencia en el pueblo, asunto nada extraño dado que estuvieron sitiados los franceses en Andújar, Arjona y en Villanueva de la Reina , donde libró batalla el General Coupigny con su ejército, tras haber estado asentados junto a las orillas del Salado a la altura del hoy Cortijo de “La Paz” con el General Redding y su ejército, siendo esa una zona con agua del Salado y abundante agua dulce en un pozo  de esa zona cuyo nombre y ubicación desconozco de momento. Todo esto ocurrió, tras el acuerdo de estrategia de ataque de los ejércitos españoles en la reunión de Porcunaentre los Generales citados y el General Castaños;todo esto ocurría  antes de separarse Redding camino de Mengivar y aposentarse, en un campamento improvisado, Coupigny  y su ejército a la altura de lo que hoy conocemos como Puente del Gato, el Pozo del Beato (hoy cegado, pero en su momento pozo importante) y la zona de Los Pozos y El Gusano algo más abajo. Un día antes de atacar los ejércitos Imperiales posicionados en Villanueva de la Reina.



Página correspondiente al acta de fecha 6 de Febrero de 1833.


“Acuerdo de… 
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en seis días del mes de Febrero de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento de ella en la Sala Capitular como lo tienen de costumbre asistidos de mí el Srio. El Sr. Alcalde y Regidor 2º manifestaron que con el presente Srio. (Secretario)  se havían dedicado a registrar con toda detención y escrupulosidad los papeles que ovran en Sria. (Secretaría) y Archivo del Ayuntamiento a fin de encontrar los documentos que para la liquidación de Suministros reclama el apoderado en Jaén Don Antonio María Campo, que con este motivo habían ecsaminar (examinar) gran porción de legajos, que contenían papeles de diferentes épocas y de ramos distintos todos confundidos y mutilado en gran parte, sin que en ninguno hayan encontrado ninguno que tenga conecsión (conexión)con lo que se buscaba; que por conocer la inutilidad de las diligencias no an perdido más tiempo en ellas; pues se recuerdan que en 1810 cuando fueron invadidas las Andalucías por los Egércitos llamados Imperiales, las tropas que llegaron a esta villa se alojaron en las casas Capitulares ocupando la Sria. (Secretaría). Cuyos  papeles se destrozaron, por haverse quemado unos, roto los  otros, y rociado los demás, los cuales se recogieron sin método, y esta es sin duda la causa de encontrarse en la disposición que refiere, siendo de inferior que estando a la mano los de los años inmediatos debieron ser el 1er objeto de encono de los Soldados que en nada reparavan , y que de consiguiente es regular se ubiesen perdido los que ahora hacen tanta  falta ; En vista de este informe conferencio el Ayuntamiento sobre el particular trayendo a la memoria varios lances de aquel tiempo de que fueron testigos los más, que de la Carolina venía un Comisionado que se decía Toledanos, el cual ocupó todos los granos que había en la Tercia embargándolos  y haciéndolos conducir a la Carolina y otros puntos ocupados por las tropas españolas, como eran Baeza, Mengivar, Linares y Andújar, y una a Jaén cuando la retirada del Egército y entrada de los Franceses; que el dicho Toledanos requería y apremiava  a la Justicia para la entrega, y hacia que esta diese recibo a los fieles de la Tercia, de los cuales dava el comisionado otro resguardo que se hivan reunidiendo en la Sria. (Secretaría). De Cabildo en donde debían estar a la entrada del gército invasor: Por consecuencia de todo el Ayuntamiento se penetró de que no sería fácil encontrar los documentos, pero sí que se podía justificar el echo tan solamente como había sucedido, por medio  de testigos  presenciales; cuyos  dichos razonados sirviesen de prueva de los suministros por falta de los dichos documentos, y en su vista acordó que poniéndose testimonio de este acuerdo y del que lo motivase pase el Espediente al Juzgado del Sr. Presidente para que con las solemnidades competentes se abilite la justificación indicada y todo echo se embie a el Encargado de la Liquidación para que solicite la revaja de cargo de los 27422 E mediante a que efectivamente fueran suministrados a las tropas españolas asta Enero de 1810.- Así lo acordaron, mandaron, y firmaron los SS. De este Ayuntamiento de todo lo cual yo el Srio. certifico=


Aparecen las rubricas  de los Sres.:


Salvador Martínez.  Alonso Fernández.  Juan  Mercado.  Dice: La X es de Juan Pérez López. Bartolomé García.   Juanandrés  Cubillas.  Dice: La X es de Manuel García.
 
Ante mi Sebastián Pérez.”


ACTA DE LA REUNIÓN DE LOS SEÑORES JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA  27 DE MARZO DE 1833.

En este acta se pone de manifiesto la importancia que se concede a las elecciones municipales, contando para el proceso de preparación de las mismas con la presencia en el pleno del Dr. D. Juan Manuel Sainz Pardo, abogado de los Reales Consejos Mayor y Capitanía General, junto con los  Regidores miembros de la corporación municipal, en pleno, Sindico Procurador general del Ayuntamiento y Personero, así como los dos Diputados del Común y los  ocho Mayores Contribuyentes del pueblo como asociados al Ayuntamiento, como electores según el modelo censitario de elección tal como estaba legislado en este tiempo.
El sufragio censitario o sufragio restringido fue un sistema electoral, vigente en diversos países occidentales entre fines del siglo XVIII y el siglo XIX, basado en la dotación del derecho a votosólo a la parte de la población que contara con ciertas características precisas (económicas, sociales o educacionales) que le permitiera estar inscrita en un "censo electoral". El sufragio censitario se contrapone al sufragio universal, que no establece condiciones salvo mayoría de edad y la ciudadanía (aunque hasta el siglo XX estaba limitado al sufragio masculino).

El censo electoral, dependiendo de cada legislación, incluía restricciones que, descontando desde ya el sexo (la limitación del sufragio femenino), abarcaba los siguientes campos:

1. Restricciones económicas (como el requisito de poseer propiedades inmuebles o un determinado nivel de rentas). Fueron las más extendidas en las diversas legislaciones, debido a que la falta de riqueza despojaba del derecho a voto ampliamente a numerosas categorías de personas que no tenían acceso al patrimonio (que iban desde las mujeres hasta las poblaciones no blancas).

2. Restricciones relacionadas con el nivel de instrucción (requisito de saber leer y escribir). Un ejemplo fueron los "exámenes de alfabetización" practicados en los estados sureños de Estados Unidos de América hasta la promulgación de la Ley de Derechos Civiles de 1965. Estos exámenes en la práctica se utilizaban para negar el derecho a voto a la población de raza negra, aun cuando, de hecho, parte de ella estuviera alfabetizada.

3. Restricciones sociales (pertenencia a determinado grupo social).

Otras restricciones que se podían encontrar en el sistema censitario se referían a la filiación e incluso el estado civil (solteros).
El sufragio censitario fue la norma para calificar tanto a electores como a elegibles en las primeras revoluciones liberales(estadounidense, francesa, etc.) y durante el siglo XIX. En Sudamérica el sufragio censitario existió en la mayoría de los países hasta la década de 1910 cuando se estableció como único requisito el leer y escribir, con lo cual se duplicó el cuerpo de electores.
En el sistema censitario se podía dar el caso de que, reuniendo determinadas características, se dispusiera de derecho a más de un voto. O que los votos de diferentes categorías de personas tuvieran ponderaciones inequitativas en el recuento final. Lo que efectivamente ocurría en la legislación prusianadenominada "sistema de tres clases". Allí el padrón electoral se dividía en tres tramos o clases, de acuerdo a las rentas e impuestos de los votantes. Cada una de las clases tenía una ponderación igual a las otras, independientemente del número de electores que la compusieran. Por lo que el desequilibrio en la distribución del ingreso hacía que este sistema abrigara distorsiones especialmente fuertes. Así, en 1849, la primera clase incluía a un 4,7% de la población, la segunda clase un 12,7%, y la tercera clase un 82,6%. Por lo cual los votantes de la primera clase, que pagaban más impuestos y eran los más ricos, estaban sobre-representados en relación a su número en una proporción de 17,5 a 1 en comparación con los votantes de la tercera clase. Años después en España se establecieron tres categorías de electores, tal como veremos en otras actas: Mayores Contribuyentes, Medianos Contribuyentes, y Pequeños contribuyentes. Hubo un periodo de sufragio censitario indirecto, situado entre 1834-1836, cuando desde 1808-1810 hubo sufragio universal indirecto que se prolongo hasta 1833. Desde 1837 a 1868 hubo sufragio censitario directo, fluctuante respecto de las dimensiones del cuerpo electoral que había de componerlo, según versiones más o menos ampliatorias de los grupos políticos que operaron en la dirección del régimen político en cada momento. Entre 1868 y 1877 de nuevo adviene el sufragio universal directo, pero en 1877 se retorna al sufragio censitario hasta 1890.
En realidad España intentó, a partir de 1808, una evolución lineal que, sin tropiezos permitiese dibujar un curso progresivo en el régimen político y en la estructura de la sociedad española, era el proyecto de Jovellanos y las intenciones iniciales de las Cortes de Cádiz; pero el retorno de Fernando VII y la restauración absolutista rompieron ese proceso lineal. 

Las elecciones son hoy supuestamente el mecanismo para traducir la voluntad de la sociedad en uno o varios órganos que la representan. Es dudoso que un simple acto como el de emitir el voto pueda reflejar con exactitud y plenitud el deseo del pueblo, pero, hoy por hoy, es tal vez el mejor modo de lograrlo. 
 
Se llegó a dar el extremo de que en las elecciones locales de Essen el industrial Alfred Krupp fuera el único votante de primera clase, de manera que su voto personal equivalía a un 33.3% de todo el padrón electoral.
Hay otro asunto que se trata en el pleno, es la participación de dos Regidores (Juan Pérez López y Juan Mercado) sobre el tema de si debía ser considerado como Mayor Contribuyente el Prior del Pueblo D. Manuel Muñoz, Presbítero de la Parroquia, para lo que se toman como referencia los cedulones del Padrón donde se concretaban por una comisión los mayores contribuyentes de la población.


“En la villa de la Higuera cerca de Arjona a veintisiete de Marzo de mil ochocientos treinta y tres. Reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento, Sindico Pvoz. Gral. y Personero, asistido de mí el Secretario juntos en su Sala Capitular como tienen de costumbre, visto el oficio  comunicado por la Sría. del Real Acuerdo a veinte de Mayo de mil ochocientos treinta y tres, y siendo la hora señalada para practicar la nueva elección de Concejales prebenida por la Superioridad  y previa la correspondiente citación con papeleta ante Diem y a este objecto se reunieron, en la casas y sitio y costumbre los SS. el Dr. Don Juan Manuel Sainz Pardo, Abogado de los Reales Consejos Mayor y Capitanía General por S.M. H la de Arjona comisionado para este acto y Presidente en él, el Sr. Don Salbador Martínez , y Don Alonso Fernández Alcaldes ordinarios, el Sr. Don Juan Pérez López, y el Sr. Don Juan Mercado Resoids, los SS. Bartolomé García y Juan Andrés Cubillas, Síndicos Pror.  Gral. y Personero, y los SS. Manuel García y Jacobo Martínez Diputados del Común con asistencia también de los electores que lo son los SS. Manuel Pérez, Alonso de Fuentes, Felipe Martínez, Francisco Mercado, Juan Barragán Mena, Bartolomé Mercado, Antonio Gabilán, y Pedro de Fuentes como vecinos mayores contribuyentes por todos conceptos en esta población. Y habiendo yo el presente fiel de ¿Fhor?leído a dichos SS. a la terna la Superior orden del Real Acuerdo de la Chancillería de Granada comisionado al Sr. Juez en onze del Corriente. por su Secretario Don Manuel María Segura por el expresado objecto, enterados todos de su contenido, dijeron, debían de obedecer y la obedecían con el respecto debido y formalidades devidas, y habiéndoles su Merced dicho Sr. Juez comisionado, recomendado con eficacia la mayor imparcialidad, rectitud y desinterés en la execucion  ( ejecución) de estas elecciones que debían recaer en personas libres de toda tacha legal prefiriéndose siempre el bien común a las miras particulares e interesadas de que debían prescindir en un acto de tanta importancia y transcendencia pública manifestaron todos los concurrentes hallarse dispuestos a verificarlo así, Siguiendo las reglas establecidas por S. M. en la materia, y  cuando ya se estaba dando principio a la operación se expuso por el Regidor Juan Pérez López que el Sr. Don Manuel Muñoz Presbítero Prior de la Parroquia de la misma, acaso pagaría alguna cosa pasaron de Subsidio Económico con la que tal vez sería mayor contribuyente que alguno de los actuales electores que se hallavan presentes a cuyo reparo se adhirió Juan Mercado, y habiéndose contestado por los demás SS. concurrentes que el menor contribuyente de ellos actuales electores lo eran en doble comunidad que el Sr. Prior, como efectivamente se demostró por los Padrones de toda clase del R. P. Contribuciones que se pusieron de manifiesto e inspeccionaron a presencia de todos en el mismo acto, que además el Ayuntamiento no tenía otra regla para hacer otra clasificación que los mismos Padrones, en el que están contenidas, toda clase de aquellas, y por cuyo norte se han dirigido los Pueblos circumbecinos, ni debía tampoco considerarse obligado de tomar de oficio, y fuerza de aquellas otras averiguaciones sobre el particular, cuya promoción en todo caso debería ser una carga de los mismos Interesados que reclamasen , más bien que no de la misma Corporación, y que finalmente aun suponiendo que el Real Decreto de dos de Febrero del corriente no debiera entenderse exclusivamente con estas Reales Contribuciones, como parece debe entenderse con otra exclusión y se ha entendido, en varios Pueblos, sin embargo no era tampoco atendido semexante reparo que ni el Pérez acreditaba el pago del subsidio Económico por el Sr. Prior ni qual fuese la cantidad, ni el mismo Prior había hecho reclamación alguna sobre el punto en las elecciones pasadas, ni hasta el presente, sin embargo de la publicidad de unas y otras y de citado Real Decreto, haciéndose tanto más intempestibo otro reparo quando venía, a presentarse precisamente en el momento mismo de la elección, como si no hubieran podido hacerse anteriormente con la oportunidad debida y como si el Real Acuerdo mandase separar algunos de dichos electores de estas nuevas elecciones.. Por todo ello, y en su vista se conformaron los referidos Juan Pérez López, y Juan Mercado en que se continuasen estas, interesando el primero un testimonio de su exposición y protesta que hacía para que no se pasase perjuicio. Y en su virtud se le mandó dar testimonio y todos los concurrentes incluso os mismos SS. Juan Pérez y Juan Mercado de unanimidad, y en todo conformes procedieron a la elección en la forma siguiente.
Para Alcalde primero.
En primer lugar se eligió a Pedro de Fuentes. En segundo lugar  a Domingo de Fuentes. Y en tercer lugar a Juan Ildefonso García.
Para Alcalde segundo.
En primer lugar se eligió a Juan María Barragán. En segundo a Diego Ruano. Y en tercero a Manuel Morales.
Para Resor. primero.
En primer lugar se eligió a Don José Calero. En segundo a José Montoro. Y en tercero a Francisco Garrido.
Para Resor. Segundo.
En primer lugar se eligió a Diego Verdonces. En segundo lugar a Salbador Murciano. Y en tercero a Juan Gabilán
Para Síndico Prov. Gral.
En primer lugar se eligió a Don Manuel Pérez. En segundo lugar a Gerbasio Pérez. Y en tercero a Juan Barragán.
Para Síndico Personero.
El primer lugar se eligió a Miguel Barea. En segundo lugar a Feliciano Garrido. Y en tercero a Manuel Maeso.
Para Diputado primero.
En primer lugar a Alfonso Calero. En segundo a Miguel Cortijos. Y en tercero a Felipe Esteban.
Para Diputado Segundo.
En primer lugar se eligió de unanimidad de todos los Señores concurrentes a Manuel García Barragán. En segundo a Pedro Molina. Y en tercero a Manuel Pérez, menor.
Para Alcalde de la Hermandad.
En primer lugar se eligió a Sebastián García. En segundo a Diego Calero. Y en tercero a Pedro Martínez.
Para ídem segundo
En primer lugar eligieron a Alfonso Calero Martínez. En segundo a José María Calero. Y en tercero a Francisco de Paula Mercado.
Con lo que se concluyó esta diligencia combiniendo todos los concursantes incluso los ya referidos SS. Juan Pérez López , y Juan Mercado, en que las personas elexidas son las más aptas por todas sus circunstancias para exercer otros empleos, y las que mejor reúnen las apetecidas por S, M. siempre que sea posible hechar mano de otras por el contovecindario de esta Población, y mandando se saque testimonio literal de esta acta y se entregue al Sr. Juez Presidente para su Remisión al R. Acuerdo de la Audiencia territorial en la forma acostumbrada, firmando sus mercedes, el que sabe, de lo que yo el Secretario Certifico.=

Al final del acta aparecen las firmas de los siguientes señores:

Juan Pardo. Sebastián Martínez.  Alonso Fernández.  Juan Mercado.  Bartolomé García.  Juanandrés Cuvylla.  Jacobo Martínez.  Dice: La X es de Juan Pérez López.  Dice: La X es de Manuel García.  Felipe Martínez. Bartolomé Mercado.  Pedro de Fuentes.  Manuel Páez. Alonso de Fuentes.  Francisco Mercado.  Dice. La X es de Antonio Gavilán. Dice:La X es de Juan Barragán.

Presente fui Sebastián Pérez.”




Pagina correspondiente al acta de fecha 27 de Marzo de 1833, donde se pueden apreciar las ternas que se proponen para los cargos.



Es de esperar que algunos lectores empiecen a hacer cábalas sobre algunos de los apellidos y nombres que aún hoy se repiten entre los habitantes de nuestro pueblo. Es cuestión de preguntar a los más ancianos que disfruten todavía de buena memoria y empezar a desliar el ovillo del personaje de este tiempo que pudo ser antepasado en la rama familiar, el hecho de seguir manteniendo los nombres de los abuelos hasta tiempos recientes pueden facilitar la tarea, una opción que perderán los más jóvenes al poner nombres en nada relacionados con la familia. A medida que continuemos con la publicación de las actas de otros años posteriores, iremos encontrando nombres y apellidos que parecen como si hubieran sido mantenidos a través de los años, hablamos de cientos de años, hasta llegar a hoy mismo.

                                                        Granada 5 de Noviembre de 2014.
                                                                               Pedro Galán Galán.

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NOCTURNAS EN CORBUNILLO

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Fotografía: Nocturnas en el cortijo del cerro de Corbunillo:


    Los cortijos, son un patrimonio de nuestra tierra que cada día que pasa queda más en el olvido. La desaparición de estos lugares es inminente, por ello es que trato de dejar alguna evidencia de su existencia.

    Otro de tantos cortijos que les quedan los días contados es éste que, de nuevo, menciono en este otro artículo; ya ha sido tratado anteriormente, pero hoy lo muestro desde la "oscuridad y silencio" de la noche.

    Cuando menciono que "le/s queda/n los días contados", me refiero en este caso, como en otros muchos más,  a la existencia del lugar donde se erguía la cortijada; ahora poco queda de él, pero pronto...puede que este terreno lo veamos ocupado por el olivar, ...o por un montón de piedras que evidencie su pretérita existencia.

Mostraré su situación para los que la desconozcan:




    Por su orografía, este cerro debió ser un enclave perfecto para la vigilancia y defensa de antiguas civilizaciones, tales como la neolítica e ibera (aunque no las únicas): sus restos son apreciables en todos sus "erramaeros". Posteriormente, y aprovechando todos los recursos existentes, se debió construir el mencionado cortijo.

 Vista aérea: realizada desde el paramotor. Vemos la extensión del mismo.

    Este cortijo, se encuentra a medio camino ascendiendo hasta el mencionado cerro, y toma su nombre por el mismo: "El cortijo de Corbunillo". Este cerro y su cortijo son más conocidos por los lugareños con el nombre de "Corbulillo", supongo (como ya expliqué en otra ocasión en este blog) debido a la transmisión oral de los nombres de tales lugares. Está orientado a Sur-Este, en una de las laderas de la elevación.

Vista que se nos ofrece desde el lugar que hasta no hace mucho ocupaba la era de este cortijo.
Al fondo (al Sur-Este), podemos ver el cortijo de San José. En el horizonte, la sierra de la capital del Santo Reino.


    Si analizáramos la evolución en el tiempo, podríamos comprobar cómo con el paso de los años, los habitantes del lugar van descendiendo su posicionamiento: Las circunstancias de la historia iban condicionando esto.

    Los primeros habitantes ocuparon la zona más alta de esta elevación o cerro: sus vestigios lo confirman. Gran cantidad de cerámica argárica se encuentra en lo más alto del lugar, teniendo su tendencia hacia la cara Este; también alguna que otra hacha o hazuela de piedra pulida se han encontrado en el lugar.

Esta es una de las vistas que nos ofrece este cerro, mirando hacia el poniente, en este caso.

    Las imágenes actuales de esta cortijada son desoladoras: ya lo hemos podido observar desde la primera fotografía aérea. Tan sólo quedan unas pocas de paredes resistiendo el paso del tiempo. Casi todo lo demás ha quedado reducido a montones de piedras dispersos y desordenados, mostrando de vez en cuando alguna evidencia de lo que existió, como algunos pesebres que aún se pueden ver en el lugar; también algunas otras partes de esos muros que nos muestran la distribución de las viviendas que existieron antaño.


Fotografías que nos muestran el estado de esta construcción, realizadas en octubre del 2014.

    El pozo existente casi a las faldas de este cerro, abastecería no sólo a los que habitaran tal lugar, sino también a todos los que discurrieran por este paso: el famoso y mencionado "camino de Jaén". No puedo concretar la antigüedad de este pozo, pero por el tamaño y su forma constructiva me atrevería a compararlo con los pozos existentes en el Oppidum Ibérico de Villar Gordo, cerca de Villadonpardo. Por tanto posiblemente lo construyeran los primeros pobladores Iberos de la zona.




    Puede tener unos 4 metros de profundidad, aunque posiblemente tuviera alguno más hace años, ya que puedo suponer que en más de una ocasión ha sido abordado, su brocal, por los arrastres de agua y tierra provenientes de su parte superior. Hoy, podemos apreciar que algunas piedras del vecino puente romano han sido desplazadas hasta aquí para, posiblemente,  preservar la existencia de este pozo. Una pequeña pileta, de tiempo más reciente,  que sirviera de abrevadero, hace compañía en el lugar. Puedo constatar que hace tan sólo unos días, en los que realicé estas fotografías (26/10/2014), aún conservaba un poquito de agua . Bien se podría plantear una adecuada restauración de este pozo, que en un momento dado a cualquiera de los que frecuentan el lugar le podría servir de provecho, y de paso conservaríamos otro poquito del patrimonio de nuestro entorno.


    Cuando surge la noche, estos lugares son percibidos de manera diferente; quizás podamos viajar al pasado (con la imaginación) y tratar de percibir lo que los habitantes de este lugar pudieran presenciar, aunque con matices muy distintos no tan sólo referidos al paisaje (...ya que no existiría tanto olivar, por ejemplo), sino también a la luminosidad existente en las cercanas poblaciones o cortijadas. Sin duda, los tiempos han cambiado, y se puede mostrar lo que en el presente tenemos, teniendo que modificar cada cual lo que realmente ve y adaptarlo a su forma de verlo pensando en los años pasados y sus peculiaridades: imaginemos que en años pretéritos no existía la iluminación que hoy tenemos, sino que sería sustiuida por aquellos faroles de carburo, o quellas antorchas ...en tiempos más anteriores; en otros muchos casos reinaría la oscuridad una vez caida la noche, salvo que fuera "noche de luna". Es impensable lo que ha cambiado todo en unos pocos años de historia. La invasión tecnológica va tomando su lugar, y "gracias" a ella hoy podemos tener este tipo de informaciones desde estos medios, conocer ciertos lugares sin ir al sitio: no llego a poder constatar si es mejor o peor, pero es así.

    Así pues, paso a mostrar estas fotografías realizadas en este paraje, durante la noche, y cada cual lleve su imaginación hasta donde pueda...cuanto más lejos mejor.


Noche del 27 de marzo del 2014, en el cortijo de Corbunillo ( o Corbulillo):




    Mantengamos en el recuerdo nuestras generaciones pasadas que tanto nos aportaron para que hoy ocupemos el lugar de la historia que nos ha tocado vivir. Mi personal reconocimiento para todos ellos.


Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 13 de noviembre del 2014.

LA HIGUERA CERCA DE ARJONA EN LA SEGUNDA MITAD DEL AÑO 1833.

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HISTORIA DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA EN EL SEGUNDO SEMESTRE DEL AÑO 1833 A TRAVÉS DE LAS ACTAS CAPITULARES. (Segunda parte).


En una primera parte hemos dado referencia de las actas de la primera mitad del año 1833, junto a comentarios sobre la paralela acción política que se desarrollaba en España en ese año y periodo histórico. En esta segunda parte se reproducen las actas correspondientes al segundo semestre del año 1833.
Igualmente mezclaremos los acontecimientos del año y periodo histórico para establecer una relación paralela entre los avatares del Reino y lo que suponía la problemática de regir un Ayuntamiento como el de la Higuera cerca de Arjona en ese tiempo.





Fotografías de las Actas del año 1833.

Entraremos en el contexto histórico del Trienio Liberal y posteriormente con la llamada Década Ominosa, así podremos comprender las dificultades que tras la Constitución de 1812 en Cádiz, supuso la vuelta del Fernando VII, llamado “el rey Felón”, que parte del pueblo llamó erróneamente “el Deseado”.
Durante el Trienio Liberal (1820-23), Fernando intentó salvar el Trono fingiendo admitir su nuevo papel de monarca constitucional, pero utilizó todos los recursos que pudo para hacer fracasar el régimen y obstaculizar las reformas de las Cortes y los gobiernos liberales: conspiró para organizar un golpe de Estado de la Guardia Real en Madrid, que fracasó en 1822; posteriormente llamó en su ayuda a las potencias absolutistas de la Santa Alianza, hasta propiciar una nueva invasión francesa de la Península, la campaña de los «Cien mil hijos de San Luis» que, bajo el mando del duque de Angulema, derribó el régimen constitucional y repuso a Fernando como rey absoluto (1823).
Se inició entonces la «Ominosa Década» (1823-33), durante la cual Fernando exacerbó su odio vengativo contra todo atisbo de liberalismo, mientras dejaba que se consumara la pérdida del imperio español en América: anuló una vez más toda la obra legislativa de las Cortes constitucionales, abocó a la Hacienda a la quiebra y ahogó en sangre nuevos pronunciamientos liberales. En los últimos años de su reinado, sin embargo, las preocupaciones políticas del monarca vinieron de otro lado: en 1830 Fernando promulgó por fin la Pragmática Sanción aprobada por las Cortes de 1789, en la que se abolía la Ley Sálica, volviendo al derecho sucesorio tradicional castellano que permitía que heredaran el Trono las mujeres; decisión oportuna, ya que en aquel mismo año nació por fin un heredero de su cuarto matrimonio, con su sobrina María Cristina de Borbón, pero resultó ser hembra (la futura Isabel II).

Fernando VII promulga La Pragmática Sanción
La promulgación de la Pragmática Sanción,  el 31 de diciembre de 1832, desató las iras del príncipe Carlos María Isidro, hermano del rey, que se vio apartado de la sucesión en beneficio de su sobrina, y pasó a encabezar desde entonces el descontento de los ultrarrealistas, reacios a cualquier apertura o compromiso, y contrario al signo de los tiempos, que era inequívocamente liberal en toda Europa. Los realistas puros habían protagonizado ya una sublevación en Cataluña en 1827 (la Rebelión de los Agraviados) y en los últimos años del reinado se preparaban para afrontar una contienda civil; su intransigencia hizo mella en el rey, quien en un momento de enfermedad derogó la Pragmática, para volverla a promulgar una vez sano (1832). Con todo ello alentó la escisión dinástica que condujo al país a la Primera Guerra Carlista (1833-39), una vez muerto Fernando y gobernando María Cristina como regente en nombre de su hija, Isabel II.

Fernando VII agonizando
El 29 de septiembre de 1833, murió el rey Fernando VII de Borbón a los 48 años de edad, tras haber sufrido violentos ataques de gota, y su cuerpo fue depositado en el Panteón de Reyes del monasterio de El Escorial.
Su reinado fue testigo de la pérdida de la mayor parte de las posesiones españolas de ultramar, que declararon su independencia. Sin embargo, cabe destacar su interés por las artes, pues fundó el Museo del Prado en 1819. Se casó cuatro veces y, al no tener descendencia masculina directa, proclamó a su hija Isabel, de tres años de edad, como princesa de Asturias y heredera al trono.
Después de haber contraído matrimonio en tres ocasiones, Fernando VIIno había obtenido descendencia, lo cual convertía en heredero de la Corona al infante don Carlos. La muerte de la tercera esposa del rey, María Amalia de Sajoniael 18 de mayo de 1829, parecía consolidar esas expectativas. Sin embargo, la decisión inmediata de Fernando de contraer matrimonio por cuarta vez sembró la inquietud entre los realistas exaltados,quienes temían que el nacimiento de un heredero frustrase sus esperanzas de volver al inmovilismo del Antiguo Régimen.
La infanta Luisa Carlota, esposa de don Francisco de Paula, su hermano menor, como no, influyó en el monarca para que la elección recayese en su propia hermana
María Cristina, la cual contaba entonces con 23 años de edad. Era hija del rey de Nápoles Francisco I y de la hermana de Fernando VII, María Isabel. Todas las referencias indican que María Cristina era una joven agraciada, sensible, de genio alegre y educada en los principios absolutistas. Naturalmente, este nuevo matrimonio del rey con su sobrina contó desde el principio con la oposición del infante don Carlos y de su esposa portuguesa María Francisca de Asís. La boda se celebró el 9 de diciembre de 1829 en Aranjuez. El 3 de abril siguiente apareció publicada en la Gaceta de Madrid la Pragmática Sanción, mediante la cual se refrendaba el decreto emitido por Carlos IVen 1789 por el que suprimía en España la Ley Sálica, introducida por un Auto Acordado de Felipe V a comienzos del siglo XVIII. La Ley Sálica había sustituido el orden tradicional de la sucesión española, establecido desde la Edad Media por las Partidas de Alfonso X, por un orden nuevo que excluía a las mujeres de la sucesión a la Corona. Carlos IV había hecho aprobar ante las Cortes la vuelta al orden tradicional en las Partidas, pero el estallido de la Revolución en Francia y la conveniencia de disolver inmediatamente las Cortes, ante el temor de que pudiesen verse influidas negativamente por los acontecimientos del vecino país, impidieron que aquel acuerdo fuese refrendado por el monarca. Ahora, cuarenta y un años más tarde, su sucesor Fernando VIIlo ratificaba mediante la publicación de aquella Pragmática Sanción. De esta forma, si Fernando VII obtenía descendencia de su cuarto matrimonio, aunque fuese hembra, no existiría ningún impedimento para que ésta pudiese suceder a su padre.
La cuestión no sólo se planteaba como un pleito jurídico entre los partidarios de don Carlos, quienes defendían que era ilegal derogar un Auto Acordado en dos momentos diferentes, y los que apoyaban la decisión del rey, que defendían lo contrario. Lo que latía claramente detrás de estas posturas era una cuestión ideológica: los partidarios del absolutismo del Antiguo Régimen, frente a los reformistas que rodeaban al monarca, e incluso los liberales, quienes veían la posibilidad de que la sucesión directa de Fernando abriese el camino a las reformas constitucionales.
El 10 de octubre de 1830 nació la hija y heredera de Fernando VII, Isabel
, y al cabo de poco más de un año, el 30 de enero de 1832, María Cristina  daría a luz una segunda hija, Luisa Fernanda. La sucesión al trono por línea directa estaba asegurada, aunque hasta la muerte del rey surgirían algunas complicaciones que la historiografía ha consagrado como los Sucesos de La Granja y que han sido aclarados minuciosamente por Federico Suarez.A comienzos de 1832 murió González Salmón y le sustituyó como Ministro de Estado el conde de Alcudia y en septiembre de ese año se agravó la enfermedad del rey, que se hallaba en el real sitio de La Granja. Ante el temor de que su muerte pudiese provocar un levantamiento por parte de los carlistas, María Cristina trató de conseguir un acercamiento al infante don Carlos para que reconociese como heredera a Isabel y mediase ante sus partidarios, a lo que éste se negó. Sólo quedaban dos opciones: o la derogación de la Pragmática o la guerra civil. En aquellos momentos le pareció a Alcudia y a la propia reina que lo mejor era evitar la guerra mediante la derogación de la Pragmática y fue el ministro de Gracia y Justicia Tadeo Calomarde,el encargado de redactar el decreto y de hacerlo firmar por el rey. Ese fue el momento en que supuestamente la infanta Carlota abofeteó a Calomarde con sus "manos blancas" que no le ofendieron. Nada de esto fue cierto, según Suárez; sin embargo, lo que realmente ocurrió fue que la recuperación del rey y el decidido apoyo de los liberales hicieron innecesaria la promulgación del decreto. Hubo cambio de gobierno y tanto el conde de Alcudia como Calomarde tuvieron que salir de España para evitar males mayores.


Francisco Tadeo Calomarde

Me parece oportuno reseñar, (aunque se desmiente, tal como ha quedado expresado en el párrafo anterior) el papel casi decisivo que desempeñó la Infanta Luisa Carlota, hermana de la Reina Cristina, cuarta esposa de Fernando VI; para ello comenzaremos con una anécdota cierta que se dice cambió los designios del Reino de España.Nos referimos al más celebre bofetón de España que cambió el curso de la historia, y desencadenaría tres guerras civiles. Sucedió un 22 de Septiembre de 1832, durante la agonía de Fernando VII. Su ministro de Gracia y Justicia, D. Francisco Tadeo Calomarde,  había conseguido que el rey, ya muy enfermo firmara un documento a favor de Carlos María Isidro de Borbón,  hermano del monarca,  por el que volvía a estar vigente la "Ley Sálica", es decir, que una mujer en ningún caso y bajo ninguna circunstancia podía reinar, privando así del derecho al trono a su hija Isabel,  en favor de su hermano. Enterada de esto Luisa Carlota de Borbón, hermana de la reina, María Cristina de Borbón (cuarta y última esposa del monarca) y a su vez casada con el hermano menor del rey, por tanto, doblemente cuñada y ambas sobrinas de Fernando VII, se presentó en la corte precipitadamente desde Andalucía, en plena crisis dinástica para influir en los acontecimientos.
Unos meses después, la infanta aprovecha  una breve mejoría del rey. Mujer de fuerte carácter, ambiciosa y tenaz en sus rencores, la bella y caprichosa Luisa, y ya moribundo el rey, se las ingenia para convencerlo  de que firmara el Real Decreto de la abolición. Aprovecha para esto un momento en que el rey, preagónico casi y sin voluntad, estaba sólo acompañado de  su esposa, la reina María Cristina, presentándole el documento que apenas podía firmar y ayudándolo, con su propia mano a estampar la autoritaria firma temblorosa. Luisa Carlota se retiraba triunfante y nerviosa, en busca del sello real.  A partir de ese momento, el rey perdió el conocimiento y ya no volvió a recuperarlo. 
Cuando llegó junto al lecho real, su ministro de Gracia y Justicia, D. Francisco Tadeo Calomarde, advertido acaso por alguien adicto a Don Carlos, el ministro increpó acremente a Luisa Carlota, tratando de arrebatarle de las manos el decreto, pero ella respondió con unas recias bofetadas.
El ministro, ante la cara de pasmo de la reina,  y  los cortesanos que asistían de rodillas a la agonía del Rey, dijo la famosa frase “manos blancas no ofenden” dejando correr la cosa. Hay quién dice que la princesa contestó «Pero hacen daño».

 Finalmente se promulga La Pragmática Sanción el 31 de Diciembre de 1832, para que no haya marcha atrás, la niña Isabel, entonces con dos años de edad sería reina de España. 
A partir de éste hecho y ante la negación del Infante Carlos María Isidro de jurar reconocimiento de Isabel como Princesa de Asturias, en junio de 1833, es desterrado a Portugal, donde se proclama rey como Carlos V con el apoyo de los “apostólicos” que desde entonces serán llamados “carlistas”.
El rey Fernando VII muere el 29 de septiembre del mismo año 1833, subiendo al trono su hija de tres años como Isabel II de España. Su viuda María Cristina, establece una regencia como "reina gobernadora" Es aquí cuando España se vuelve loca, unos a favor de Carlos y otros de Isabel, comenzando lo que se llamó la Primera Guerra Carlista, que luego acabaron siendo tres guerras civiles muy diferentes. 
Luisa Carlota de Borbón  Dos Sicilias y Borbón, nació en Nápoles el 24 de Octubre de 1804, princesa del reino de las Dos Sicilias, primogénita del segundo matrimonio de Francisco I de las Dos Sicilias con María Isabel de España.
Por razones de estado el 12 de Julio de 1819, a la temprana edad de 14 años se casa con su tío, el infante Francisco de Paula de Borbón; hermano de Fernando VII y el menor de los 14 hijos de Carlos IV y María Luisa de Borbón de Parma, a partir de entonces Luisa Carlota ostentaría el título de  Infanta de España. De su matrimonio con Francisco de Paula nacieron once hijos.

 Francisco de Paula de Borbón y su esposa y sobrina Luisa Carlota de Borbón Dos Sicilias.


 




















Francisco de Paula fue en su juventud el involuntario inductor y detonante del levantamiento contra los franceses, chispa de la explosión popular del  2 de Mayo al grito desde un balcón de palacio a la multitud « ¡que se los llevan!»  «¡Traición! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todas las personas reales! ¡Muerte a los franceses!».
Desde su nacimiento, cayó sobre él la sombra de la bastardía, pues no eran pocos los que le encontraban un tremendo y notable parecido con Godoy, el favorito de María Luisa de Parma. Se dedicaría durante toda su vida a cultivar las artes, llegando a ser académico de la Real de las Bellas artes de San Fernando, protector de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, presidente de la Masonería española como Gran Maestro del Gran Oriente Nacional de España y Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza (1819–1865).
Luisa Carlota siempre fue una mujer ambiciosa que deseaba posicionar alguno de sus hijos en el trono español. En plena Regencia de María Cristina, cuando su futura hija Isabel II, contaba cinco años de edad , la infanta Luisa Carlota,  hace constar a su hermana, la Reina Regente, que Fernando VII le había comunicado antes de morir, que las dos hijas suyas (Isabel y Luisa Fernanda) se debían de casar con los dos hijos de Luisa Carlota. Incluso llega a enseñar un documento que atestiguaba lo dicho. Las relaciones que ya venían deteriorándose desde el comienzo de la Regencia de María Cristina, la rivalidad y los interminables enfrentamientos terminaron en un exilio de Luisa Carlota a Francia, desde allí patrocinaba libelos publicados en Madrid contra María Cristina, criticándola por su matrimonio con Fernando Muñoz.
María Cristina y Fernando Muñoz.
Hubo un lapso de tiempo en el que el general Espartero (progresista) se levanta contra la Corona y expulsa de la Nación a la Reina Regente, que se va a Francia.  Es entonces cuando Luisa Carlota aprovecha y regresa a Madrid, le impiden utilizar el Palacio Real para sus aposentos, pero esto no hizo que Luisa Carlota hiciera lo posible para que su hijo, Francisco de Asís, conociera en persona a la infanta Isabel, y de esta forma, presionarla para que aceptase la boda. Mientras, la Reina Regente se entera de estas artimañas de su hermana, avisa de inmediato al tutor de la infanta en Madrid, profesor y artífice de la entrevista para que impidan a Luisa Carlota y a su hijo la entrada en Palacio.

Isabel II
Francisco de Asís de Borbón.


Finalmente los deseos de Luisa Carlota se cumplen el 10 de octubre de 1846. La reina de España Isabel II, contrae matrimonio con su primo hermano Francisco de Asís de Borbón, tercer hijo de Luisa Carlota, pero éste hecho, ella no llegaría a presenciarlo, pues muere el 29 de enero de 1844 con tan solo 39 años de edad.

Francisco Cea Bermúdez, Secretario de Estado
El nuevo gobierno estaba presidido por Cea Bermúdez como Secretario de Estado y una de sus primeras providencia fue la de facultar a la reina María Cristina para despachar los asuntos importantes ante la gravedad de su marido. El día 15 de octubre, la reina firmó una amplia amnistía para los liberales que habían permanecido hasta entonces en el exilio. Pocos días más tarde, concretamente el 9 de noviembre, se creaba el Ministerio de Fomento y se ponía al frente de él a Encima y Piedra. Este había sido unos de los proyectos más largamente estudiados y que había concitado el interés de todos, cualquiera que fuese su tinte político. El mismo Calomarde había reconocido la urgencia de "...reunir en una sola mano la suprema dirección de todas las ramas que deben contribuir al fomento y a la prosperidad de la riqueza pública, para que la influencia del Gobierno sobre ellas pueda ser eficaz y activa".
La mejoría del rey hizo que volviese a tomar las riendas del gobierno a comienzos de enero de 1833, pero su salud no era buena y eso le llevó a asegurar la sucesión de su hija mediante su jura como princesa de Asturias por unas Cortes nombradas al efecto. Don Carlosfue obligado a salir de España y se marchó a residir a Portugal. A partir de esos momentos se iniciaba el proceso que desembocaría en la ruptura definitiva entre los hermanos y el infante se afirmaría a partir de entonces como "Yo el Rey".
El 29 de septiembre, después de haber pasado un verano en el que las consecuencias de su enfermedad fueron haciendo mella en su aspecto físico, fallecía Fernando VII de una apoplejía. Con su muerte se cerraba toda una etapa en la Historia de España en que la crisis del Antiguo Régimen había de dar paso al liberalismo en un contexto de graves problemas políticos, económicos y sociales. En este cambio hacia una nueva España, la última década del reinado constituye una etapa de transición importante en la construcción del Estado contemporáneo y en la creación de un nuevo equilibrio en la política y en la sociedad española.

Personajes del pueblo de la época
Se da así paso a la época de las regencias entre 1833 y 1843. La minoría de edad de Isabel II estuvo ocupada por una doble regencia: la que ostentó su madre María Cristina, reina gobernadora hasta 1840, y la del general Baldomero Espartero hasta 1843. La regencia de María Cristina estuvo marcada por la guerra carlista que la obligó a buscar el apoyo de los liberales moderados frente al pretendiente Carlos. La primera consecuencia de esa transacción fue la concesión del Estatuto Real (1834), una carta otorgada en la que la Corona se reservaba amplios poderes en la vida política. En el contexto de la guerra civil, el triunfo del liberalismo se produjo en 1836 tras el golpe de Estado de los sargentos de La Granja y la llegada al poder de Mendizábal con la desamortización de 1836 y la promulgación de la Constitución de 1837, de carácter progresista. El proceso desamortizador comportó la supresión de órdenes religiosas, la nacionalización de sus bienes y su venta en pública subasta. La Constitución afirmaba el principio de soberanía nacional y la práctica parlamentaria basada en el sufragio censitario y un sistema bicameral: Congreso de los Diputados y Senado. Con ambas reformas, se dio un decisivo impulso hacia el desarrollo capitalista y el liberalismo político, ampliándose la base burguesa del régimen. Sin embargo, la hostilidad de la regente hacia los liberales progresistas y su preferencia por los moderados dieron lugar a un creciente malestar social que alimentó el pronunciamiento de 1840. Con el fin de la guerra y la firma del Convenio de Vergara en agosto de 1839, María Cristina se vio forzada a renunciar a la regencia y se exilió en Francia, dejando abandonadas a sus hijas bajo la tutela de Argüelles y de la condesa de Espoz y Mina. 

 
General Espartero, Regente 
Agustin Argúelles, tutor de Isabel II


























Espartero, héroe de la guerra carlista y jefe del Partido Progresista, asumió entonces la regencia. Durante su mandato, se consolidan las dos corrientes en las que se dividió la «familia» liberal: el Partido Moderado (conservador) y el Partido Progresista (liberal avanzado). Se sofocó un golpe palaciego orquestado por la propia María Cristina y que, al fracasar, significó la ejecución de algunos cabecillas, entre ellos los míticos Montes de Oca y Diego de León. Pero los desaciertos del regente, y de forma especial su poca acertada actuación en la insurrección de Barcelona, originaron su caída en 1843 y la proclamación anticipada de la mayoría de edad de Isabel cuando acababa de cumplir trece años. 
En estos primeros años, en ello coinciden todos los biógrafos, dos aspectos fundamentales marcaron la vida de la reina, condicionando su personalidad y trayectoria posterior: la falta de un ambiente familiar y de afectividad materna y la ausencia de una instrucción adecuada y de preparación política para una persona destinada a tan alto fin. Abandonada tempranamente por su madre, que prefería dedicarse a la nueva familia que formó con el duque de Riansares, su relación con ella estuvo marcada, más que por el cariño materno, por la manipulación y el control que María Cristina ejerció siempre sobre Isabel. En el terreno de la instrucción que recibió, se comprueba una educación escasa, descuidada y sujeta a los vaivenes políticos que, como ocurrió en 1841, produjeron el relevo radical del personal de palacio, entre ellos la aya y el preceptor de Isabel. Su nuevo preceptor será Argüelles que, si bien denominó a Isabel la «alumna de la Libertad», no demostró un excesivo celo en la preparación real, deficiente en lo intelectual y en lo político. Si a esa precariedad explicarnos fácilmente la manipulación interesada y partidista a la que fue sometida por su familia, las camarillas cortesanas y determinados políticos, así como sus dificultades para cumplir de forma eficaz las funciones políticas que el sistema constitucional le confería. Como la misma Isabel reconocía en una de las conversaciones que mantuvo en 1902 con Pérez Galdós, el poder le llegó muy pronto y con él la adulación, las manipulaciones y conspiraciones propias de la Corte: «¿Qué había de hacer yo, jovencilla, reina a los catorce años, sin ningún freno a mi voluntad, con todo el dinero a mano para mis antojos y para darme el gusto de favorecer a los necesitados, no viendo al lado mío más que personas que se doblaban como cañas, ni oyendo más que voces de adulación que me aturdían ¿Qué había de hacer yo?... Póngase en mi caso...» («La reina Isabel», en Memoranda, p. 22) 
 

ACTA DE 26 DE JUNIO DE 1833 EN LA QUE SE TRATA DEL NOMBRAMIENTO DE SECRETARIO DE AYUNTAMIENTO Y FIEL DE ¿THOR? PROCURADOR Y DEMÁS FUNCIONARIOS DEL AYUNTAMIENTO.
 
“Según testimonio de este acuerdo en el día tres de Junio de mil ochocientos treinta y cuatro de mandato judicial, en la parte que abla de nombramiento de funcionarios de Ayuntamiento y la entregue a los individuos que compusieron el Ayuntamiento a principios de dicho año. Doy fe. Rubrica de Pérez.
“Acta de 26 de Junio nombramiento de Secretario de Ayuntamiento y fiel de Thor Procurador y demás funcionarios del Ayuntamiento…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en veinte y seis días del mes de Junio de mil ochocientos treinta y tres reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento, Síndicos Pror.  Gral. Personero en la Sala Capitular como lo an de uso y costumbre Smd  el Sr. Presidente dijo era de necesidad nombrar un Secretario de Ayuntamiento y fiel ¿Thor? Para que autorice las actas judiciales y de Ayuntamiento de manera que hagan ser los documentos ¿Esras? Y lo que actúe como ¿Esña? ¿ppco?(ilegibles)mediante el privilegio que S. M. tiene concedido  a el Ayuntamiento de la propiedad de las ¿Esnias ppco? y de Ayuntamiento y Smd.  oydo el parecer de los SS. Síndicos y conferenciado detenidamente acordaron nombrar y nombraron a Don Sebastián Pérez fiel de ¿Thor? (Desconocida) y Secretario de Ayuntamiento que ha sido en los años anteriores por ser persona de inteligencia y esperto para la práctica de estos negocios autorizándolo para que sus escritos sean de la clase que fueren agan ser en juicio como si fuera Esño ppco.(público).
Acto continúo Smd. nombraron a Gervasio Pérez a Gregorio Polo y Lorenzo Escuin para Procuradores del número y para Promotor Fiscal nombraron los mismos SS. a Gregorio Polo que es uno de los Procuradores de número.
Acto continúo Smd nombraron de unánime conformidad para Depositario de Propios a Don Alonso de Fuentes, para Depositario de Contrivuciones  a Pedro Navarro, pa (para)Depositario del Pósito a Juan García Sabalete  para Peritos apreciadores de Campo a Antonio Cortés a Diego Ruano y Antonio Gavilán y Miguel Barea por el ramo de Huertas y por el ramo de Arvañilería a Francisco Ramírez y Smd  mandaron se les haga favor a los dichos  SS. nombrados sus respectivos nombramientos para su aceptación como igualmente el Secretario D. Sebastián Pérez entiende esta acuerdo y lo autorice prueba de su aceptación y lo firmaron de que doy fe.=


En el margen izquierdo del acta aparecen las rubricas de los siguientes Sres.:

Domingo Sebastián de Fuentes.  Dice:La X es de Juan María Barragán. José Calero.  Salvador Fontiveros.  Manuel Pérez.  Feliciano Garrido.  Alfonso Calero.  Dice:La Xes de Pedro Molina. 
Lo acepto y Juro Sebastián Pérez.”



Recordemos que el 20 de Junio de este mismo año de 1833, Isabel, hija de Fernando VII y de María Cristina, que no llega a los tres años de edad, es nombrada princesa de Asturias y heredera al trono.

 
Imágenes de fiestas en Madrid tomadas de Artehistoria

ACTA DE LA REUNIÓN DEL ILUSTRE AYUNTAMIENTO DE 24 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y TRES.

En ella se da respuesta al escrito del intendente de Rentas provincial, sobre detalles de valoración de los Bienes Propios del Ayuntamiento, etc...


“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en veinte y cuatro del mes de Septiembre  año de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. del Ylustre Ayuntamiento que al final firmaran como lo an de costumbre asistidos de mí el Secretario por el Sr. Presidente se manifestó la circular del Sr. Yntendente de Rentas de esta provincia su fecha siete del corriente recibida por el correo del veinte de este, y en su virtud dichos SS.  acordaron en vista de las Preguntas que se le hacen en ella contestar en los términos siguientes.
1ª… A la Primera Pregunta que se hace se acordó responder: Que los Propios de esta villa gozan de cuarenta y dos suertes de fincas de tierra poco más o menos, y su producto anual está en el año de la fecha a consistido en tres mil trescientas sesenta y tres reales ---------3363.
2ª... A la 2ª pregunta se acordó responder que igualmente estos caudales de Propios Orno de Pan Cocer que en el año de la fecha esta arrendado en la cantidad de novecientos reales mas no tiene ningún  ¿derecho? De privativa ni proivitiva ------------------------------ 900.
3º… A la 3º que no ay ningunos otros enagenados de la Corona en esta villa.
3ª…  a la 3ª se acordó que esta clase de fincas no producen nada.---
4ª… a la cuarta que para este objeto no se covra nada.
5ª. a la quinta que perciven los propios anualmente setenta y dos S por los réditos de un censo de cuatro son de tierra que posee D. Alonso de Fuentes------------------------------------------72.
6ª… Nada avía que responder.

Arvitrios

7ª...Nada ai que responder
8ª…Que el acotamiento de las tierras de labor de la desea voyar del común de los lavradores avía producido este año cinco mil trescientas noventa y un. Son.-------------------------------- 5391.
9ª… Nada ay que responder.
10ª Que no hay ningún sobrante.
11º… Nada ay que responder.
12...Que en esta villa no se hacen ningún repartimiento al pueblo para cubrir las cargas municipales.
13ª…Que tampoco se hace para este objeto ningún repartimiento.
14ª…Para el Médico de esta villa se a echo en otros años una suscripción de 4000 reales por ser la yguala corta.
15º… Que no cuvren el encabezamiento con la real Acienda.--------
16… En el año pasado según las cuentas que aparecen en la Sria. (Secretaría)del ramo se entregaron en Depositaria tres cientos doce  reales veinte y un md. (¿Maravedíes?)---------------------312,…21
Los advitrios de Vs. Ms. (Vuestras Majestades)impuestos sobre los ramos de Vino, Aguardiente y Carne importan la cantidad de mil novecientos veinte y cinco r. como se demuestra: El arbitrio impuesto de cuatro m. en libra de Carne está arrendado en el presente año en la cantidad de seiscientos cinco r.-------------------------------605.
El de cuatro m en cuartillo de vino está también en la de seiscientos veinte Son.----------------------------------- ----620.
El de ocho m. en cuartillo de Aguardiente en la de setecientos-700.
Estos tres impuestos fueron mandados proponer por Real Orden de 24 de Agosto de 1826 y el Ayuntamiento propuso a la Intendencia y esta los aprobó en 26 de Marzo de 1827 sin tiempo determinado para su continuación ciento doce S. veinte y un m. ------------312… 21.
16… Los Arvitrios  de Vuestros Reales impuestos sobre los ramos de Vino Aguardiente y Carne importan la cantidad de mil novecientos veinte y cinco S. como se demuestra: el Arvitrio impuesto de cuatro m. en libra de Carne está arrendado en el presente año en la cantidad de seiscientos cinco----------------------------------------605.
17…El de cuatro m. en qllº (Quintillo) de vino está también en la de seiscientos veinte --------------------------------620.
El de ocho en qllº de Aguardiente en las de setecientos-------700.
Estos tres impuestos fueron mandados proponer por Real Orden de 24 de Agosto de 1826, y el Ayuntamiento los propuso ha la Intendencia y esta los aprovó en 26 de marzo de 1827 sin tiempo determinado para su continuación.
18…Lo que resulta pagado en esta villa por el año común de quinquenio, al ramo de cruzadas es la cantidad de
19…Lo que paga en esta villa al receptor de la Santas Bulas es por el fondo de Propios la cantidad de treinta  Son ---------------30.
20… No ay que responder.
21…Por Derecho de Mestilla pagan los ganaderos de esta villa la cantidad de cincuenta. Son ---------------------------50.
El arroba de Aceite que se saca de esta villa para fuera del Reyno tiene medio r. para la Caja de Oficio de Jaén donde se subasta y este año está arrendado en la cantidad de  -------------------------650.
Además en esta villa se sufre el servicio de Bagages (Bagajes) que calculados sus costo por un quinquenio ascienden a la cantidad de mil doscientos. Son----------------------------------1200.
Los Alojamientos que se sufren ascenderán sus gastos por quinquenio a doscientos. Son----------------------------------200.
Los presos que se conducen por los vecinos a varias justicias podrán valer su importe por un quinquenio trescientos ochenta. Son --------380.
Las Cadenas de Presidarios se conducen por los Vos. Ptas. y a estos se le paga sus dietas de los fondos de Propios y ascenderán por el año común de quinquenio a la cantidad de -------------------500.
Nota: Esta anotación esta tachada con tres líneas verticales y tachada igualmente la cantidad de 500.
Los demás gastos que ocurren en esta villa como es la manutención de Presos en las Cárceles por falta de no tener estos vienes, las conducciones de las cuerdas de rematados que pasan por la ciudad de Andújar a las que custodian los Bos. Ptas. Se pagan de los fondos Propios de esta villa.
Y dichos SS. del Ayuntamiento mandaron que poniéndose testimonio de la Orden dl Sr. Intendente que mandó formar este interrogatorio e inscriviéndose a su contramargen las respuestas que se an anotado, y firmadas por el Sr. Presidente y Secretario de esta Ayuntamiento se remita al Sr. Intendente como se manda en dicha Orden para que su Secretaría le dé el curso correspondiente.
Lo acordaron y firmaron de que yo el Secretario doy fe.=”

Nota. No figura ninguna rubrica.
Después aparece una página en blanco y en el reverso la siguiente acta.

ACUERDO  DE LOS SEÑORES JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DEL 24 DE SEPTIEMBRE  DE 1833.

“Acuerdo de 28 de Septiembre…
En la villa de Higuera cerca de Arjona en veinte y ocho de Septiembre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los Señores Justicia y Ayuntamiento, Síndicos, Procurador General, y Personero, asistido por mí el Secretario en su sala Capitular como lo han de uso y costumbre para tratar del mejor servicio de ambas Magestades y bien de estos vecinos por el Señor presidente se puso de manifiesto el oficio del Primer  Subdelegado de Rentas de este Partido en el que manda se remita testimonio de presupuesto acuerdo que se celebre esta Ayuntamiento., en el que establezca el precio del cuartillo de aguardiente y su clase para el año inmediato de mil ochocientos treinta y cuatro: y sus mercedes oydo el parecer de los Señores Síndicos acordaron de unánime conformidad ; que en el año venidero de mil ochocientos treinta y cuatro había de venderse en esta Villa el cuartillo de Aguardiente siendo de diez y ocho grados, a doce cuartos cuartillo inclusos dos cuartos que + tiene de + impuestos para el eqipo y armamento de Vuestras Magestades; y que se remita testimonio literal de este acuerdo al Sr. Subdelegado de Rentas debían annotado para que de ello tuviese conocimiento el superior tribunal, y no viniese a recaer la Elección en personas de ninguna instrucción e irresponsabilidad; pues creía era de su deber hacerlo presente para no incurrir en responsabilidades que traía consigo de suyo la Elección de estas personas. Y dichos Sres. mandaron sé que testimonio literal Duplicado de este acuerdo y se remita al Sr. Alcalde Mayor de Arjona para que le dé el curso que corresponde según se manda en la Orden del Real acuerdo. Con lo que concluyó el acto que firman Smds como acostumbran con los Señores Electores de todo lo cual yo el Secretario del Ayuntamiento doy fe.=

Aparecen rubricas de los Sres.:

Domingo Sebastián de Fuentes.  Dice:La Xes de Juan María Barragán.  José Calero.  Salvador Fontiveros.  Manuel Pérez.  Feliciano Garrido.  Dice:La Xes de Pedro Molina.  Felipe Martínez.  Alonso de Fuentes.  Francisco Martínez ¿Pedro de Fuentes?  Bartolomé Mercado.  Dice:La X es de Antonio Gavilán.  Dice:La X es de Juan Barragán .

Ante mí Sebastián Pérez. “  


ACTA DE LA REUNIÓN DE LOS SS. JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO EN HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 10 DE FEBRERO DE 1833 PARA NOMBRAR LA JUNTA MUNICIPAL DE SANIDAD CON OCASIÓN DE LA EPIDEMÍA DE COLERA-MORBO EN EL REINO Y LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN ADOPTADAS EN LOS PUEBLOS CIRCUNVECINOS. 

En el formato del libro de actas correspondiente a este año aparece esta acta de Febrero del mismo año; hemos seguido el mismo orden establecido en el Libro Capitular de Actas del año 1833. En el acta se forma la Junta Local de Sanidad ante la epidemia de cólera-morbo que se había establecido como medida preventiva en las poblaciones circunvecinas.

“Acuerdo…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en Diez días del mes de Febrero de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento de esta villa que al final firmaran en su Sala Capitular lo an de costumbre asistido por mí el Secretario, por el Sr. Presidente se hizo presente era de necesidad instalar la Junta municipal de Sanidad de esta villa la cual se compone de los SS. Don José Calero, Don Manuel Muñoz Prior de la Parroquial de esta villa y Don Feliciano Garrido lo que oydo por estos SS. dijeron quedara instalada desde este día, y se les hiciera saber principiasen los trabajos pues aunque de oficio no se savía ninguna noticia acerca del estado del cólera-morvo, con toda en los pueblos circunvecinos se estaban tomando medidas acerca del contagio, pues opinavan dichos SS. devían activarse dichas medidas porque tal vez la Junta Superior del Reyno no uviese podido todavía circular sus órdenes, y no debía estarse esperando, sino con la anticipación que se marca estar en continuas vigilancia, con lo que se concluyó que firman Smd de  que yo el Secretario doy fe.=”

No aparecen firmas.

ACUERDO DE LA JUNTA DE SANIDAD DE FECHA 9 DE SEPTIEMBRE DE 1833, CON MOTIVO DE LA EPIDEMIA DE COLERA-MORBO DETECTADA EN PUEBLOS CIRCUNVECINOS CON EL FIN DE GUARDAR LAS MEDIDAS DE AISLAMIENTO DEL PUEBLO Y GUARDAR INTERNAMENTE LAS MEDIDAS SANITARIAS OPORTUNAS.

“Acuerdo de la Junta de Sanidad…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en nueve días del mes de Svre. de mil ochocientos treinta y tres reunidos los SS. que como en la Junta de Sanidad de esta villa, que lo son: El Sr. D. Domingo Sebastián Fuentes, Alcalde 1º y Presidente, el Sr. D. José Calero Regidor 1º y vocal, el Sr. Feliciano Garrido Síndico Personero y el Sr. Prior de esta Parroquial D. Manuel Muñoz, asistidos de mí el Secretario por el Sr. Presidente se mandó leer el Bando Superior de Sanidad de Granada, de 29 de Agosto de la fecha el cual oydo por dichos SS. y conferenciado detenidamente sobre el particular acordaron se guarde y cumpla cuanto en él se manda, como en todas las demás órdenes y Bandos mandados observar en la materia, como igualmente se pongan guardas en los puntos y avenidas de Andújar, Villanueva, Jaén, Arjona, Arjonilla, para que cesen las personas que vengan de otros puntos, registren los Pasaportes, y estos los traigan a las Diputación de Sanidad, la cual dicha Junta se reunirán cada día las personas en casa de Juan Mercado como punto céntrico que está cerca de todas las entradas y para esta operación se nombraron a las personas siguientes para que unidas con los SS. de la Junta les ayuden en sus trabajos, y puedan estar más desocupados para dedicarse a sus tareas si las necesidades lo ecsigen (exigen) y cuyas personas son las que se espresan. D. Juan María Barragán, D. Salbador Fontiveros, D. Manuel Pérez, D. Francisco Mercado, D. Francisco Duñae, Pedro Navarro Barragán, Felipe Martínez, Diego Calero, Bartolomé Mercado, Lorenzo Escuín, Gregorio Polo, D. Alonso de Fuentes, Francisco Torredongimeno, D. Pedro de Fuentes, D. Manuel de Zafra, encargando a dichos Sres. se guarden el mayor orden y vigilancia en dicho encargo y haciéndose pública esta disposición por edictos en los sitios y poniéndose lista de estas personas en las casas de la Junta para que cada uno sepa el día que le corresponde, y previniéndose además de que ningún vecino admita en su casa a ningún forastero sea del pueblo que fuese, 2º que los Marranos no vaguen por las calles, sino entren a comer por los postigos, que haya aseo y limpieza en las calles y casas, pues el aseo y limpieza son los que más bien preservan de la enfermedad del cólera-morvo que actualmente aflige algunos pueblos de España y últimamente que se haga entender por medio de el Edicto que se sigue, que cualquier contravención será castigada con las multas de cincuenta ducados de iremisible esacción, con lo que se concluyó la diligencia que firman Smd de este Partido para los fines que indica en un citado oficio. Lo acordaron, mandaron y firmaron los referidos Sres. de todo lo cual yo el Secretario doy fe.=

Aparecen las firmas de los Sres.:

Domingo Sebastián de Fuentes.  Dice:La X es del Sr. Alcalde 2º D. Juan María Barragán. José Calero. Salvador Fontiveros. Manuel Pérez. Feliciano Garrido. Alfonso Calero Dice:La Xes de Pedro Molina.
Ante mí Sebastián Pérez.”

ACTA DEL ACUERDO DE LA REUNIÓN DE LOS SEÑORES JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 7 DE OCTUBRE DE 1833, EN ELLA SE DA CUENTA DEL ROBO AL COBRADOR DE CONTRIBUCIONES DE TRES MIL QUINIENTOS ESCUDOS.

“Acuerdo de 7 de Octuvre…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en siete días del mes de Octuvre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento de esta villa Síndico Procurador Gral. y Personero, en su Sala Capitular como lo an de costumbre para tratar del mejor servicio del Rey nuestro y bien de estos vecinos por el Sr. Presidente se hizo presente que el Covrador de Pº. Contriv. lo habían robado la noche del uno al dos de esta presente, como unos tres mil y m. reales. que estaban facturados para llevarlos a Andújar y otros quinientos reales que avía cobrado aquel día.
Según resultava a estas oras del Espediente que se estaba formando, y que era menester que se tomaran las más eficaces medidas  a fin de que no se hiciese ningún molopolio ni manejo en los caudales ppcos.(públicos)y oydo por los Smds.(parece referirse a los señores que componen el Ayuntamiento)se acordó después de un detenido ecsamen(examen)por unanimidad: que se le haga saber por el presente Secretario que en el día de mañana presente las cartas de pago que obran en su poder y libros cobratorios y dinero que le haya quedado, a las ocho de la mañana que se hallará el Ayuntamiento reunido en la Sala Capitular para en vista del resultado prover lo que corresponda. Lo acordaron y firmaran los referidos SS. de que yo el Secretario doy fe.

Rubricas de los Sres.:

Domingo Sebastián de Fuentes.Dice:La X es del Sr. Alcalde 2º D. Juan María Barragán.José Calero. Salvador Fontiveros. Manuel Pérez. Feliciano Garrido. Alfonso Calero.  Dice:La X es de Pedro Molina. 
Ante mí Sebastián Pérez.”

ACTA DE LA REUNIÓN DE LOS SS. JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE LA SESIÓN CELEBRADA EL 11 DE OCTUBRE DE 1833, SOBRE EL MODO Y LA FORMA DE HACER LAS ELECCIONES.

“Acuerdo del 11 de Octuvre.
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en oce días del mes de Octuvre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. que componen el Ilustre Ayuntamiento en la Sala Capitular como lo an de costumbre con asistencia  de mí el Secretario , por el Sr. Presidente se mandó leer la Orden comunicada en el Boletín oficial de esta Capital sobre el modo y forma de hacer las Elecciones y Smd.  oydo que fue acordaron que en el día de mañana se cite a los Electores que resulten mayores contribuyentes por toda clase de impuestos y se procediese al escrutinio de ellos y resultaron ser, D. Alonso de Fuentes , D. Pedro de Fuentes.”

ACTA DE LA REUNIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA SOBRE LA RECLAMACIÓN QUE HACE  EL SR. REGIDOR PERPETUO DON JOSÉ CALERO A LA CORPÒRACIÓN COMO REGIDOR REHABILITADO TRAS UN PERIODO EN QUE ESTUVO SUSPENSO EN EL CARGO POR ESTAR INHABILITADO.

“Acuerdo del 15 de Octuvre.
En la villa de Higuera cerca de Arjona en quince días del mes de Octuvre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. que componen el Ayuntamiento en su Sala Capitular asistido de mí el Secretario , por el Sr. Regidor Sr. D. José Calero se hizo presente , que puesto a que tenía su título de Regidor Perpetuo de esta villa y avía estado algún tiempo suspenso por estar inavil para ejercerlo, en el día no lo estaba, pues se allava sirviendo el mismo empleo, por nombramiento del Ayuntamiento anterior y concejales y no se avía puesto obstáculo ninguno, y de consiguiente reclamava a la Corporación lo pusiese en posesión de su oficio; todo lo cual oído  por los Sres. y conferenciado sovre el particular, por unanimidad se acordó poner al citado D. José Calero en la profesión de su oficio de Regidor Perpetuo de esta villa, y se estendiese este acuerdo para que en todo tiempo obre sus efectos. Así lo acordaron y firmaron cada uno como acostumbran de que yo el Secretario doy fe.=”


No se registraron rubricas.

 ACTA DEL 15 DE OCTUBRE DE 1833.

“Acta del 13 de oct. de 1833…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en trece días del mes octubre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los Sres. Justicia y Ayuntamiento Y Electores nombrados para hacer las propuestas de Justicia  y Ayuntamiento según lo prevenido por el real acuerdo territorial en la Orden que comunica el Sr. D. Manuel María Segura Señor de dicho tribunal + , para lo cual dichos Señores fueron citados con cédula ante (circulada en el suplemento al Boletín oficial de Jaén del martes ocho de octubre) dien y expresión de objeto, a saber D. Domingo Sebastián de Fuentes Alcalde 1º y Presidente, D. Juan María Barragán, Alcalde 2º, D. José Calero Regidor Perpetuo, D. Salbador Fontiveros Regidor de Voto, D.  Manuel Pérez Sindico, Procurador General, D. Feliciano Garrido Síndico Personero, D. Alfonso Calero, y D. Pedro Molina Diputados, y los Sres. Electores D. Alonso de Fuentes, D. Pedro de Fuentes, D. Salvador Martínez, D. Felipe Martínez, D. Bartolomé Mercado, D. Antonio Gavilán, D. Juan Barragán Mena y D. Francisco de Paula Mercado, Juntos dichos Sres. en la Sala Capitular como lo han de uso y costumbre asistidos de mí el Secretario de Ayuntamiento de esta Villa: Por el Primer Presidente se mandó leer dicha orden, la cual fue leída por mí el Secretario, de verbo ad verbum y enterados todos los Sres. de su contenido se procedió a la elección por el mayor número de Votos en la forma siguiente.=
Por Alcalde 1º
En primer lugar a D. Juan Barragán Mena. En segundo lugar a D. Manuel Morales. En tercero a D. Diego Ruano.
Para Alcalde 2º
En primer lugar a Francisco Martínez. En segundo lugar a Juan Ildefonso García. En tercer lugar a Andrés Garrido.
Para Regidor 1º
Al perpetuo D. José Calero.
Para Regidor 2º
En primer lugar a Antonio Cortés.
En segundo lugar a Manuel Cubillas
En tercer lugar a Diego Martínez.
Para Síndico Procurador General
En primer lugar a Juan García Sabalete.
En segundo lugar a Felipe Estevan
En tercer lugar José Montoro.
Para Sindico Personero
En primer lugar a Alfonso Tauste
En segundo lugar Manuel García Barragán.
En tercer lugar a Antonio López.
Para Diputado 1º
En primer lugar a Manuel Pérez menor.
En segundo lugar a Alonso García Hernández.
En tercer lugar a Pedro Galán.
Para Diputado 2º
En primer lugar a Miguel Cortijos Sánchez.
En segundo lugar a Juan Bernardo García.
En tercer lugar a Gervasio Pérez.
Para Alcalde 1º de la Hermandad.
En primer lugar a José Martínez.
En segundo lugar a Francisco del Mármol.
En tercer lugar a Jacobo Martínez.
Para Alcalde 2º de Hermandad.
En primer lugar a José Barragán.
En segundo lugar a Francisco Molina Balenzuela
En tercer lugar a Juan Estevan.
Con lo que se concluyó este acuerdo, advirtiendo por todos los Sres. que D. Juan Barragán Mena propuesto para Alcalde 1º en primer lugar tiene más de setenta años, que Juan Ildefonso García propuesto para Alcalde 2º en segundo lugar es primo hermano del Alcalde actual, que Manuel Cubillas propuesto para Regidor 2º es primo hermano del Alcalde 2º actual, que Alonso Tauste propuesto en primer lugar para Síndico Personero es primo hermano del Diputado 1º actual, que Manuel García Barragán propuesto en 2º lugar para Diputado primero es sobrino carnal de Juan Barraqán Mena nombrado en primer lugar paras Aalcalde 1º, que Alonso García Hernández propuesto en segundo lugar para Diputado 1º es primo hermano del Alcalde 2º: D. Bartolomé Mercado espuso que Manuel Morales y Juan Barragán Mena, propuestos para Alcalde 1º en primero y segundo lugar no sabían firmar y todos los demás Sres. digeron no era impedimento pues no estaba declarado en la Real Cédula de seis de Febrero y Orden del Tribunal de la Chancillería de este territorio y además eran personas que lo habían sido otros años y tenían inteligencia en la materia siendo de suficiente arraigo y conducta Moral y Política y amantes del orden y el mismo D. Bartolomé Mercado espuso también que Francisco Martínez no tenía responsabilidad y los Sres. del Ayuntamiento y demás Electores dijeron que el Francisco Martínez tenía más que suficiente responsabilidad para responder de los fondos que tuviese que manejar caso de ser aprobado para el empleo de Alcalde 2º en primer lugar que ba puesto. Todo lo cual visto y oydo por los Sres. del Ayuntamiento dijeron hacían presente el acuerdo de la Real Chancillería de este territorio no había otras personas en quienes pudiese recaer la Elección si se había de guardar los huecos y parentescos prevenidos por la ley; pues(Aquí aparece entre renglones otro texto)a los nombrados las tachas que se les advertían se ha … ( queda cortado el texto en su redacción y entre renglones aparece entre “pues--- y a los nombrados” el texto que continúa)y todos los nombrados son adictos al Gobierno legítimo de Su Majestad pacíficos y amantes del orden y de conocida conducta Moral y Política, no habiendo pertenecido a ninguna de las sociedades secretas y clandestinas reprobadas por nuestras leyes.

El 24 de Octubre, con tan sólo 3 años, es proclamada reina Isabel II. Al ser menor, su madre ejercerá la regencia hasta 1840. El infante Carlos María Isidro, basándose en la Ley Sálica promulgada en 1735, se niega a reconocerla como reina de España, lo que provocará la primera guerra Carlista.
El 30 de Noviembre de 1833, Javier de Burgos, Ministro de Fomento, aprueba un decreto mediante el cual el territorio español se divide en 49 provincias que tomarán el nombre de su capital, excepto Álava, Navarra, Guipuzcoa y Vizcaya que conservarán sus nombres. En 1927 las islas Canarias se dividirán en dos provincias (Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife) con lo que España quedará finalmente repartida en 50 provincias que, junto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, comprenderán la totalidad del territorio español.


ACTA DEL 20 DEL MES DE DICIEMBRE DE MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y TRES.

Valga para el Reynado de S. M. Dª Isabel Segunda. (Junto a este texto aparece una rúbrica)
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en veinte días del mes de Diciembre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los Sres. Justicia y Ayuntamiento, Síndicos, Procurador general y personero asistidos de los Sres. D. Antonio Gavilán, D, Juan Barragán Mena, D. Juan Ildefonso Martínez, D. Felipe Martínez, D, Salbador Martínez, D, Bartolomé Mercado, D .Alonso de Fuentes, y D. Pedro de Fuentes, Electores nombrados como mayores contribuyentes según el testimonio que se acompaña, por unánime consentimiento de tos (todos), excepto D. Bartolomé Mercado que dijo, que el Electo en Primer lugar para segunda vara lo fuera en Primer lugar para la primera y algunas otras variaciones accidentales si las ternas que se propusieron  y a la letra son como siguen.
Para Alcalde 1º en 1er lugar a Francisco Martínez. En 2º lugar a Juan Barragán Mena. En 3er lugar a Juan Ildefonso García.
Para Alcalde 2º. En primer lugar a Diego Ruano. En 2º lugar a Manuel Morales. En 3er. Lugar a Francisco Mercado.
Para Regidor 1º Al Perpetuo D. José Calero.
Para Regidor 2º. En 1er. Lugar a Gervasio Pérez. En 2º lugar a Andrés Garrido. En 3er. Lugar a Diego Martínez.
Para Síndico Procurador Gral. En 1er. Lugar Antonio Gavilán Zorrilla. En 2º lugar a José Montoro. En 3er. lugar a Miguel Barea.
Para Síndico Personero. En 1er. Lugar a Manuel García Barragán. En 2º lugar a Juan Bernardo García. En 3er. lugar a Manuel Pérez Molina.
Para Diputado 1º. En 1er lugar a Pedro Galán. En 2º lugar a Antonio López. En 3er. lugar a Crisólogo Catalán.
Para Diputado 2º. En 1er. lugar a Miguel Cortijos. En 2º lugar Francisco Torredongimeno. En 3er. lugar Gregorio Polo.
Para Alcalde 1º de la Ermandad. En 1er. lugar a José Martínez. En 2º lugar a Francisco Mármol. En 3er. lugar a Juan Estevan.
Para Alcalde 2º de la Ermandad. En 1er. lugar a José Barragán. En 2º lugar a Francisco Molina Balenzuela. En 3er. lugar a Felipe Estevan.
Advirtiéndose por los SS. del Ayuntamiento que Juan Barragán Mena propuesto para Alcalde 1º en segundo lugar tiene más de setenta años, que Juan Ildefonso García es primer ermano (hermano) del Alcalde 1º actual; que Francisco Mercado propuesto en tercer lugar para Alcalde 2º es ermano del regidor segundo que uvo en el año pasado, Diego Martínez propuesto regidor 2º en tercer lugar es primo Ermano del Alcalde 1º que uvo el año pasado.

Nota: En el siguiente folio timbrado como todos los anteriores según lo explicado al principio, dice:Valga para el reynado de S. M. la Señora Dª Isabel Segunda.
Y continúa con el texto explicativo de las relaciones familiares de los elegidos, dice: pasado, Juan Bernardo García propuesto en Síndico Personero en 2º lugar es ermano del Síndico Personero y Diputado 1º del año pasado. Los que no tienen más nulidades que las que anteriormente se refieren, y no son parientes de este ni del anterior Ayuntamiento, ni deudores a fondos públicos, lo que parece suficiente a convencer que en un pueblo de esta categoría es imposible la conformidad de Electores y Ayuntamiento, si no temiera esta corporación que se le tachase de parcialidad en elegir personas que tuviesen parentescos inmediatos cuyo nombramiento podía dar lugar a las sospechas que informes parciales y equivocados an producido acaso sin más motivo que censurar operaciones hijas del mejor celo por la paz, la buena armonía y mejores sentimientos. El Ayuntamiento en fin recuerda a VS el deseo sincero de su integridad y buen proceder en todas ocasiones deseando llenar en ello las intenciones del Gobierno. Con lo que se concluyó esta acuerdo y dichos SS mandaron se saquen los testimonios duplicados de él, y otro por separado de ser los SS Electores que an asistido al acto los mayores contribuyentes que en esta villa y todo evacuado se remita al Sr. Corregidor o Regente de la Principal Jurisdición de Andújar según previen (previene) el Sr. Intendente en su Orden de catorce del Corriente. Así lo acordaron mandaron y firmaron los referidos SS. de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
 
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:

Domingo Sebastián de Fuentes.  Dice: La X es de Juan María Barragán. José Calero. Salvador Fontiveros. Feliciano Garrido. Manuel Pérez. Juan Ildefonso Martínez  Dice: La X es de Pedro Molina.  Felipe Martínez.  Dice:La X es de Juan Barragán Mena. Dice: La X es de Antonio Gavilán.  Salvador Martínez.  Alonso de Fuentes.  Pedro de Fuentes.   Bartolomé Mercado. 
Ante mí Sebastián Pérez."


En el Palacio Real de Madrid (España), el día 28 de Diciembre de 1833, María Cristina, viuda del rey español Fernando VII y gobernadora de España, contrae matrimonio en secreto con el guardia de corps Agustín Muñoz, perteneciente al servicio de Palacio. Fruto de esta unión nacerán cinco niños y tres niñas.


Me pregunto, ¿Cómo puede pretender una reina regente casarse en secreto y que nadie se entere? Pues eso pretendió María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII, cuando el 28 de diciembre de 1833 se casó con su guardaespaldas. Hacía sólo tres meses que había enviudado y le entraron unas prisas tremendas por tener nuevo marido. Las Cortes españolas y España entera pensaron que la reina les estaba gastando una inocentada. Pero no…, se casó de verdad. Aquel secreto duró apenas unos días. Su secreto lo conocía todo el mundo, pero la hipocresía política y la ignorancia popular permitieron a María Cristina aprovecharse de su situación y seguir manteniendo un trono al que debería haber renunciado. El marido se llamaba Fernando Muñoz, un guardia de corps, alto y guapetón, al que los españoles bautizaron con guasa como Fernando VIII. La boda no fue lo que más escandalizó; lo peor fue que la reina estuvo más tiempo embarazada que rigiendo el país. La pareja tuvo ocho hijos, cinco de ellos paridos también en secreto en El Pardo y en el Palacio de Oriente. Dio igual. La reina continuó negando su matrimonio y sus embarazos, pese a que tuvo que levantarse de un Consejo de Ministros porque se puso de parto. Al final, en el pecado llevó la penitencia. Entre la desfachatez de su actuación personal, entre los manejos económicos que me llevaba la pareja y las corruptelas en las que se vieron metidos la reina y su marido, lo único que consiguió María Cristina fue ser expulsada de España por dos veces. Renunció a la regencia obligada por Espartero, quien la amenazó con desvelar su boda y los hijos paridos si no entregaba el poder. Para partirse... como si no lo supiera nadie. Al final la reina claudicó y se fue al exilio con su marido y su prole, pero Espartero hizo igualmente público el asunto. De entonces es aquella famosa frase de María Cristina a Espartero: «Te hice duque, pero no logré hacerte caballero». Bueno, tampoco ella era una dama.

ACTA DE LA REUNIÓN DE LOS SS. JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA CELEBRADA EL 31 DE DICIEMBRE DE 1833.  EN ELLA SE RECOGE LA PETICIÓN DE D. JUAN BARRAGÁN MENA DE NO ASUMIR EL EMPLEO DE ALCALDE PRIMERO PARA EL AÑO 1834 A CAUSA DE SUS ACHAQUES, FALTA DE VISTA Y EDAD DE SETENTA Y DOS AÑOS.

Al comienzo del folio timbrado vuelve a decir:  Valga para el reinado de S. M. la Sra. Dª Isabel Segunda.
“Acuerdo de…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en treinta y un días del mes de Diciemvre de mil ochocientos treinta y tres, reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento en su Sala Capitular como lo tienen de costumbre  para tratar de los asuntos pertenecientes al mejor servicio de S. M.  y bien de estos vecinos, por el Sr. Presidente se hizo presente que en este día le avía hecho presente D. Juan Barragán Mena que estaba citado para tomar en el día de mañana la profesión del empleo de Alcalde 1º para el inmediato año y que sus achaques, falta de vista, y edad de setenta y dos años le acían imposible el poder ejercer la Jurisdición y por esta causa había representado al Sr. Intendente para que lo ecsimiese (eximiese) del empleo, por cuya causa no podrá asistir a tomar posesión, todo lo cual oydo por los Sres. y conferenciado sobre el particular se acordó por unanimidad; que mediante lo espuesto por D. Juan Barragán Mena se quedase la vara de Alcalde 1º en el Sr. Presidente y se diese cuenta inmediatamente al Sr. Intendente con testimonio de este acuerdo para que ésta determinase lo que conceptuase más justo. Así lo acordaron y firmaron de que yo el Secretario doy fe. =

Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:

Domingo Sebastián de Fuentes.  Dice:La X es de Juan María Barragán.  José Calero.  Alfonso Calero.  Salvador Fontiveros.  Dice: La X es de Pedro Molina.  Feliciano Garrido.
Ante mí Sebastián Pérez.

Como se ha podido observar en este año de 1833, ya hubo un Pedro Galán. que fue propuesto para Diputado quedando elegido primero de la terna. Animo a la juventud de Lahiguera a interesarse por la lectura de las Actas de este año y sucesivos con la esperanza de que encuentren algún antepasado que pueda tener el nombre y apellidos que el ostenta.


                                   Granada 19 de Noviembre de 2014. 
Pedro Galán Galán.





Bibliografía:

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Rueda Hernanz, Germán: Isabel II, Arlanza Ediciones, 2001
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Suárez, Federico: La crisis política del Antiguo Régimen en España, 1800-1840, Madrid, Rialp 1950.
Suárez Fernández, Luis:Historia General de España
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Voltes Bou, Pedro: Fernando VII. Vida y reinado. Barcelona, Juventud, 1985.
           
 




         






 






 

 

















 

 
 

 

ACTA DE LA ÚNICA SESIÓN ORDINARIA CELEBRADA POR EL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DURANTE EL AÑO 1834, E HISTORIA DEL REINO DE ESPAÑA CORRESPONDIENTE A ESE AÑO.

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HISTORIA DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA A TRAVÉS DE LAS ACTAS MUNICIPALES DEL AÑO 1834.

En la carpeta correspondiente a este año de 1834 aparece sólo un pliego donde el SELLO DE OFICIO tiene forma rectangular y en el centro aparece el escudo real con el texto en círculo alrededor del escudo que dice: HISP. ET IND. R. en el lado de la izquierda y  FERD. VII D. G. en la derecha, y 1834 abajo.
En el lado izquierdo del escudo aparece: SELLO DE OFICIO y en el lado derecho 4 MRS AÑO 1834.

A nivel del Reino de España, es preciso puntualizar que tras la muerte de Fernando VII, la Reina María Cristina confirmó en sus puestos a todos los Ministros nombrados por su esposo tras los sucesos de La Granja. Con ello se pretendió dar al reinado de Isabel II una apariencia de continuidad del periodo anterior. Este hecho queda aún más claro en el manifiesto redactado por Cea, en la que se prometía la continuidad doctrinal acompañada de transformaciones administrativas, que mejorasen el funcionamiento del país y fomentasen la riqueza. Pero tales propuestas desagradaron tanto a los absolutistas como a los partidarios de la Constitución.
Las reformas se concretaron en la creación del Ministerio de Fomento (21-12-1833), a cuyo frente se colocó a Javier de Burgos, un motrileño antiguo afrancesado, que se aproximó a Fernando VII en los últimos tiempos del monarca.
La evolución de la guerra, los acontecimientos internacionales y el regreso de los exiliados contribuyeron a crear un clima que propiciaba un cambio político obligado.
Por si fuera poco a todo esto se añadía el enfrentamiento que existía entre el Gabinete real y el Consejo de Gobierno, creado el primero por el testamento de Fernando para auxiliar a la Reina en las tareas políticas que le esperaban.. En esta situación vuelve a ocurrir como en 1808, que la opinión más generalizada se pronunciaba por la necesidad de reunir Las Cortes para que fuese la que dictaminase sobre la marcha de los acontecimientos. El golpe definitivo lo dieron dos manifiestos firmados por los Capitanes Generales de Cataluña y de Castilla la Vieja, en los que pedían los cambios sugeridos antes por Cea, una vez perdidos los apoyos internos y externos, se optó por dar paso a Francisco Martínez de la Rosa (15-1-1834), entregando así el poder a un político que ya había ocupado responsabilidades en el Trienio Constitucional. Martínez de la Rosa consolidó su prestigio personal en los primeros momentos con la firma el Tratado de la Cuádruple Alianza y la intervención militar en Portugal: con estas acciones de política exterior se evidenciaba que España salía del aislamiento internacional, en el que estuvo durante el reinado de Fernando VII.

Las reformas se iniciaron desde el primer momento con la elaboración de un marco constitucional que garantizase ciertos derechos a los ciudadanos. El Estatuto Real elaborado no fue una nueva constitución, ni siquiera una Carta Otorgada, como se había venido considerando, sino más bien una convocatoria a Cortes, que concedía pocas posibilidades de participación política a los elegidos en ese proceso político, porque La Corona se reservaba la iniciativa política. Por esta causa el texto elaborado en el Estatuto Real no satisfizo las aspiraciones de los liberales que constituían el principal apoyo del trono, aunque al establecerse mediante él ciertos cauces de participación política, se abría la posibilidad de plantear las aspiraciones del cambio político deseado por el pueblo.
 
Imagen de campesinos

En el artículo 32 del Estatuto Real se estableció la posibilidad de presentar peticiones al Rey, y fue precisamente a través de este artículo como se plasmó la voluntad de cambio político con las peticiones. Estas peticiones abarcaron varios campos de actuación: la reposición de los que habían sufrido depuraciones tras el Trienio(compradores de bienes desamortizados, funcionarios depurados); eliminación de supervivencias feudales(supresión de ciertos títulos nobiliarios, disolución de mayorazgos, señoríos); cambios políticos (reconocimiento a las Cortes de la capacidad para elaborar su propio reglamento; la Ley de Ayuntamientos que tanta repercusión tuvo en la formación y constitución de los Ayuntamientos (como veremos en actas e años posteriores en nuestro pueblo); cambios en la Milicia Nacional; en la declaración de derechos de los ciudadanos, etc.
Nos referiremos brevemente a la institución de la Milicia Nacional, pues es uno de los hechos más importantes nacidos de este gobierno. La razón fue que después de los sucesos de La Granja en 1832, se habían creado en algunas ciudades, unos grupos armados de carácter liberal (Voluntarios de Isabel II,..) para contrapesar la fuerza de los Voluntarios Realistas; aunque tras la muerte de Fernando VII y la disolución de los Realistas, se planteó la necesidad de crear una institución semejante a la Milicia Nacional. Las primeras disposiciones sancionaban en carácter fuertemente restrictivo para el alistamiento en esta milicia, pero los acontecimientos evolucionaron y se procedió a una mayor apertura del mismo.




Imagen de duelo frecuente en este tiempo
 

La petición del reconocimiento de los derechos cívicos, antes aludida, constituyó uno de los principales motivos de enfrentamiento con el Gabinete de Gobierno, en especial por parte de la prensa; los periódicos arremetían continuamente contra el Gobierno, acusándolo de restringir las libertades en general y de imprenta en particular, que era considerada la piedra angular del edificio liberal.
Aunque el problema más grande del gobierno era la Guerra Carlista, las dificultades del Ministerio eran numerosas. En primer lugar  se descubrió una conjura organizada por la llamada Sociedad Isabelina, que pretendía el restablecimiento de la Constitución, aunque se practicaron algunas detenciones, el juicio no resolvió nada. Otro segundo hecho turbador de la paz social fue la matanza de frailes que tuvo lugar en Madrid del 17 de julio de este mismo año de 1834. (Tras la agudización de la epidemia de cólera, las gentes de Madrid asaltaron diversos conventos asesinando a algunos religiosos, y culpándolos de ser ellos los que habían infectado las aguas de Madrid.) Quizá la participación del clero regular en la Guerra Carlista pudo influir en esta explosión de cólera popular contra los religiosos.


A modo de resumen de este periodo liberal del reinado de Isabel II, podemos decir que se articulaba en diferentes niveles e instituciones, aunque hubo otros poderes: la Corona, el Ejército, la prensa, la Iglesia, el poder económico de las grandes fortunas y la burguesía de los negocios industrial y comercial,  y la Milicia Nacional que desempeñaron papeles importantes aunque desiguales y, en el campo estrictamente político, fuera del orden constitucionalmente previsto.
Entre 1834 y 1836 el liderazgo  natural de todos ellos lo ostentó Martínez de la Rosa, aunque de una manera que poco tiene que ver con le líder de un partido actual. Él era quien controlaba el principal periódico Moderado (La Abeja), quien redactó el manifiesto electoral y quien, en definitiva, ocupó la presidencia el gobierno en 1834 y 1835. Eran unos años en que el partido moderado no tenía sedes, ni organización y con una escasa disciplina entre sus propios miembros hasta tal punto que incluso para ellos  era difícil dar la nómina correspondiente a los diputados provinciales o nacionales del partido. 

Visto el panorama político correspondiente al año 1834, y puesto que el paso desde el poder absolutista al régimen democrático, no llega a consolidarse y hacerse visible hasta 1868; pues si las reformas políticas programadas no acabaron de imponerse del todo, mucho menos lo hicieron las reformas sociales destinadas a establecer en España un nuevo orden, basado en la igualdad teórica de los ciudadanos y en la abolición de los tradicionales privilegios de una minoría. Por ello nos conviene hacer  un repaso de la situación del Reino de España hasta ese periodo citado como democrático. El estudio de la penuria económica, y el problema económico del país con una considerable inflación a cuestas,nos pondrá en antecedentes para comprender la situación económica de esos años y siguientes.

Campesino volviendo de la faena.


Cuando se estudia el reinado de Fernando VII, se olvida con frecuencia la enorme dificultad económica en la que se desenvolvieron los políticos y los gobernantes de la época, tanto absolutistas como liberales. Para comprender en toda su dimensión este difícil periodo de nuestra Historia es menester tener en cuenta la ruina total en la que cayó el país, porque de lo contrario acabaríamos por achacar únicamente a los cambios políticos, o peor aún, a la incapacidad de los dirigentes, o a su torpeza, todas las calamidades por las que atravesó España durante el primer tercio del siglo XIX. 
 
Los últimos años del siglo XVIII contrastan considerablemente con la tendencia económica general que se había seguido, al menos, desde 1750. Las guerras y las revoluciones finiseculares provocaron una crisis económica. Esta crisis se caracterizó por tres factores esenciales:
a) por la sobreabundancia del crédito y de la circulación fiduciaria;
b) por la gran subida de precios; y
c) por la insuficiencia del presupuesto para atender a los gastos.
La subida de precios produjo en un principio un proceso expansivo, que benefició a los grandes propietarios que tenían acceso directo a la producción de sus tierras. Por su parte, los que las tenían arrendadas, trataron de subir las rentas a sus colonos. Los que verdaderamente salieron perjudicados fueron los jornaleros. En el sector urbano, la inflación benefició a pocos y perjudicó a la mayoría, porque los productos alimenticios se encarecieron más que los manufacturados. Los funcionarios y todos aquellos que recibían un salario fueron los que más perdieron.

La vida en la ciudad.
Pierre Vilar pretendía demostrar que lo que ocurrió a finales del siglo XVIII no fue un fenómeno de inflación, sino más bien de exceso de crédito. Pero para muchos efectos viene a ser lo mismo. Abundaba el dinero y escaseaban los fondos del erario público. Las grandes monarquías de Occidente padecían una escasez de numerario cada vez mayor, sobre todo a causa de las guerras, y arbitraron como solución de urgencia la emisión de papel de deuda. Una solución hubiese sido la de aumentar los ingresos del Estado mediante la reforma del sistema fiscal. Pero esa medida tropezó en España con la oposición de la Corona, que se negaba a tomar en consideración una reforma que estuviese basada en la nivelación de los reinos y las provincias privilegiadas y en la eliminación de las exenciones de la nobleza y del clero. Así es que los ministros de finanzas se decidieron por la medida más fácil de emitir vales reales, y más tarde decretaron la circulación obligatoria de ese papel con una función más o menos parecida a la de nuestro papel moneda.
La emisión de papel se produjo en Francia, en forma de los famosos "assignats", y también en Gran Bretaña. En España, como en estos países, se recurrió a la misma medida. Para atender a los gastos provocados por la intervención en la guerra de la Independencia de Estados Unidos de América, Carlos III emitió entre 1780 y 1782 vales por un valor total de 450 millones de reales. Carlos IV emitió vales en 1795 por valor de 963 millones para hacer frente a los gastos de la guerra de la Convención, y en 1799, autorizó una nueva emisión de 796 millones, a raíz de la reapertura de hostilidades con Gran Bretaña. Sin embargo, estas medidas, que no solucionaron la penuria de las arcas reales, contribuyeron a acelerar la desconfianza de los tenedores, que advirtieron la no convertibilidad del papel, y aceleraron el proceso inflacionario.
La curva de precios en España alcanzó su punto máximo en 1799, año en el que el índice, con base 100 a comienzos del siglo XVIII, llegó a tener el valor de 198, llegando casi a duplicar el valor de los precios en general. Durante los primeros años del siglo XIX, los precios siguieron creciendo hasta alcanzar un índice de 221 en 1812. Además de la indiscriminada emisión de los vales y sin descartar las razones climáticas de sequía y heladas, que sin duda jugaron un papel relevante en esta carestía y de las cuales existen abundantes testimonios contemporáneos, no podemos dejar de lado las consecuencias de las guerras, ni la muy importante de la emancipación económica de América. Esta tuvo lugar años antes de que las colonias obtuviesen su emancipación política, y se produjo como consecuencia de la imposibilidad de que España pudiese abastecerlas a causa de la guerra con Inglaterra. El 18 de noviembre de 1797, Carlos IV se vio obligado a emitir el decreto de Libre Comercio de las colonias con los países neutrales, que autorizaba a sus posesiones ultramarinas a comerciar directamente con los países que no intervenían en la guerra. Las colonias se dieron cuenta que la ruptura del monopolio les permitía un mejor comercio con otros países, sobre todo con los Estados Unidos, y un más rápido y más barato abastecimiento, con lo que se resistirían a volver al antiguo sistema una vez vuelta la normalidad. En efecto, España ya no pudo dar marcha atrás a esa medida y desde entonces se puede decir que perdió ese mercado trasatlántico que había sido una de las bases fundamentales de la riqueza económica de la Monarquía durante siglos. La falta de salida para los productos manufacturados, las consiguientes quiebras de fábricas y talleres y la falta de trabajo, afectaron sin duda al fenómeno de la inflación. El nuevo siglo comenzaba con graves problemas económicos que no harían sino agravarse en los años siguientes.
 
Grupo de albañiles comiendo.
Por lo que a nosotros como pueblo agrícola respecta interesa ver la situación de la agricultura y de paso dar una panorámica breve sobre la industria y su desarrollo.
La realidad más precisa sobre la agricultura es que España quedó maltrecha después de las catástrofes acaecidas en los primeros años del siglo. La estructura de la propiedad agraria era una de las causas del atraso que registraba la agricultura en España, pero ahora este atraso se veía acentuado por la falta de atención que se le había prestado a los cultivos durante la guerra y a los destrozos causados en el campo por la contienda.
Durante el primer tercio del siglo XIX cambió poco la estructura de la propiedad y los métodos de cultivo. La desamortización qué llevaron a cabo el gobierno de José Bonaparte y las mismas Cortes de Cádiz, fue muy limitada. La extinción de los mayorazgos durante el Trienio Constitucional no perjudicó a los titulares, sino que por el contrario les reportó las ventajas inherentes a la disponibilidad para repartirlos entre los herederos, cederlos, venderlos o disponer de ellos a su antojo. Con ello esperaban los liberales imprimir un mayor dinamismo a los bienes inmobiliarios y potenciar la economía. Pero el campo estaba muy castigado por las altas rentas que pagaban los colonos y la pesada carga de las contribuciones, sobre todo cuando la deflación hizo su aparición y la baja de los precios de los productos agrícolas incapacitaron al campesino para pagar estos tributos.
 
Un patio de vecinos
El campesino se quejaba de la baja estimación que se daba a sus productos, porque además los artículos alimenticios habían descendido de precio en una proporción mayor que los productos manufacturados, por lo que la posición del agricultor tendía a hacerse todavía más precaria. Sin embargo, eso no fue obstáculo para que, como afirma J. Fontana, la producción agrícola se recuperase rápidamente, y especialmente la cerealística, después de la guerra de la Independencia. El hecho de que las medidas proteccionistas dictadas a comienzos del Trienio liberal tuviesen como propósito proteger la producción nacional frente a la importación de granos desde el exterior, parece indicar que aquella era suficiente para abastecer la demanda que se generaba en el país. Ese aumento se debió a las nuevas roturaciones y a la especialización de la producción agraria. Otros productos extendieron su producción en estos años, como el maíz y la patata. Hubo cultivos, no obstante, que no pudieron recuperarse en tan corto espacio de tiempo, como el del olivar, que sufrió la tala sistemática durante la contienda y su reposición requería bastantes más años para completarse. Lo mismo le ocurrió a las vides catalanas o andaluzas, destruidas o abandonadas durante bastante tiempo.
 
Agitaciones campesinas andaluzas.
En cuanto a la ganadería, ésta sufrió grandes transformaciones. La cabaña lanar disminuyó considerablemente a causa de la guerra. Según estimaciones de la época, el número de ovejas merinas quedó reducido a casi la tercera parte. Una cosa parecida ocurrió con la ganadería estante, aunque ésta se recuperó notablemente durante los años que siguieron al conflicto. A finales del reinado de Fernando VII se calcula que había en España algo más de dos millones de cabezas de este tipo de ganado.
La industria española se vio muy afectada durante este periodo a causa de los efectos destructores de la guerra y a causa también de la pérdida de los mercados coloniales. Si a esto se le añade la falta de capitales para las inversiones y la caída del consumo, se tendrá una explicación razonable de la ruina de este, por entonces, incipiente sector de la economía española. La industria textil fue la más dañada. La emancipación de las colonias dificultaba la importación del algodón, puesto que la mayor parte de la materia prima para la fabricación de las manufacturas de este producto procedía de las Indias. Por otra parte, América había sido el mercado natural de esta producción y ese mercado dejaría ya de ser territorio exclusivo para las exportaciones españolas. En los años centrales del reinado de Fernando VII, la situación era muy distinta. La Comisión de Fábricas de Algodón de Barcelona quedó reducida a dos miembros y la producción se vio sumida en la ruina. Por si esto fuera poco, el crecimiento del contrabando a través de los Pirineos y de la colonia inglesa de Gibraltar. La situación parece que comenzó a remediarse a partir de los últimos años de la década de 1820, cuando comenzaron a introducirse en Cataluña las primeras máquinas movidas a vapor.
Los mismos efectos negativos sufrieron las fábricas textiles existentes en Sevilla y Cádiz, donde la producción había alcanzado unos niveles considerables a finales del siglo XVIII. En un informe que elaboró la ciudad de Sevilla en 1823 para Fernando VII, se hacía referencia a la ruina en la que habían quedado la multitud de fábricas de textiles a consecuencia de la competencia ilícita que le hacía a su producción el cuantioso contrabando que se introducía desde Gibraltar.
 
Las cigarreras de la fábrica de tabacos de Sevilla.

Una de las más importante industrias de la época, la Fábrica de Tabacos de Sevilla, cuya materia prima procedía también fundamentalmente de América, padeció también las consecuencias de la emancipación. Las reducciones salariales que se vio obligada a adoptar a consecuencia de la crisis, le llevaron a reclutar mano de obra femenina (las famosas cigarreras) sobre la que recaería en lo sucesivo la elaboración del tabaco.

En resumen, habría que concluir afirmando que la situación de la economía española en la época de Fernando VII, al menos hasta 1827, es de postración y de crisis. Abundan los testimonios sobre este ambiente de pobreza. El aumento del número de indigentes fomentó, no sólo la mendicidad, sino las actividades ilícitas, como el contrabando y el bandolerismo. El mal afectó también a los funcionarios del Estado, que se quejaban de la pérdida de la capacidad adquisitiva de sus salarios. Y aún más graves fueron las consecuencias de este panorama en el elemento castrense, puesto que el retraso de meses en el cobro de sus salarios contribuiría a provocar un ambiente de malestar, que tendría su reflejo en la actitud díscola que algunos militares mostrarían con frecuencia en los cuarteles y fuera de ellos.
Según una de las estadísticas más fiables de la época, como era el llamado Censo de Godoy de 1797, la población española ascendía, a fines del siglo XVIII, a diez millones y medio de habitantes. El recuento de población de 1822 nos proporciona una cifra de 11.661.867 habitantes para toda España, y en 1834, es decir al año siguiente de la muerte de Fernando VII, y año que reflejamos en este artículo, la población española había alcanzado los 12.162.172 habitantes.
Teniendo en cuenta estas cifras, parece que el primer tercio del siglo XIX puede definirse como un tramo cronológico en el que la población muestra un comportamiento dubitativo, dentro de un proceso general de crecimiento que puede haberse acelerado después de la última epidemia de cólera, que se registró en 1833. La explicación de este fenómeno habría que centrarlo en tres causas fundamentales: la Guerra de la Independencia y sus efectos; las consecuencias de las epidemias de 1800, 1821 y 1833; y la incidencia de las guerras civiles entre 1814 y 1823 y posteriormente en 1827.
De todas formas, la utilización de los datos oficiales no permite realizar muchas precisiones sobre el comportamiento demográfico de este periodo. Sería necesario disponer de las suficientes gráficas de nacimientos-bautismos y de defunciones-entierros para obtener un panorama mucho más claro del crecimiento de la población. Se han realizado estudios en este sentido en Andalucía, Cataluña y Galicia, pero sus resultados no son suficientes para aplicarlos al total de la nación.
 
Familia obrera en la hora de la comida.
En todo caso, lo que hay que tener en consideración es que en esta etapa la población española era mucho más reducida que la de los países de su entorno, cosa que llamaba la atención de los extranjeros. Según los datos que recogió el diplomático francés Boislecomte, los Países Bajos contaban con 4.659 habitantes por milla cuadrada en 1825, Gran Bretaña 3.875, Francia 3.085 y Portugal 1.815; España sólo tenía 1.636. Una de las cosas que también podía sorprender a los visitantes extranjeros era la concentración de la población en grandes núcleos urbanos y la inexistencia de grandes casas de campo o de castillos.
 
Grupo de cortesanos en el teatro liberal Isabelino

La capital, Madrid, superaba ya los 200.000 habitantes, y aunque su población seguía creciendo, no parecía tener a los ojos de algunos observadores, como el diplomático francés citado anteriormente, la influencia que en otros países tenía la capital sobre el resto del país. Entre las grandes ciudades que destacaban por su población en esta época estaban Barcelona, con 120.000 habitantes; Sevilla con 100.000; Valencia con 82.000; Granada con 80.000; Málaga con 70.000; Cádiz con 53.000; Córdoba con 47.000; y Zaragoza con 40.000. 
 
Sevilla con 100.000 habitantes era la tercera ciudad del reino de España.
Si durante el reinado de Fernando VII las reformas políticas aprobadas en las Cortes de Cádiz no acabaron de imponerse del todo, mucho menos lo hicieron las reformas sociales destinadas a establecer en España un nuevo orden basado en la igualdad teórica de los ciudadanos, y en la abolición de los tradicionales privilegios de una minoría. Así pues, el primer tercio del siglo XIX no es, desde el punto de vista de la organización de la sociedad, más que una prolongación del Antiguo Régimen, pues sólo en la conciencia de algunos de los reformistas de la época y en unas leyes, que apenas pudieron aplicarse, existió aquella sociedad igualitaria. Habría que esperar todavía bastante para que el nuevo orden social pasase a formar parte de la realidad española. Por esa razón, en todos los recuentos y estimaciones de la sociedad española de este periodo, tanto desde el punto de vista cualitativo como desde el punto de vista cuantitativo, aparecen los estamentos característicos del Antiguo Régimen. No obstante, en cada uno de ellos pueden apreciarse los efectos de la nueva situación creada por la guerra y por las leyes aprobadas por los liberales en Cádiz y durante el Trienio. Esas transformaciones nos permiten considerar también a esta sociedad como una sociedad en transición hacia unas nuevas formas y, en muchos aspectos, hacia una nueva mentalidad.
 
Grupo de campesinos en el campo.

Respecto a como trascurría la vida de los españoles de este tiempo hay que decir que había un cierto número de personas (el 30% de la población nacional aproximadamente, algo más de la mitad de los cuales vivía en los pueblos) que se dedicaba al sector de los servicios, a los trabajos artesanales y a la naciente industria aunque ésta era escasa y muy limitada. Artesanos, tenderos y criados domésticos constituían una microsociedad dentro de cada pueblo. Estos grupos, sobre todo, vivían en aquellas poblaciones que constituían cabecera de comarca y que vienen a coincidir con las sedes de los partidos judiciales que organizó, tras la muerte de Fernando VII, Javier de Burgos. En aquellos años y desde antiguo, Andújar se había convertido en una población creciente, que terminó considerándose cabeza de partido judicial en este año de 1834, del que siempre participó nuestra Higuera cerca de Arjona.
 
Popular procesión religiosa del siglo XIX
El comportamiento social y demográfico de los españoles en los tres primeros cuartos del siglo XIX es más parecido a la segunda mitad del siglo XVIII que al siglo XX. Se apunta una fase de transición en la que todavía hay algunos rasgos propios de las sociedades del Antiguo Régimen.
La población del Antiguo Régimen se caracterizaba por tasas de natalidad y mortalidad muy cercanas entre sí, lo que llevaba a un crecimiento natural muy débil o incluso, en algunos períodos, a retrocesos como consecuencia de catástrofes demográficas producidas, fundamentalmente, por epidemias de enfermedades infecciosas o hambres colectivas en malos años de cosecha. 
En España (si exceptuamos zonas concretas, como parte de Cataluña y Baleares) la transición demográfica se dio durante el siglo XIX de un modo imperfecto, sobre todo por las altas tasas de mortalidad sólo superadas en el continente por Rusia y algunas zonas del Este europeo. Aun así, la tasa de mortalidad había descendido relativamente en comparación con las tasas propias del Antiguo Régimen. Será ya en el siglo XX cuando desciendan bruscamente. 
 
Familia en el Paseo del Prado en la fuente de la salud.

El crecimiento de la población fue posible por el mantenimiento de unas tasas de natalidad bastantes altas durante el siglo XIX, aunque también habían decrecido relativamente. Al tiempo, en la misma centuria, hubo un paulatino y leve descenso de la mortalidad relativa a causa sobre todo de mejoras higiénicas y médicas, aunque esporádicamente la sociedad tuvo que sufrir crisis más propias del Antiguo Régimen como las epidemias de cólera y las hambrunas, fenómenos analizados por Antonio Fernández (1986). Las primeras produjeron en 1834, 1855, 1865 y 1885 unas 800.000 víctimas mortales. Las segundas, que se pueden datar en torno a 1817, 1824, 1837, 1847, 1857, 1867 y 1877 según la cronología elaborada por N. Sánchez Albornoz, producen una mortalidad difícil de calcular, elevada en cualquier caso. La mortalidad infantil, uno de los indicadores que reflejan los cambios o persistencias del modelo antiguo, disminuyó pero se mantuvo en niveles aún muy altos. 
Hay que tener en cuenta que, en buena parte de los países del mundo occidental, el aumento demográfico fue unido a un proceso previo o paralelo de modernización económica. En España éste fue más lento que aquél. La consecuencia inmediata será el desequilibrio entre recursos y población, que impulsará a la emigración, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Hecho un análisis del periodo correspondiente al reinado de Fernando VII, conviene entrar en la descripción del crecimiento demográfico del periodo de regencia de María Cristina como reina regente en nombre de la futura reina su hija la Reina Isabel
En el reinado de Isabel II podemos distinguir dos etapas en cuanto al aumento de la población, tomando como referencia el promedio anual de crecimiento. En la primera, entre 1834 y 1860, el porcentaje medio de crecimiento anual fue del 0,56%; en la segunda, entre 1860 y 1877, el porcentaje fue del 0,36%. 
Asistimos pues a una fase de mayor crecimiento entre 1834 y 1860 que entre 1860 y 1877, con porcentajes en esta última parecidos a las primeras décadas del siglo. Sobre la relación entre crecimiento económico y demográfico durante el siglo XIX, ha habido un debate historiográfico que se puede resumir en las posturas de J. Nadal y V. Pérez Moreda. Para el primero, el crecimiento demográfico en este período constituye una falsa pista, si se toma como indicador de los cambios económicos del país. El crecimiento demográfico, al menos hasta mediados del siglo XIX, no estuvo relacionado con ningún tipo de modernización industrial de la economía del país y responde más bien a mayor producción de alimentos por extensión de los cultivos y a cambios políticos que pudieron convivir con una economía de tipo antiguo.

 
Escena de la vida campestre.
A comienzos del siglo XIX la agricultura era la base de la riqueza nacional: el 56% del total de la producción (el 82% si incluimos la ganadería). No obstante, la producción agrícola delAntiguo Régimen estaba limitada por la organización y explotación de la propiedad que tenía una serie de características:
 1) Un pequeño mercado de bienes libres puesto que las leyes amortizaban los patrimonios de la Corona, los nobiliarios y eclesiásticos y prohibían la enajenación de los propios, baldíos, realengos y de una serie de instituciones de beneficencia e instrucción. Esto implicaba un defectuoso reparto de la riqueza agrícola: Había pocas tierras en propiedad de los labradores que debían recurrir al arrendamiento y, por tanto, a la explotación indirecta sin el estímulo que le hubiese producido la propiedad. 
2) Explotación que se llevaba a cabo sin cálculo de costos y producción y sin visión de futuro que tendían a la esquilmación de tierras. Las deficientes técnicas de cultivo se manifestaban en la gran extensión del barbecho, la escasa o nula mecanización y de abonado artificial que se comienza a usar poco aún en la segunda mitad del siglo XIX.
 3) Los excedentes no invertidos en nuevas tierras eran consumidos por los beneficiarios de las rentas, habitualmente por la nobleza y el clero, en gastos suntuarios y no productivos. Salvo casos excepcionales, el campo no se mejoraba. 
4) Los agricultores se enfrentaban a las ventajas de los ganaderos: que se manifestaban en la prohibición de cerrar los campos, para que una vez alzada la cosecha puedan pastar los ganados, en las dificultades de roturar montes y baldíos y en la alta utilización de pastos comunes, que no se podían roturar, por la ganadería trashumante.
 5) El resultado final era la existencia de una gran parte de tierras sin cultivar. Por las deducciones de un censo fiscal en 1803, el 61,7% de las tierras se dedicaban a pastos y tierras comunales (muchas de ellas cultivadas) y el 15,5% eran montes y ríos. Sólo el 22,8% se dedicaba a cultivos.
Entre los cultivos había una preponderancia de los cereales que aparecen en casi todas las regiones, aunque predominaban en Castilla la Vieja, seguida de La Mancha y Aragón. El olivo se concentraba en Andalucía interior, Aragón, Cataluña, Extremadura y Mallorca. La vid, que en mayor o menor medida se producía en toda España si bien con calidades muy desiguales, se extendía especialmente por Andalucía litoral, Cataluña y Galicia, penetrando poco a poco hacia La Mancha y La Rioja. La trilogía anterior eran los cultivos básicos, pero había también leguminosas, cáñamo, lino y productos de huerta.
Pérez Moreda entiende que hay una relación mutua. La extensión y diversificación de los cultivos y las medidas que lo permitieron (reformas liberales que afectaron a la tierra y los impuestos como el diezmo), efectivamente, ayudaron a sostener el ritmo de crecimiento de la población, pero justamente se dieron en gran medida como una primera respuesta ante un problema de presión creciente de la demanda de alimentos motivada por el aumento demográfico. Parece evidente que no hay un automatismo entre cambios económicos y demográficos o viceversa, aunque casi siempre mantienen una cierta relación.


Mercado callejero.
Otro aspecto a considerar es la desigual distribución geográfica de la población que tenderá a una dualidad por un lado, entre el centro y la periferia, y, por otro, entre el Norte y Sur. Una constante en la edad contemporánea española, aunque se inicia en el siglo XVIII, es la corriente centrífuga. Dentro de la periferia, hay que destacar una mayor vitalidad natural y capacidad de atracción de población en las regiones del norte. El motivo fundamental es un desfase entre ambos conjuntos regionales. La periferia, y especialmente el Norte, tenían una economía más fuerte, un mayor grado de desarrollo y ello afecta, lógicamente, a los cambios sociales y a la demografía. 
Ya en siglo XVIII el número de habitantes es mayor en la periferia, sobre todo en el Norte, a pesar de su menor extensión, lo que se acentuará a lo largo del período contemporáneo, por causas diversas entre las que destacan: 
- Crecimiento económico mayor y más sostenido de diversas zonas costeras, con menores fluctuaciones de los abastecimientos alimenticios y de los precios, lo que supone una menor incidencia de las crisis de subsistencias, como puso de manifiesto Gonzalo Anes. 
- Mayor crecimiento biológico por un mayor descenso de los índices de mortalidad, debido, entre otros motivos, al crecimiento económico referido antes. Como han puesto de manifiesto los estudios de Nicolás Sánchez Albornoz, en torno a 1870 el saldo vegetativo era considerablemente más elevado en la mayor parte de las provincias de la periferia, especialmente en el Norte, que en las del interior. En líneas generales, las provincias del interior crecen vegetativamente entre un 2 y un 7 por mil anual, las periféricas mediterráneas alrededor de un 10 por mil y la fachada norte entre un 11 y 13 por mil. Canarias, un caso excepcional, crece casi un 22 por mil. Tomando otros indicadores, por ejemplo la tasa media de las décadas de los cincuenta a los setenta, varían los porcentajes pero a grandes rasgos se mantienen las diferencias de población. Si bien zonas, como Extremadura, debido a su alta tasa de natalidad mantienen un crecimiento vegetativo bastante alto hasta los años cincuenta (8,4 por mil) para descender desde entonces: 5,2 por mil hasta 1900. 
- Despoblamiento o estancamiento de muchas ciudades del interior con bastante vitalidad en la Edad Moderna. Algunas de estas pérdidas fueron espectaculares. Casos, por ejemplo, de Segovia, Toledo o Medina del Campo. Emigración interna del centro a la periferia (salvo enclaves como Madrid y algunos menores como Valladolid) y especialmente a las regiones industriales del Norte.
Buena parte de la población rural eran artesanos en mayor o menor medida, pues lo más frecuente era que en cada familia se desarrollase alguna actividad artesanal. En el mundo rural de mediados del siglo XVIII y primera mitad del XIX, cada familia, cada pueblo, por pequeño que fuese, tendió al autoabastecimiento. Se trataba de transformar los productos agrícolas o ganaderos que el medio proporciona. En otros muchos lugares de la España de la época, se da detalle de la ausencia de panaderías en muchos de los pueblos porque en cada casa se tenía su propio horno donde se  elaboraba el pan. Sólo en años y épocas de escasez funcionaba una panadería local que se abastecía del trigo del pósito. Igualmente, muchos de los propios vecinos confeccionaban su propio calzado (sandalias, albarcas) fijando la piel a la suela con lañas de grueso alambre.
 
Curtidores limpiando las pieles.

A veces eran los pastores quienes llevaban a cabo esta tarea, pues estos mismos eran quienes curtían las pieles. La mayor parte de las familias se agenciaba los materiales necesarios para construir sus propios zurrones, zamarras, etc. o recurrían a los pastores si no sabían hacerlos. En muchas casas había un telar con el que, además de fabricar tejidos de lino basto que vendían, y hacían telas para el gasto de sus casas.
 
Foto familiar de este tiempo.

Si nos restringimos a quienes hacen de tal actividad su principal fuente de ingresos, el número de artesanos es limitado. Normalmente los artesanos se concentraban en los pueblos mayores que hacen de cabecera de comarca. En los pueblos medianos había molinos de agua para molturar los cereales, hornos de teja y ladrillo, algunas alfarerías (para orzas, tinajas, botijos, etc.), algunos carpinteros, carnicerías, varios pescadores de río, cierto número de fraguas (para fabricar y reparar herraduras, arados, cancelas y todos los utensilios de hierro).
  
El zapatero trabajando en su taller.

En zonas rurales había también un cierto número de industrias más cualificadas, a mitad de camino entre el sistema doméstico y el de factoría. En el sector más difundido, el textil, era frecuente en muchas comarcas españolas la existencia de una industria rural dispersa de carácter familiar. Existían telares diseminados en casas particulares fundamentalmente a cargo de las mujeres. La minería proporcionaba trabajo a bastantes miles de personas en muchos pueblos. Esta actividad frecuentemente iba unida a la siderurgia. Había numerosas ferrerías, especialmente en el norte de España, e industrias con mayor estructura empresarial, por ejemplo, la fábrica de Orbaiceta (Navarra), establecida por el Estado en 1784 para producir municiones, o la que se instaló, por iniciativa privada, en Alcaraz, un pueblo junto a la Sierra del Calar del Mundo, que perteneció a la provincia de Jaén, y hoy pertenece a la actual provincia de Albacete, dedicada a la producción de latón utilizando como fuente energética la fuerza hidráulica y el carbón vegetal. En esta última, como ha estudiado Juan Helguera, trabajaban unos 100 operarios.

Estamos en tiempos del reinado de Isabel II, y de ello dan buena prueba los nuevos sellos de oficio en los que es preceptivo redactar las actas de los Ayuntamientos. En este caso debajo del sello de oficio aparece  como marcado por sello de tinta negra el texto:
Valga para el reinado de S. M. la Señora Doña Isabel II y una rúbrica
 
Inicio de página de las Actas del año 1834.

ACTA DE LA REUNIÓN DE LOS SS JUSTICIA Y AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA SIETE DE ENERO DE MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y CUATRO.
Asuntos a tratar: Elaboración de un cuaderno según la Real Instrucción de 1789 sobre registro de multas y condenaciones que se impongan en el año 1834 por contravenciones de caza y pesca.
El texto del acta como en todos los demás de los años revisados esta manuscrito en papel timbrado.
 

 “Acuerdo de 7 de Enero…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en siete días del mes  de Enero de mil ochocientos treinta y cuatro, reunidos los SS. Justicia y Ayuntamiento de esta villa, en su Sala Capitular como lo tienen  de costumbre, asistidos  de mí el Secretario, por el Sr. Presidente se hizo presente era de necesidad formar un Cuaderno según se previenen la Real Instrucción de mil setecientos ochenta y nueve en su artículo once para que sirva de registro en los asientos de las multas  y condenaciones que se impongan por esta Justicia en todo el año de la fecha en las contravenciones de caza y pesca y en vista de ello se acordó  por los dichos SS. que se forme dicho cuaderno siendo su cabeza este acuerdo y conste de dos hojas con la presente rubricadas por el Síndico procurador gral. y el Secretario; y se nombra a Antonio Cortés de Depositario para que recaude dichos fondos y ponga su cuenta fin de año con las formalidades  de Instrucción y se le haga saver para su aceptación. Lo acordaron y firmaron los referidos SS. de que doy fe.=


Aparecen las rubricas de los siguientes Sres.:


 José Calero.  Diego Ruano.  Gervasio  Pérez.  Antonio Gavilán.  Dice:La X es de Juan Bernardo García.  Francisco de PaulaTorredongimeno
Ante mi Sebastián Pérez. 


Después aparece la siguiente diligencia:

Nor…
En la Higuera cerca de Arjona en el mismo día mes y año yo el Secretario notifiqué lo mandado a Antonio Cortés en su persona y dijo aceptar el nombramiento y lo firma conmigo de que certifico.
Aparece la rúbrica de Sr.Antonio Cortés.


Hemos de considerar en este punto que frente al proceso administrativo del Antiguo Régimen, caracterizado por su falta de uniformidad y cierta confusión de poderes, el Estado liberal intentó la unidad administrativa y la división de poderes.
La nueva división provincial fue realizada en 1833 por Javier de Burgos. Los territorios provinciales se basaron en unidades históricas, corregidas por circunstancias geográficas, extensión, población y riqueza. España se organizó en 49 provincias con el nombre de sus respectivas capitales. Hubo seis excepciones: los archipiélagos, Navarra, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, que conservaron su denominación antigua y sus antiguos límites debido, sobre todo, al criterio histórico que primó.
Citamos la división provincial del motrileño Javier de Burgos porque supuso un paso adelante en la administración de cada nueva provincia, tal como veremos a lo largo de la trascripción de las actas del Ayuntamiento de la Higuera cerca de Arjona en el futuro.
Al frente de cada provincia se colocó el Subdelegado de Fomento (posteriormente denominado Jefe Político y Gobernador Civil desde diciembre de 1849) que representaba al gobierno de la nación. La Diputación era el órgano de gobierno de la provincia. En 1834 las provincias se dividieron en partidos judiciales.
 
Imagen de la vida cotidiana del siglo XIX.
Aunque este fue el esquema general, en cada período político, según estuvieran en el poder progresistas, moderados, Unión Liberal, varió la interpretación sobre quiénes deberían elegir a los representantes de cada poder y las competencias de las instituciones. El régimen común tuvo algunas excepciones, como las provincias forales, especialmente Navarra después de la Ley de 1841. 
El modelo progresista de 1810-1813 se reformó en 1842 y 1856, pero apenas estuvo en vigor. Era partidario de una cierta descentralización provincial. A pesar de que el Gobernador era un delegado del Gobierno, la Diputación ejercía un cierto control. Así, en 1841, bajo la Regencia de Espartero, estuvo vigente la instrucción de febrero de 1823. El Jefe Político presidía con voto la Diputación Provincial, que tenía competencias propias (obras públicas provinciales, fomento de agricultura, industria y comercio, etc.) y ejercía tutela sobre ayuntamientos en aspectos como la revisión de los presupuestos anuales, los repartimientos contributivos, propios, positos, abastos, etc. 
 
El teatro de marionetas recorre pueblos y ciudades.

El moderantismo formuló de manera más clara sus propuestas en 1845. El Gobernador, como en el caso anterior, era un delegado gubernamental. La Diputación tenía una función más consultiva. En el período moderado, de acuerdo con la Ley de 1 de enero de 1845, la Diputación Provincial era presidida por el Jefe Político, que se reservaba más atribuciones que en el período progresista. El número de miembros de la Diputación variaba en función de los partidos judiciales. Los electores eran los mismos que elegían los diputados a Cortes. En 1849 el Gobernador sumó las funciones del Intendente.
El triunfo de los progresistas en 1854 supuso la vuelta a la legislación de 1823 y el restablecimiento de las diputaciones de 1843 que veían aumentadas sus facultades administrativas en la provincia. Los gobiernos de O'Donnell y Narváez, en 1856, reproducían el modelo moderado de 1845 que, con ligeras reformas, se mantuvo hasta la revolución de 1868.
La administración provincial se fue organizando lentamente en las décadas que corresponden al reinado de Isabel II. El escaso número (no llegaban a 5.000) de funcionarios que contaban todas juntas en 1860 prueba esta afirmación.
En cada provincia el Estado tenía una administración civil presidida por el gobernador. Por el número de funcionarios destacaba el ministerio de Hacienda (administradores, comisionados del Tesoro, inspectores y recaudadores con los auxiliares necesarios). De manera creciente se fueron estableciendo dependencias de los ministerios de Gobernación y Fomento.
 El número de funcionarios del Estado que trabajaban en las provincias en torno a 1860, según el Censo, era de unos 26.000, a los que habría que sumar los 5.000 de Madrid ya citados. La distribución era desigual. Las provincias que menos tenían eran Álava (117), Navarra (163) y Vizcaya (170); las que más La Coruña (1.314), Valencia (1.534), Barcelona (1.127) y Cádiz (1.278). Provincias medias podían ser, por ejemplo, Zamora (411) y Guadalajara (769). La larga mano del Estado era mucho más corta e ineficaz de lo que se podría pensar. En todo caso, en el período que corresponde al reinado de Isabel II, debido al proceso de centralización y racionalización administrativa todo nos lleva a pensar en el aumento de la presencia del Estado y la creciente profesionalización de los funcionarios. Si al principio de siglo (en 1797), los funcionarios de todas las administraciones no llegaban a 30.000, eran 60.000 en torno a 1860 y superaban los 90.000 en 1877.
El ministerio de Gracia y Justicia, por su propia idiosincrasia, estaba organizado a través del sistema de tribunales en las capitales de provincia y en las localidades que eran cabecera de partido judicial, aunque también contaba con delegados provinciales en lo que se refería a los asuntos eclesiásticos.

Las lavanderas en el río.
 En el último escalón estaba el municipio. El modelo electivo surgido de las Cortes de Cádiz, sufragio universal en segundo grado, fue útil para el derrocamiento del Antiguo Régimen. Pasada esta fase, los liberales, tanto moderados como progresistas, se pusieron de acuerdo en 1834 para introducir la adopción de la base electiva directa al tiempo que restringían radicalmente el número de electores a través del sufragio censitario.
El modelo moderado se basaba en la administración pública napoleónica, el doctrinarismo francés, que adaptó para España una escuela de juristas próximos a los moderados. Su máxima, recogida del administrativista A. Oliván, era que "sin administración subordinada no hay gobierno". La modernización del país se transmitiría desde el gobierno hasta el último pueblo. ¿Será conveniente, se pregunta en el preámbulo del proyecto de ley municipal de 1838, que el impulso reformista encuentre los mayores obstáculos cuando llegue al último eslabón? El ideal era una administración racional y eficiente en la que, cuando hubiera contraposición de intereses, prevalecieran los públicos sobre los privados y los nacionales sobre los locales. La figura clave era el alcalde. Era, ante todo, un representante del Gobierno por línea jerárquica desde la Corona a través de los jefes políticos o gobernadores. El gobierno podía reforzar su poder nombrando un alcalde corregidor para sustituir al ordinario. Los ayuntamientos, formados por los concejales electos entre los que el gobierno designaba alcalde sin tener en cuenta el número de votos obtenidos, tenían una función consultiva. Como observa Concepción de Castro (1979), resulta sintomático cómolas leyes moderadas limitaron el número de sesiones municipales. Nos encontramos que en el Registro de Actas Municipales de la Higuera cerca de Arjona solo hubiese una correspondiente a este año de 1834.
La reelección podía ser indefinida. Las autoridades locales se integraban en la burocracia estatal y quedaban sustraídos de la justicia ordinaria en el ejercicio de sus funciones. El alcalde, cualquier concejal o el ayuntamiento en pleno, podían ser suspendidos gubernativamente por motivos que la ley nunca especificaba. El sufragio censatario de los moderados tendía a restringir el voto a los mayores contribuyentes de cada localidad. Las reclamaciones electorales no las resolvía el poder judicial, sino el gobernador o jefe político.
Los progresistas hicieron de la elección de alcaldes una de sus banderas en los procesos revolucionarios de 1840, 1854 y 1868. Coincidían con los moderados en la subordinación de las autoridades locales al gobierno central. Las diferencias entre ambos partidos eran de grado, especialmente a partir de 1856. El alcalde concentraba la autoridad ejecutiva de cada municipio, pero conservaba su origen netamente electivo. Con relación a los moderados, los ayuntamientos tenían más aspectos en los que eran autónomos respecto al gobernador. En principio, se prohibía la reelección, aunque la admiten (con vacancia de un año) a partir de 1856. Los funcionarios o cargos electivos respondían ante la justicia ordinaria en delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones. La posibilidad de suspensión gubernativa del ayuntamiento o cualquiera de los concejales se legislaba concretando las causas y circunstancias para evitar la arbitrariedad. Los progresistas ampliaron notablemente el concepto de clases medias. Excluyeron sólo a quienes dependían de un jornal, pero renunciaron al voto universal. Las reclamaciones electorales serían resueltas por los jueces.

Vida de la calle.
 

El modelo moderado estuvo vigente casi todo el reinado de Isabel II, salvo los períodos de 1840 a 1843y 1854 a 1856. Desde 1856 rige de nuevo, sin interrupción, hasta 1868, al asumirlo la Unión Liberal con ligeras variaciones introducidas por José Posada Herrera, diputado asturiano, buen orador, que ocupo al cargo de Ministro de Gobernación con Istúriz en el poder. Como la legislación moderada apenas cambió y los alcaldes seguían siendo gubernamentales, la alternancia entre unionistas y moderados, entre 1856 y 1868, deterioró las estructuras caciquiles. El modelo moderado, adecuado al gobierno de un solo partido, no lo fue para dos partidos próximos pero rivales y sin pacto previo. Los caciques locales dividieron sus fuerzas, lo que benefició a progresistas, demócratas y carlistas, que obtuvieron mayoría en muchos consistorios municipales en los años sesenta.
 El número de funciones y funcionarios de los ayuntamientos crecía año tras año. La administración municipal contaba en 1860 con 30.602 funcionarios que tenían esta actividad como principal, más otros muchos miles que contratados temporalmente realizaban trabajos para los ayuntamientos. Sin embargo, los fondos de muchos municipios, especialmente los rurales, sufrieron un recorte al desamortizarse los bienes de propios, lo que les hizo depender aún más del gobierno. 
El mundo de la política local, comarcal o provincial tuvo cierta vitalidad. Aunque en ella estaban inmersos unos pocos ciudadanos, mayor o menor en número según fuese mayor o menor el censo electoral (entre el 0,15 o el 7%), tuvo una actividad real. Obviamente, la vida política tenía mucha incidencia en el gobierno municipal o, proporcionalmente, en el de la diputación provincial. Sin embargo, había una desconexión casi total con el gobierno del país. Las elecciones para la representación parlamentaria, aunque en ocasiones eran reñidas y reflejaban la tensión política de cada comarca o distrito electoral, carecían de la suficiente representatividad en la medida en que el control de la cámara se llevaba a cabo fundamentalmente desde algunos despachos madrileños.
En todo caso, la imagen de una sociedad desmovilizada debe ser matizada. Tanto en el medio urbano como en el rural, hay un sector de la población, fundamentalmente las clases medias y altas, que en unos u otros momentos formaron parte del censo electoral, que se interesa por los asuntos públicos. Ello no quería decir que pertenecieran a los nacientes partidos políticos. Por una parte, hay que señalar el fenómeno carlista, que merece una consideración específica. Además, a través de: las tertulias, más o menos institucionalizadas, de los ateneos, de los casinos, y las sociedades económicas, sociedades patrióticas, y de la lectura o participación en los periódicos locales... se influía  y se intervenía en la opinión pública que acaba confluyendo en las campañas electorales y en la crítica de la vida política. Sin embargo, no hay que olvidar que nos estamos refiriendo a un sector relativamente pequeño de la sociedad. La gran mayoría permanecía ajena a lo que estaba sucediendo y no participaba directamente ni se podía aún considerar una auténtica opinión pública.

Granada  5 de Diciembre de 2014.
Pedro Galán Galán.

BIBLIOGRAFIA:
Anes, G.: Historia económica de España. Siglos XIX y XX. Galaxia Gutenberg; Círculo de Lectores, S.A., 2000.
Artola, Miguel: La España de Fernando VII, en Historia de España dirigida por Menéndez Pidal, T. XXV, Madrid, Espasa, 1982.
Artola, Miguel: Antiguo Régimen y revolución liberal, Madrid, Alianza Editorial, 1978.
Artola, Miguel: Memorias de tiempos de Fernando VII, ed. M. Artola, 2 Vols., B. A. E., 97 y 98, Madrid, Atlas, 1957.
Artola, Miguel: Los afrancesados, Madrid, Sociedad de estudios y publicaciones, 1943. (2ª ed. Madrid, Turner, 1976).
Castro, Concepción de. La Revolución Liberal y los municipios españoles. Madrid, 1979.
Fernández García, A.: "El tiempo histórico de Rosalía: Evolución de la Sociedad española" en Actas do Congreso Internacional de Estudios sobre Rosalía de Castro e o seu tempo, Universidad de Santiago de Compostela, 1986.
Fernández García, A.: Las crisis de subsistencias en el Madrid del siglo XIX. Vol. 2 (1986). (Capas populares y conflictividad social; Abastecimiento, población y crisis de subsistencias; Cultura y mentalidades), Págs. 191-228
Fontana, Josep: La crisis del Antiguo Régimen (1808-1833), Barcelona, Crítica, 1983.
Fontana, Josep: Cambio económico y actitudes políticas en la España del siglo XIX, Barcelona, Ariel, 1973.
Fontana, Josep: Hacienda y Estado en la crisis final del Antiguo Régimen, 1823-1833, Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1973.
HelgueraQuijada, J.: La difícil supervivencia de una manufactura estatal a finales del antiguo régimen: las reales fábricas de San Juan de Alcaraz 1814-1823. Dialnet.
Laborde Alexandre: Voyage pittoresque et historique en Espagne. Paris, 1807-1818.
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Nadal, J.: La población española, siglos XVI a XX. Ariel, 1973.
Oliván y Borruel, A.: De la administración pública con relación a España, 1843. Enciclopedia Española del siglo XIX. En García de Enterría, Eduardo: «Prólogo» a su edición de la obra de Alejandro Oliván, De la administración pública con relación a España, Colección Civitas, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1954, recogido luego bajo el título «Alejandro Oliván y los orígenes de la Administración española contemporánea», en su volumen La Administración española, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1961 (varias ediciones después en Alianza Editorial).
Pérez Moreda, V.: "Evolución de la población española desde finales del antiguo régimen", en Papeles de Economía Española, núm. 20, Madrid, 1984. 
Pérez Moreda, V.: Las crisis de mortalidad en la España interior. Siglos XVI-XIX. Editorial: Siglo XXI, 1980.
Sánchez Albornoz, N.: La modernización económica de España, 1830-1930, Madrid, Alianza, 1985.
Sánchez-Albornoz, N. (Compilador): La modernización económica de España, Madrid, 1995. 
Sánchez-Albornoz, N.: España hace un siglo: una economía dual, Barcelona, 1977. 
Sánchez Albornoz, N.: Españoles hacia América: La Emigración en Masa, 1830-1930.
Vilar, Pierre: Historia de España (2005) Editorial: Crítica

 
 

DESPIDIENDO EL AÑO 2014.

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Nos despedimos de este año, 2014:

    Este Blog de nuestro pueblo va cumpliendo días hasta que llega al final del período del año. En este caso, podemos alegrarnos (los que vamos desarrollando este trabajo al menos) de poder seguir con esta labor de dar a conocer día tras día un poquito más de Lahiguera: Bien a través de los artículos de historia, bien con las anécdotas de personajes que años atrás habitaron el pueblo, ...también a través de la fotografía que nos muestran lugares y momentos de nuestro entorno, ...o de cualquier otro modo,  esperando al fin y al cabo, enriquezca el lugar que habitamos y deleite al asiduo seguidor de este espacio virtual.


    Como no puede ser menos en estas fechas, en nombre de todos los que vamos realizando esta labor "bloguera", me permito desearles unas Felices Fiestas Navideñas, así como prosperidad para el año venidero, 2015.

Ayuntamiento de Lahiguera (fotomontaje).

    Por nuestra parte, esperamos que el 2015 sea tan fructífero o más, si cabe, que el que ya está terminando (en cuanto a artículos y calidad de los mismos se refiere). También volver a recordar, que cualquiera de nosotros (higuereños) puede aportar lo que esté a su alcance: este espacio está abierto a todos los paisanos de Lahiguera.

    No quisiera despedirme en este año sin mostrar unas fotografías realizadas en los últimos días del mismo, en el mes de diciembre:

Lahiguera invadida por la niebla.
Una vez más, la torre del templo de "arriba" es el punto de interés:





Conjunto de "avesfrías" sobrevolando los llanos del salado:



Imágenes de uno de los amaneceres que están teniendo lugar en estos últimos días del año. Los llanos del salado son invadidos por este "río" de niebla matinal.








Ambiente Navideño en Lahiguera:





Calle ancha: Templo "morisco" y "La Tercia".
Sin duda, algo desentona...y mucho... en este "precioso" ambiente, aún habiendo pasado la fotografía a blanco y negro para que pase más desapercibido: esos contenedores. Quizás las autoridades competentes debieran plantearse un cambio de situación de los mismos, ya que tapan parte de lo poquito que nuestro pueblo tiene que mostrar, arquitectónicamente hablando.

Ojalá esta estrella nos iluminara el siguiente año, y trajera consigo, entre otras cosas,  la restauración de este emblemático edificio de "La Tercia".


DESEANDO A TODOS UNAS FELICES FIESTAS
Y
UN PRÓSPERO AÑO 2015.


Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 20 de diciembre del 2014.

LA HIGUERA CERCA DE ARJONA, ACTAS DEL AYUNTAMIENTO CORRESPONDIENTES AL AÑO 1835.

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PRIMERA PARTE  DE LA HISTORIA DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA, RECOGIDA EN LAS ACTAS DEL AYUNTAMIENTO DEL AÑO 1835. HISTORIA DEL REINO DE ESPAÑA EN ESTE AÑO DE 1835.

Anotado a lápiz aparece en el folio que sirve de portada:
Nº 4                                                1835
Manuscrito a tinta a modo de Portada aparece el texto: 
Higuera cerca de Arjona. Año de 1835
Capitular
del corriente año y sigue asta fin del 36.

Nota: Aparece en la parte superior de los 4 folios el llamado Sello de Oficio, con tres folios escritos y el último de contraportada en blanco. No así, en el folio de Portada ya descrito.
El SELLO DE OFICIO tiene forma rectangular y en el centro aparece el escudo real con el texto en círculo alrededor del escudo que dice: REINA DE ESP. Y DE IND. En el lado izquierdo,  e  ISABEL II P.L.G.D. DIOS en la derecha, y 1835 abajo.
En el lado izquierdo del escudo aparece: SELLO 4º 40. MRS  y en el lado derecho AÑO 1835.

Me parece muy adecuado para comenzar el recoger la Cronología de la Regencia de María Cristina en el año 1835. 
 

18 de enero, pronunciamiento liberal para restablecer la Constitución de 1812 del ayudante del regimiento de Aragón, Cayetano Cardero, en Madrid. Los sublevados llegan a apoderarse de la Puerta del Sol. Muere en un enfrentamiento el capitán general, Canterac. El ministerio Martínez de la Rosa se tambalea.

15 de junio, cae el gabinete Martínez de la Rosa y le sustituye el Conde de Toreno, que lleva a Mendizábal al ministerio de Hacienda.

10 de junio -1 de julio, primer asedio carlista de Bilbao, donde cae herido Zumalacárregui.
 
16 de julio, victoria de Mendigorria sobre los carlistas.
 
24 de julio, muere Zumalacárregui en Begoña.

25 de julio, bullangas de Barcelona. En muchas ciudades se producen algaradas provocadas en parte por los enfrentamientos de Toreno con la Milicia Urbana y las Juntas provinciales. En Barcelona se producen asaltos de conventos y se incendia la fábrica Bonaplata. Motines en Zaragoza, en Andújar (Jaén), en Madrid, etc.

25 de julio, supresión de todos los conventos que no tuvieran un mínimo de doce profesores, lo que significó el cierre de unos novecientos conventos. Ya el 4 de julio se había suprimido la Compañía de Jesús y se habían incautado sus temporalidades.

14 de septiembre, el Conde de Toreno, incapaz de dominar la situación cede su puesto a Mendizábal, que aparece como el hombre salvador en un momento en que los carlistas amenazan seriamente en el Norte.­

11 de octubre, disolución de todas las órdenes religiosas, excepto las hospitalarias.

24 de octubre, Mendizábal llama a filas a todos los hombres de dieciocho a cuarenta años, no exentos del servicio militar, quinta de los cien mil hombres» en realidad eran 46.983. Suprime la intendencia superior de policía, creada en 1823 con la reacción fernandina, y pasa sus servicios al ministerio de Gobernación.


Digamos que el año 1835 comienza dando lugar a lo que podíamos llamar la tercera crisis de la Regencia de María Cristina provocada por la sublevación de parte de las tropas acantonadas en Madrid en fecha 18 de enero de 1835, cuyo principal dirigente fue Cayetano Cardero. Durante el episodio murió Canterac, el Capitán General de Madrid, y la ausencia de castigo de los responsables evidenció la debilidad del Gobierno.
José Canterac y Donesan  fue un militar español de origen francés. Participó en la Guerra de la Independencia Española y en las guerras de emancipación de los virreinatos de Nueva Granada y Perú. Hijo de un general francés muerto durante la revolución francesa, su familia emigró a España en 1792, cuando José contaba con 5 años. Inició su carrera militar en el arma de artillería pasando luego a la caballería en la cual sirvió durante la guerra contra Napoleón, en 1812, cuando contaba con tan solo 20 años de edad había sido nombrado jefe de estado mayor del ejército del General O'Donnell destacándose notablemente en el campaña contra el Castillo de Abisbal que culminó con la rendición del general francés Schwartz y le valió a O'Donnell el titulo de Conde de la Bisbal. En 1815 fue ascendido al rango de brigadier, siendo nombrado jefe de una división de 2.700 hombres destinada a reforzar el Ejército Real del Perú, que debía dirigirse por la ruta de Panamá.

José Canterac y Donesan, Capitán General de Madrid.

Canterac había ascendido al alto cargo de capitán general de Madrid el 15 de enero de 1835, tan solo tres días antes  de los hechos. Encontrándose desempeñando este cargo estalló la sublevación liberal del teniente Cayetano Cardero del regimiento de Aragón quien puso sobre las armas a las tropas que guarnecían la Casa de Correos (ubicada en la Puerta del Sol) demandando el restablecimiento de la Constitución de 1812. Creyendo que su mera presencia bastaría para sofocar la sublevación, que a pesar de sus simpatías liberales comprometía directamente la dignidad de su cargo, el capitán general Canterac se presentó ante los amotinados acompañado únicamente por su ayudante, recriminando duramente al teniente Cardero a quien desarmó, y sable en mano se dirigió a los soldados a los que conminó a vivar el estatuto real lo que estos desobedecieron. Totalmente fuera de si, Canterac lanzó dos veces el extraño grito de "¡Viva el Rey!" siendo que a la segunda ocasión una descarga proveniente de un grupo de paisanos armados dio muerte instantáneamente al capitán general e hirió gravemente a un soldado de los amotinados. El teniente Cardero quien había permanecido impasible durante este trágico suceso ordenó que el cadáver del capitán general Canterac fuera trasladado con respeto a la casa de correos y los soldados y paisanos armados despejados de la zona. Algunos autores han atribuido la culpabilidad de la muerte del general Canterac al teniente Cardero mientras que otros sostienen que este general cayó victima de su temeridad, deber y pundonor.

Imagen del asesinato de Canterac.

El periódico madrileño “Eco del Comercio”, el lunes 19 de enero de 1835, en su número 264 daba la noticia:


 “España.

MADRID 18 DE ENERO.
La capital ha amanecido hoy en un aspecto hostil, que ha podido tener graves resultados; pero  ha concluido en calma después de algunas desgracias. (…)
Al amanecer salió de su cuartel una buena parte del regimiento 2º de ligeros (voluntarios de Aragón) y dirigiéndose à la guardia del principal logró sorprenderla, y se apoderó de todo el edificio de correos. (…)
Noticioso de este suceso el nuevo capitán general Canterac, se presentó en correos; y se dice que reconviniendo al jefe que mandaba D. N. Cardero y amenazándolo por insubordinado, recibió dicho Sr. Canterac tres o cuatro tiros que le dejaron en el sitio á cosa de las ocho de la mañana.
A las once y media venia por la calle mayor la guardia saliente de palacio con el general Llauder à la cabeza, y percibida esta fuerza por los de correos, se prepararon à resistir. Dos cañones que venían con la guardia empezaron á jugar desde frente de la casa de Oñate, pero tuvieron que replegarse un poco para evitar los fuegos que desde la gradas de S. Felipe hacia una compañía de los voluntarios de Aragón; la que después hubo de retirarse y se metió en correos.  
Toda la guarnición y la Milicia Urbana, que se habían puesto sobre las armas empezaron à aproximarse hacia las avenidas de la casa de Correos, pero solo hizo fuego la infantería de la guardia, y sola à ella los hacían los encerrados. La compañía de granaderos del 4º batallón de urbanos mandada por su capitán Berrueta, se aproximó por la calle de Carretas, mas al oír que desde correos gritaban viva Isabel II, viva la libertad, se abstuvo de hacer fuego á los que daban sus mismos gritos.
En seguida se acercaron algunos parlamentarios, que por las rejas hablaron con el comandante Cardero, y últimamente se presentó el general Solá, anunciando á nombre de S M. el perdón para todos. En su consecuencia á las tres de la tarde han salido los voluntarios de Aragón á tambor batiente y tocando patrióticas por las calles de la Montera y de Fuencarral con dirección á Alcobendas; y las cinco de la tarde ya se habían retirado à sus cuarteles las tropas y la Milicia à sus casas.
Los muertos y heridos de resultas de las descargas han sido tres de los de correos, ocho ó diez de la guardia, un aguador y otro paisano.”



Recorte del periódico “El Eco del Comercio” del lunes 19 de Enero de 1835.

En la caída de este Ministerio se mezclaron varios hechos, aunque el agotamiento del Gobierno era más que evidente al ser incapaz de dirigir victoriosamente la guerra carlista y de garantizar el orden público; con lo que la contestación interior y la indignación del pueblo aumentaban día a día.
En el plano internacional sus fracasos fueron notables. Su política de moderación no había logrado convencer a las Potencias del Norte para que reconocieran a Isabel II; y el Tratado de la Cuádruple Alianza no había llegado a lograr una colaboración más estrecha de Francia e Inglaterra. Por otra parte, el arreglo de la deuda exterior había lesionado los intereses de numerosos inversores franceses e ingleses que presionaron a sus gobiernos respectivos para que obligasen a España a satisfacer sus demandas.
En junio de 1835, Zumalacárregui se planteo la forma de continuar la Guerra Carlista avanzando hacia Madrid, o ir a completar el dominio del territorio con las conquistas de las capitales vascongadas.
Finalmente se optó por el asedio de Bilbao, decisión tomada ante la necesidad de contar con plazas importantes que le posibilitaran el reconocimiento y la concesión de empréstitos en mejores condiciones que las que tenía ofrecidas hasta el momento. Hay que decir que la toma de Bilbao fue la obsesión del carlismo en todos los conflictos del siglo. Durante las operaciones de asedio y sitio de la capital Bilbao, una bala le hirió en la pierna y murió al cabo de diez días de recibida la herida.

El General Zumalacárregui es trasportado herido.

Lecho mortuorio de Zumalacárregui.

El 6 de junio de 1835, aislado políticamente, Martínez de la Rosa se vio obligado a dimitir. En Junio de 1835 la Reina Gobernadora nombra al Conde de Toreno, Presidente del Gobierno, que ejercerá tan sólo durante tres meses, pues en septiembre de ese año un Pronunciamiento auspiciado por los “progresistas”, herederos de los “exaltados” del Trienio, lo desplaza del poder.














Martínez de la Rosa. El Conde de Toreno y  abajo
Mendizábal





Durante ese trimestre Toreno centra su acción de gobierno en el arreglo de la Hacienda, para lo que continuó con la desamortización de los bienes eclesiásticos e incluso expulsó de nuevo a los Jesuitas. Esta medida ponía de relieve que su gradual conversión al liberalismo conservador era muy matizada. Lo mismo que su decisión de nombrar Ministro de Hacienda a Mendizábal, un conocido “progresista”, que acabó sustituyéndolo al frente del Gobierno en Septiembre de 1835. El motín de La Granja, en agosto de 1836, le obligó a marcharse de nuevo al exilio huyendo de los “progresistas”.El nuevo Gobierno presidido por el Conde de Toreno, que hasta ese momento había sido Ministro de Hacienda, parecía configurarse como un heredero político de Martínez de la Rosa dimitido, a pesar de que Juan Álvarez Mendizábal, nuevo Ministro de Hacienda, era una significada figura del liberalismo del Trienio.
Tampoco este nuevo gabinete recibió la necesaria cooperación internacional, aun cuando algunos acontecimientos a favor le ayudaron a mantenerse, tales como el levantamiento del sitio de Bilbao, y además el héroe carlista Zumalacárregui murió a consecuencia de una herida recibida durante el mismo, tal como hemos dicho anteriormente.
Como la política del nuevo Ministerio no parecía haber variado, las razones que motivaron las protestas populares anteriores permanecieron en el sentir de la población. En el mes de julio se reiniciaron las sublevaciones de Zaragoza, Reus, Barcelona, Cádiz, Málaga, Granada…
Conviene no olvidar que la revuelta popular del 25 de julio de 1835 en Barcelona, se saldó con la quema de los conventos de Barcelona, partió de la Barceloneta, en concreto de la plaza del Torín (que estaba aproximadamente donde hoy se alza el edificio acristalado de Gas Natural). Aquellos hechos, desatados por la furia popular ante seis toros que salieron malos, hay que enmarcarlos en los conflictos que impulsaron la transición del antiguo régimen a la sociedad liberal. 

Altercados en la Plaza de Toros de Barcelona, año 1835.

Fueron hechos tan graves que precipitaron la formación de juntas revolucionarias y un cambio de gobierno en Madrid. Pocos meses después del estallido de l’Hòstia (en marzo de 1836), Juan Álvarez Mendizábal expropió los bienes de la Iglesia mediante una ley de desamortización que resultó crucial para liquidar el feudalismo en España.

 
Revuelta de agosto de 1835 en Barcelona.
 
La Crema en Barcelona, levantamiento liberal del año 1835.

 
Manuel Llauder Capitan Gral. de Cataluña durante las Bullangas de verano  de 1835

 Incendio de la Fábrica de Bonaplata













Muestra del fanatismo laico en Santa María de Ripoll, año 1835.
 

En numerosas ocasiones la revuelta se inició con la masacre de los prisioneros carlistas, como respuesta a las actuaciones realizadas contra los liberales.

Represión de liberales en la Ciudadela de Barcelona.


Acto seguido se producía una sustitución de las autoridades, la creación de una Junta revolucionaria y la elaboración de un programa político en el que usualmente se solicitaba el restablecimiento de la Constitución de 1812.

 
En la primavera y verano de 1835 los repetidos cambios en la jefatura del Ejército habían impedido una victoria decisiva del ejército cristino, que luchaba contra las bandas carlistas en el Norte. Martínez de la Rosa creía que era posible ganar la guerra mediante una Constitución que uniera lo que el denominaba” los grandes intereses de la sociedad”, generales expertos y apoyo francés según los acuerdos de la Cuádruple Alianza. Sin embargo, estaba expuesto, no sólo a la oposición de las Cortes, sino a un resurgir del patriotismo jacobino en las ciudades; los radicales creían que la guerra se ganaría mediante una leva en masa y con la eliminación de los traidores por la justicia popular, o sea, por el renacimiento de la tradición de los exaltados. En respuesta a los generales y políticos, que veían en un gobierno ordenado y la ayuda francesa la fórmula de la victoria.
Como no llegaba la ayuda francesa para auxiliar al gobierno en su lucha contra la reacción del Norte de España y “contra la anarquía” en la España liberal, Martínez de la Rosa dimitió el 7 de junio de 1835. Su sucesor Toreno, a pesar de su ataque a la propiedad eclesiástica y a la primera victoria real contra los carlistas en la Batalla de Mendigorría el 16 de julio de 1835, no tuvo más éxito que Martínez de la Rosa en la tarea de desvanecer las sospechas de los radicales y en julio, una oleada de revoluciones provinciales redujo a su gobierno a la impotencia. 


El Conde de Toreno.


Plano de la Batalla de Mendigorría


Acción en Mendigorría y entrada en Mendigorría, 16 de julio de 1835.

Para salvar, lo que pudiera ser salvado del acuerdo de 1834, desplazando el centro de gravedad hacia la izquierda, Toreno había traído a Mendizábal al Ministerio de Hacienda, quien llevaba doce años de exiliado en Londres. Así el 14 de Septiembre de 1835 se hizo primer ministro al mismo Mendizábal con la esperanza de que su reputación revolucionaria pudiera contener la revuelta liberal. Ante la imposibilidad de dominar la situación, Toreno cedió el poder el 14 de septiembre de este mismo año 1835, y Mendizábal, que acababa de llegar de Londres, asumió las tareas de gobierno del reino. Con la dimisión de Toreno finalizaron los intentos  por constituir un justo-medio al estilo del modelo francés y se avanzo en el camino de las transformaciones sociales en España.

 
Mendizábal de joven.
Mendizábal fue por lo tanto el primer hombre de estado llamado a dominar desde Madrid la creciente revolución provincial que le había llevado al poder, su solución consistió en un intento de restaurar la “armonía” absorbiendo las juntas revolucionarias en las diputaciones provinciales legalmente constituidas y distribuyendo cargos a los pretendientes locales. Para los conservadores, este método de encenagar la revolución, era tanto como ceder ante la anarquía por más que se la llamara gobernar.
La primera preocupación del Ministerio fue normalizar la situación, es decir, eliminar en primer lugar las Juntas para evitar que el Gobierno se encontrase hipotecado, por la presión que estas ejercían sobre el mismo, que al mismo tiempo estaba debilitado por la carencia de recursos económicos, lo que implicaba la existencia de administraciones paralelas. Las Juntas fueron disolviéndose sin plantear problemas, salvo las Juntas andaluzas, que habían constituido una Junta Central, y eran semejantes a las que se formaron a partir de 1808 tras la invasión napoleónica. Las Juntas andaluzas tenían preparado un ejército para atacar Madrid en caso necesario. El programa presentado por Mendizábal, aunque no contemplaba el restablecimiento del texto constitucional de 1812, si presentaba una serie de propuestas, que satisfacían las aspiraciones políticas de quienes deseaban el cambio de tener un Gobierno sometido al control de las Cámaras del Congreso y Senado, y la declaración de derechos de los ciudadanos. El eje central del programa era la concentración de todos los esfuerzos para ganar la guerra, y junto a ello se contemplaba la reforma del Estatuto, el arreglo de las órdenes religiosas y la difícil situación de la Hacienda.
Mendizábal no llegó al poder como dirigente de un partido. Su meta, según el mismo manifestaba, era la “reconciliación de los partidos”, “el mantenimiento de la armonía en el seno de la familia liberal”  por medio de una revisión del Estatuto Real, que eliminaría de éste  algunas de las características  que lo hacían detestable para los radicales. En los confusos debates, que acerca del tipo de sufragio habrían de determinar la composición de las Cortes, que se encargarían de revisar el Estatuto, esa pretendida búsqueda de la “armonía” liberal se desvaneció y aparecieron pronto los esbozos de los dos partidos, de forma que cuando en las Cortes de 1836, los liberales conservadores se aliaron con la Corona para derrocar a Mendizábal, éste se vio obligado a desplazarse hacia la izquierda y aliarse con Calatrava y con los exaltados.

 


José María Calatrava Peinado que fue presidente del Consejo de Ministros desde 1836 a 1838.


Esta alianza, basada no ya en la reconciliación liberal, sino en la “vendetta” de partido, fue llevada al poder por la Revolución de 1836 y así se convirtió este hecho en la raíz del partido progresista.
Mendizábal fue algo más que el primer héroe político del partido progresista para generaciones posteriores de españoles, así como fue considerado también el primer estadista moderno. Mendizábal era judío y se había ganado cierto renombre financiando el liberalismo portugués, el origen judío lo explotaron sus adversarios. En las caricaturas se le retrataba con rabo y las palabras” ¡Ah, muchachos, al hebreo! Tira del rabo, Juanillo…”. Era muy corpulento, impresionante con su cadena de oro y zapatillas alardeaba de no ser ni un aristócrata ni un político, sino simplemente un hombre de negocios. A los ojos de los radicales era un dictador revolucionario, el llamado “Júpiter de la Reforma” cuyo sistema había de salvar al país y cuyo nombre sería venerado en las más humildes aldeas españolas (García Tejero, A.: Historia política–administrativa de Mendizábal (1858), 145-148). Los liberales conservadores veían en él una mezcla de Cagliostro y Robespierre. En realidad fue el primero de los españoles que con panaceas extranjeras habían de salvar un país, que había perdido la confianza en su capacidad de salvarse a si mismo. De ahí que su principal cualidad era el misterio que rodeaba al desconocido, al hombre no probado todavía, que había vivido largo tiempo en el extranjero. Cuando en enero de 1836 las Cortes  con un voto de confianza, dieron plenos poderes a Mendizábal para poner en práctica su sistema, pareció que se rendían a un hechicero. Pero desgraciadamente, el primer estadista moderno de España resultó ser un banquero de segunda fila para el cual la energía que mostraba era un sucedáneo del talento. El famoso “sistema” de Mendizábal, con el que habría de ganar la guerra contra los carlistas, consistía en el valor que daba a lo que él denominaba “el poder asombroso y mágico del crédito”, que entendía le facilitaría el dinero para poner en pie un nuevo ejército de reclutas forzosos. Mientra que los moderados ponían sus esperanzas en un cuerpo expedicionario francés, Mendizábal confiaba en lo que había conocido del mercado de capitales de Londres en los doce años que estuvo allí. Para obtener un empréstito inglés, estaba dispuesto a rescindir la prohibición de importar tejidos ingleses, cubriendo el interés del crédito, mediante unos derechos de importación del 25% sobre los productos textiles admitidos o a hipotecar los aranceles de Cuba, aunque estas medidas le privasen del apoyo de los progresistas catalanes. El mismo George Villiers, embajador inglés, que había aconsejado a la reina Cristina, “en calidad de caballero inglés”, que nombrara a Mendizábal, favorecía estos proyectos.
El embajador británico en Madrid, George Villiers, futuro lord Clarendon entre el año 1833 a 1839, y dado el papel  activo que jugo en aquel momento crucial de nuestra historia contemporánea, dejó unos escritos privados relativos a España, que se conservan en la Bodleian Library de Oxford, en otras colecciones de archivos británicos como los Aston Papers. Private and Semiprivate Correspondance del Public Record Office. Son un importante conjunto documental, que, bajo la signatura F.O. 355/3 incluye diversas cartas de Villiers fechadas en esta época a la que estamos tratando en este artículo que estaban dirigidas a su amigo Arthur Aston, que desempeñaba el cargo de Secretario de la embajada británica en Paris. Es igualmente interesante la correspondencia de George Villiers con Lord Palmerston conservada entre los Broadlands Papers referentes también al mismo periodo de historia de España.
 



Lord Palmerston (Henry John Temple, 3.er. Vizconde de Palmerston), Jefe del Foreing Office Inglés en este tiempo. 
Abajo propaganda política de su nuevo partido "Whing" tras abandonar los "Tory".
Después documentos dirigidos a él como Jefe del Foreing Office.








Palmerston era el Jefe de la Diplomacia Británica en aquellos años. Hasta 1828 había sido del partido “tory” y por razones no bien conocidas pasó a militar en las filas del partido “whing”, cuyos principios políticos defendería  a ultranza desde ese momento.
El archivo contiene algo más de 1500 hojas en las cajas nº 451 a 453, cubriendo casi todo el periodo de tiempo que desempeñó el cargo de embajador en Madrid: la primera de estas cartas está fechada el 30 de septiembre de 1833 y la última el 30 de junio de 1838. También se guarda la correspondencia dirigida a ministros españoles como: Cea Bermúdez, Martínez de la Rosa, Conde de Toreno, Mendizábal, Conde de Almodovar, Istúriz, Calatrava, Bardají, Conde de Ofalia y Onís, contenidas en las cajas nº 454 a 456 y ocupa unas 1400 hojas, escritas , como en el caso anterior , por ambas caras.
Las cualidades personales de Villiers, su cargo y funciones como representante del gobierno británico le permitieron captar la realidad española de aquellos años como un observador privilegiado.

 George Villiers embajador británico en Madrid.

George Willian Frederik Villiers había llevado desde muy joven un brillante bagaje en la carrera diplomática. Su eficacia en cuestiones delicadas como diplomático le valió gran reputación. Por tanto cuando al poco tiempo de encargarse Palmerston del Foreing Office y cuando se planteó modificar la plantilla de sus representantes diplomáticos en el extranjero, pues muchos de ellos eran tories designados por los gabinetes anteriores. El jefe de la Diplomacia Inglesa Palmerston nombró a Villiers embajador en Madrid, el cual llegó a Madrid el día 28 de Septiembre de 1833, justo el día antes de la muerte de Fernando VII, permaneciendo en Madrid como embajador hasta julio de 1839, en que ocupó su puesto en la Cámara de los Lores. Villiers llegó a Madrid en un momento excepcional, desaparecía el rey y tres meses después los liberales ocupaban el poder político y realizaban los primeros intentos hacia la reforma económica y social del país, dando los primeros pasos hacia el liberalismo.
La embajada británica en Madrid jugaba un importante papel en las relaciones exteriores de España con respecto a Portugal y el miguelismo, de modo que el giro de la política española implicó distanciarse de la esfera de influencias de las Potencias legitimistas en que Cea Bermúdez se había movido hasta ese momento con preferencia. Sin duda también la importancia de la embajada británica en España se debía al sesgo que, desde la muerte del Rey Fernando, había tomado la política interior de España, hecho al que, por lo demás, tampoco había sido ajeno el embajador Villiers. Se daba la circunstancia de que desaparecido Fernando VII, la propia María Cristina entendió como única vía posible para mantener los derechos de su hija Isabel, dado que los carlistas habían recurrido a las armas en defensa de los suyos, contar con el apoyo de los liberales, los cuales, obviamente, exigían, a cambio, participar en el poder político, hasta tanto o les fuera posible apoderarse de él.
Efectivamente, el 14 de enero de 1834 la Reina Regente retiró la confianza a Cea Bermúdez y en su lugar llamó para presidir el primer gobierno liberal a Martínez de la Rosa, y a partir de este momento, las relaciones con los países afines políticamente se intensificaron. Entonces Gran Bretaña y Francia, especialmente desde la firma del Tratado de la Cuádruple Alianza en el mes de Abril y, poco después, con la firma de los Artículos Adicionales, se constituyeron en tutela moral y material del régimen instaurado en España. Sus representantes diplomáticos en Madrid comenzaron a desempeñar un papel protagonista en la escena española, si bien hubo en ocasiones cierta tensión por hacerse con el monopolio de la influencia; el representante francés fue a veces “la mano negra”  que manipuló a los gobernantes españoles y trató de conducir su política; pero las más de las veces fue el representante británico Villiers quien salió “le vainqueur”(vencedor) y quien conservó, aun en momentos menos favorables para la diplomacia inglesa, un gran poder de influencia directa o indirecta en la vida política de España. Todo ello dio oportunidades inmejorables a George Villiers para observar acontecimientos, conocer personas, percibir de cerca el pulso del nuevo régimen español. En su correspondencia privada expresa cuanto ve y capta sin ningún tipo de cortapisas. Escribía:” Cuanto más vivo aquí, era fecha de noviembre de 1834, más me convenzo de que Argüelles y la gente de su clase desconocen el estado real del país; la nación no desea instituciones liberales. Son esenciales para su prosperidad y para la corrección de los abusos, pero deben administrarse en pequeñas dosis y bien disimuladas, como las medicinas a los niños pequeños, a medida que crecen.” (Villiers a Palmerston, 8 noviembre 1834)

En cuanto al sentir de las clases medias y altas, los Grandes en bloque, salvo alguna excepción, el mundo de la cultura, del comercio y de la industria, se muestran opuestos a cambios revolucionarios: “Todos son enemigos de la revolución como lo son de don Carlos…Si en España es posible alguna mejora, se llevará a afecto a través de estas clases a que acabo de aludir. Todos ellos son conscientes de esto: cada día se unen más, y todos son conscientes de que nunca se ha presentado una oportunidad mejor para la regeneración del país que ésta. Piensan con toda justicia que las circunstancias de la actual revolución difieren totalmente de las de todas las demás, que la mejora que se está realizando ha comenzado desde arriba, no desde abajo, que le es dada y no que ellos la tomen, y se manifiesta de modo evidente una determinación casi general a aprovecharse de la experiencia y evitar los errores que en anteriores crisis políticas hicieron que el progreso hacía una libertad razonable fuera difícil y peligroso”( Villiers a Wellington, 7  diciembre 1834).


Marc-Roch-Horace de Salviac, Barón de Viel-Castel,
nacido en Paris el 16 de agosto de 1802 y muerto el 1º de octubre de 1864, fue conservador del Louvre.





Por parte de la diplomacia francesa  y tal como informó el barón de Viel-Castel al ministro de Asuntos exteriores francésEdouard Drouyn de Lhuys, el infante don Carlos tuvo a su favor “a la inmensa mayoría del clero, el pueblo del campo e incluso de gran parte de las ciudades del interior”, mientras que los defensores de la reina Isabel se encontraban fundamentalmente entre la grandeza del reino, “indolente y degenerada, pero teniendo todavía un gran dominio” y entre las clases medias, “poco numerosas y poco ricas” pero que comprendían” a casi todos los hombres instruidos e ilustrados, casi todos los funcionarios públicos, el pueblo de las villas comerciales de la costa, y una porción del de Madrid”.
 

Edouard Drouyn de Lhuys, fue embajador francés en Madrid y posterior Ministro de Asuntos Exteriores. 

Para el informante francés, que escribía en los albores mismos de la guerra civil carlista, la regente María Cristina encontró apoyos entre “todos los hombres que, en grados diferentes, desean ver introducidos en el Gobierno un sistema de reformas y de mejoras y junto a ellos se encuentran los verdaderos revolucionarios, menos peligrosos por su número que por su audacia y actividad”.
Una vez que el liberalismo disconforme con el régimen político del Estatuto Real apeló a la acción revolucionaria en el verano del año 1835, se creyó que la presencia de Mendizábal al frente del gobierno, con un programa de moderación, bastaría para conciliar voluntades e infundir esperanzas en la población. Pero en diciembre de ese mismo año las impresiones de Villiers son pesimistas respecto de las posibilidades de regeneración del país por medio de instituciones liberales: “Las cosas no pueden seguir otro curso que el que deben en este país. Yo no desespero, pero tampoco confío. Puede decirse que vivo en un estado de duda. Puede que España resulte ser, al final, un Fénix que renazca de sus cenizas, pero pienso si no será éste el último incendio. Será necesario mejorar antes de que se entiendan los rudimentos de la ciencia del gobierno y antes de que la sociedad comprenda y asimile las bases permanentes que son capaces de garantizarle su mejora y bienestar. Todo lo que ocurre aquí les parece bien a los que viven fuera del país, tal vez también el observador superficial de dentro, pero todo está vacío y podrido…, si se vieran las cosas entre bastidores, podría advertirse que todo es mezquino, vicioso y que la situación es desesperada.
…La gran masa del pueblo es honrada; pero es carlista; odia todo lo que suene a gobierno liberal, instituciones liberales, hombres liberales, porque por experiencia sabe que de una situación liberal se derivan costumbres peores que de un solo déspota. Pero en lo que tú y otros extranjeros se equivocan principalmente es en creer que el pueblo español es victima de la tiranía o de la esclavitud. No hay en Europa un pueblo tan libre: las instituciones municipales en España son republicanas, en ningún país existe una igualdad comparable a la de aquí. El pueblo se gobierna mediante unas pocas costumbres, le importan muy poco las leyes y los reales decretos y hace lo que le apetece. No hay distinción de clases, y todo está abierto a todos. Todo lo que quiere es que se le robe menos por parte del Intendente y que el Alcalde no les fastidie; si esto lo consigue se siente completamente dichoso.
Es un error suponer que el clero regular es perjudicial en todos los casos… Ellos alimentan, dan empleo y protegen al pueblo; son, además, la aristocracia del pobre. Todo hombre, por humilde y desgraciado que sea, puede felicitarse porque, sin ningún tipo de recomendación, tiene la posibilidad de llevar a su hijo a un convento y de que su hijo pueda llegar algún día a ser Papa. Por lo tanto, debería tenerse el máximo cuidado a la hora de suprimir una Orden religiosa; por perjudiciales que puedan ser, tienen gran arraigo en el país. Hasta ahora he hablado sólo de la plebe: todo el resto, la gente del frac, está corrompido, es egoísta, ignorante, brutal y despóticamente tiránico en cuanto tiene poder, serviles e intrigantes hasta que lo consiguen. No hay probidad ni patriotismo entre hombre y hombre, sólo se piensa en el dinero, sin que importe para nada el medio como se obtiene. Sabiendo esto como yo lo sé y como cualquiera que se tome la molestia de investigarlo lo pueden saber también, puedes comprender hasta qué punto me ponen enfermo todos los descarados alardes de valentía y patriotismo y lo poco que confío en que esté cercano el día en que lleguen a ser la centésima parte de los que pretenden ser…
Sería muy difícil, a no ser que escribiera un libro, darte una idea clara (suponiendo que yo mismo vea claro aquí) del estado de este país, pero puedes estar seguro de que no me he quedado corto cuando t hablé de la inexistencia de deseos ni aptitud para las instituciones liberales. La masa de la nación es carlista y partidaria de un rey absoluto. La generación nueva, a la que podríamos llamar a o francés la Joven España, está por las mejoras, por una mayor seguridad de la propiedad, por el desarrollo más activo de los recursos del país, pero preferiría que ello lo llevara a cabo un ministro fuerte e ilustrado en vez de un gobierno constitucional, porque sabe que el país no está preparado para ello, y tarde o temprano sacudirá el yugo de los que se apellidan liberales, los cuales bajo esa forma de gobierno se pondrían al frente de los negocios. Esta clase comprende a todos aquellos que figuraron en la última época constitucional, a los cuales todo el resto de españoles tiene aversión que sería casi imposible describirla. Estos hombres, incluyendo unos 2.000 que volvieron de la emigración, han ocasionado todos los movimientos revolucionarios ocurridos últimamente, primero por medio de las sociedades secretas, y más recientemente con la ayuda de la Milicia Nacional, la cual, gracias a la desdichada indecisión con que Martínez y su gobierno actuaban, acabó por convertirse en simples proletarios armados, dispuestos siempre a promover desordenes, dispuestos a obedecer a las Juntas o a la Inquisición con tal de que se les permitiera el pillaje, prestos a dar vivas a la libertad porque esto les hacía posible ejercer la más desenfrenada tiranía. El gobierno de Martínez y después el del Conde de Toreno no cometieron durante año y medio más que errores, sin satisfacer ninguna expectativa razonable de mejora, pero sobre todo, sin tomar ninguna medida eficaz para dominar a los carlistas ni poner fin a la guerra civil. Esto produjo alarma y en consecuencia descontento (o cual nada tiene que ver con el deseo de instituciones liberales); todas las tropas fueron sacadas de las provincias, y los revoltosos se aprovecharon del descontento para constituirse a sí mismos en Juntas en uno o dos lugares. Pronto el ejemplo cundió de forma que gente sin influencia y en absoluto digna de respeto, ayudado por la Milicia Nacional, usurpó el poder supremo e impuso la ley a la parte respetable de la comunidad. Su primer objetivo fue siempre apoderarse de todo lo de valor a que pudo echar mano y detener y apropiarse de todos los ingresos del estado; entre tanto, la Milicia Nacional hacía declaraciones liberales contra todo el que se mostrase contrario al progreso de la libertad, y, una vez que hubieron abandonado sus puestos y cargos, exigía públicamente que se le concedieran las vacantes dejadas por aquellos…
Esto no merece el nombre de revolución ni es la expresión e un deseo nacional de instituciones liberales, ya que todo aquel que tiene bienes o está dotado de la más mínima inteligencia se halla  postrado de rodillas ante el gobierno en protección contra los Cafres, como se les llama. Las promesas de Mendizábal de mejorar las cosas y, sobre todo, su decisión de actuar con energía contra los carlistas, han creado un espíritu de resistencia y las Juntas se han visto obligadas a disolverse…
Cuanto más observo y conozco este país, más seguro estoy de que no es apto para instituciones liberales y de que, aun en el caso de que existiera el deseo de ellas, sería necesario no acceder a ese deseo durante algún tiempo o mientras la nación no alcance un grado de educación determinado… Si a esta comunidad, tal cual es, se le concede el juicio por jurados, la libertad de prensa o cualquier otro de los desideranda de los seres racionales, equivaldría a hundirse en lo más profundo del infierno…” (Villiers a su hermano Edward, 13 diciembre 1835).

Cabecera del periódico GACETA DE MADRID
Imagen de la distribución de comida a los pobres de Madrid.

Palmerston estaba en contra respecto al crédito al gobierno español,  porque  temía con razón  que el crédito no se lograría, y que serviría tan sólo para empeorar las relaciones con Francia, que veía en Mendizábal poco más que un agente pagado por los ingleses. El crédito inglés de Mendizábal se desplomó en efecto, cuando el interés de los especuladores por los bonos españoles se evaporó en la crisis de 1835. Los bonos españoles se convirtieron en el “futbol de la Bolsa”. La peor baja se produjo en septiembre de 1836, tras la revolución de La Granja, estando los bonos a 29 chelines. El mismo periódico “Times” dice en su edición del 26 de julio de 1836 “que estos movimientos constituyen la más extraordinaria serie de fluctuaciones que se haya producido jamás. David Ricardo le dijo a Palmerston que los ingleses dispuestos a invertir en España  sentían mayor interés  por las acciones de los ferrocarriles, que hacia los créditos al gobierno español. Ante la falta del dinero necesario, la famosa leva de 100.000 hombres quedó en un asunto de reclutas forzosos mal equipados y revoltosos.

 





En relación con el Ejército, Mendizábal además de proporcionar cuanto dinero le fue posible, decretó una quinta de 100,000 hombres, que podían acogerse a la redención del servicio militar mediante el pago de una cantidad de dinero. De esta forma se lograron dos asuntos tan necesarios para el país: un notable número de reclutas y recursos económicos tan necesarios para la Hacienda. En este periodo además llegaron a España los componentes de las Legiones francesa, inglesa y portuguesa, que fueron enviadas para paliar la negativa anterior a la petición de España de una intervención directa, por el acuerdo de la Cuádruple Alianza.
Para la consecución de una victoria se necesitaban los recursos para poder financiarla, y con tal objeto se presentó  a las Cortes una propuesta, consistente en especulaciones de Bolsa sobre la Deuda, una operación que reportaba al Estado ciertos beneficios. Con los recursos económicos y con las nuevas tropas, Mendizábal pensaba que se podía obtener una mejora en la evolución de la contienda carlista, que posibilitase a la vez la negociación de un empréstito en condiciones de intereses más favorables. Pero la insatisfacción popular, generada por el incumplimiento de las promesas realizadas al tomar el poder, acabaría hundiéndoles. A principios de 1836, en enero, se produjeron incidentes sangrientos en Barcelona. Al mismo tiempo una extraña alianza de moderados y radicales dejaba en minoría parlamentaria al Gabinete en la discusión de la nueva ley electoral, lo que llevó a la disolución de las Cortes. Mientras que, en los primeros meses de 1836, una serie de disposiciones legales sentaron las bases del proceso desamortizador.
Si Mendizábal afianzó su posición entre los fundadores del partido progresista, fue gracias a la segunda parte de “su sistema”, que consistió en la acometida contra la propiedad eclesiástica y la desamortización de la tierra. Este ataque estaba íntimamente relacionado con sus proyectos de lograr créditos, las tierras de la Iglesia, convertidas en bienes nacionales, se emplearían para pagar la deuda nacional y respaldarían los intentos del gobierno de lograr préstamos. En realidad este ataque a los bienes de la Iglesia había tenido  ya en 1820 una ofensiva iniciada por predecesores  más moderados de Mendizábal, por lo que no tenía nada de original. Esta acometida contra las tierras de la Iglesia fue considerada como continuación de una política liberal, aunque en esta ocasión la política de Mendizábal abarcó un ámbito mucho mas vasto. En Marzo de 1836 hizo toda la propiedad monástica  bienes nacionales y, en julio de 1837, propuso  la venta de la propiedad inmueble de la Iglesia secular junto con la abolición de los diezmos. La campaña contra la Iglesia  siguió con un ataque a la jurisdicción eclesiástica. En sus esfuerzos por neutralizar a los que eran “desafectos o enemigos del trono legítimo y de la libertad nacional”, el gobierno rescindió a los sacerdotes facciosos las autorizaciones para predicar y encarceló a todo el Capítulo  de Oviedo, por negarse a aceptar un obispo no reconocido por el Papa Gregorio XVI. Gregorio XVI fue duramente crítico con la esclavitud, que seguía practicándose en muchos países, como en las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico y en los Estados Unidos.
En 1841 y con la encíclica “Aflictas in Hispania” Gregorio XVI protestaba de la injerencia del gobierno de Madrid en los nombramientos de la jerarquía eclesiástica y de la reciente supresión de las órdenes religiosas. Las autoridades españolas quedaban advertidas de las penas canónicas que sus decisiones comportaban.




Papa Gregorio XVI crítico con la esclavitud y con la supresión de las órdenes religiosas en España.


Esta preocupación por la lealtad política  de la Iglesia habría de llevar  más tarde al piadoso Espartero al borde del cisma. Unas treinta y dos de las sesenta y dos sedes estaban “vacantes” durante la regencia de Espartero como consecuencia de la suspensión de las relaciones diplomáticas, que hacía imposible la designación regular de obispos por parte de Gregorio XVI.


La campaña contra la propiedad inmueble de la Iglesia fue obra de radicales, llevándose a término a partir de 1840. Estas actitudes contra la Iglesia coadyuvaron y condujeron a la división entre progresistas y moderados. La alianza de los moderados con la Iglesia perseguida se debió a los temores de éstos por la propiedad en general, y en su deseo de distanciarse de los excesos del radicalismo urbano, para poder así afianzar un tipo de liberalismo socialmente respetable.
A los moderados les era imposible convertirse en clericales y poder revocar una vez llegados al poder, lo que en la oposición habían denominado “las expoliaciones de una minoría violenta y dominante” Para desesperación de sus partidarios clericales, su más contundente defensa de la Iglesia la hicieron, por consiguiente, desde los bancos de la oposición; en el poder lo más que pudieron hacer fue suspender las ventas ulteriores de las propiedades del clero secular, buscando la aprobación retrospectiva del papado respecto a las ventas ya efectuadas. Esta política, aunque reconocía los derechos papales al rechazar la doctrina radical sobre la propiedad eclesiástica, al mismo tiempo hacía imposible la reconstitución de una Iglesia terrateniente, por mantener en pie los acuerdos revolucionarios respecto a la misma. Solo se salvó la supremacía papal a expensas de la independencia económica de la Iglesia española, y de las órdenes regulares.
El ataque liberal a la Iglesia se había desencadenado cuando esta declinaba por el número de sus servidores, aunque en aquel tiempo aún había en España más sacerdotes por habitante, que en ningún otro país católico. El clero secular se mostró incapaz  de recuperarse de los desgarramientos de la Guerra de la Independencia; los monasterios se vaciaban; los jesuitas pasaban por grandes dificultades económicas. A pasar de ello, las secularizaciones del liberalismo fueron un golpe terrible, físicamente desastroso; en Madrid desaparecieron cuarenta y cuatro iglesias y monasterios, nueve se vendieron como solares edificables, uno fue convertido en ministerio, en otro se alojó la cámara del Senado, y otros se convirtieron respectivamente en escuela de equitación, cárcel, teatro y cuartel. En el campo los monasterios cayeron en manos de especuladores, o degeneraron hasta convertirse en edificaciones agrícolas.

Me pregunto si el convento de Santa Clara en La Higuera cerca de Arjona, correría el mismo destino o habría desaparecido con anterioridad. Aquel convento para el que a Juan de Reolid se le encargó una imagen de Santa Clara, cuando se le encargo el retablo de la Iglesia desaparecido en le Guerra Civil. Hoy en su lugar sólo queda la casa de Santa Clara, al otro lado de la carretera y enfrente de la antigua salida de la bocamina romana de Santa Clara.

El conflicto que enfrentó a la España liberal con el papado, no se debía a que el liberalismo favoreciera la herejía o un estado moderno, laico, y tolerante. La constitución de 1837 conservaría la posición privilegiada de la Iglesia católica en España frente a los demás credos. Lo que la Iglesia no podía aceptar, ni los liberales abandonar, era la versión liberal de las antiguas pretensiones de la monarquía absoluta en cuanto a su ámbito jurisdiccional, tales como la regulación unilateral por el Estado de las cuestiones eclesiásticas temporales, de tal forma que los sacerdotes debían estar sometidos al poder civil como en los tiempos de la monarquía visigoda. Los contemporáneos consideraban, al igual que los oradores del 1836, que los monjes  no estaban en armonía  con la época. Había un ambiente de violencia popular anticlerical que acompañaba a la legislación liberal: los asesinatos de monjes de julio de 1835, la intimidación de sacerdotes por parte de las autoridades locales, los sacrilegios perpetrados en las iglesias por los milicianos, eran buena prueba de ello, unas actividades que veinte  años antes hubieran sido consideradas inconcebibles en aquella sociedad. 


Sería muy difícil evaluar las consecuencias de las ofensivas política y económica sobre la vida interior de la Iglesia. Se ha dado por supuesto con excesiva facilidad que la Iglesia, durante todos esos años, perdió su ascendencia e influencia sobre las clases medias de la sociedad, y tendría que pasar el resto del siglo XIX, en un intento de recuperar su control sobre las conciencias de la élite de la nación, aún a costa de la fe de la clase obrera. Ninguno de estos supuestos es capaz de resistir un análisis detenido. La aristocracia y las clases medias, imitando a los llamados beatos de la corte, eran respetablemente piadosas. Cuando hubieron pasado las malas épocas carlistas, la alianza entre los moderados y la jerarquía de la Iglesia, fue un factor permanente a pesar de las recriminaciones clericales y la considerada deserción de los políticos moderados respecto a la Iglesia. La devoción popular floreció al lado del anticlericalismo popular, tan normalmente como había ocurrido en otros países católicos europeos, incluso en ciudades liberales como Valencia.
 
  
General Baldomero Espartero
General Narváez   

 



 
Espartero, el héroe radical de humildes pañales, era creyente hasta la superstición, y su rival, el muy considerado Narváez, era quien tenía fama de revolucionario. 

El ateísmo en los años del 1850 sólo apuntaba tímidamente en los sectores republicanos y obreros de Barcelona, y su ateísmo no era fruto de ninguna inclinación herética, vamos que no era por herejía, sino por la ausencia de toda forma de catolicismo liberal, lo que impulsó a algunos progresistas a un vago deísmo, al considerarse la Iglesia la contraposición al progreso que ellos propugnaban. Esto lo simboliza en muchos casos el destino de la propiedad monástica, los grandes monasterios de las ciudades con sus jardines rodeados de tapias, tenían que ser destruidos antes de que se pudieran realizar obras de la mejora de urbanización; las juntas revolucionarias en muchos casos derribaban las iglesia tanto para dar trabajo en momentos de crisis como para ensanchar las calles, y en algunos casos como Barcelona los antiguos edificios monásticos sirvieron para instalar fábricas.

Liberar la tierra de la amortización y la vinculación a la Iglesia fue un programa del siglo con todas las pretendidas características de modernidad. La originalidad de Mendizábal, consistió en que relacionó una revolución en la propiedad de la tierra con la creación de una economía moderna, “dando a España animación, vida y un futuro” según sus propias palabras.

Así se produjo la mayor transferencia de propiedad desde la época de la Reconquista, una transferencia que se basó en decretos y en leyes, que pusieron en el mercado las tierras eclesiásticas y lo que cuantitativamente fue lo más importante, en la ley de agosto de 1836 que restableció la legislación de 1820 contra la vinculación civil de la tierra, pues en todo lo que hacía referencia a su legislación eclesiástica, todo había sido promulgado anteriormente en 1820-1823, y los comienzos de la liberación de la tierra fueron iniciados por la ley de los moderados de marzo de 1834, cuando se hizo la venta de ciertos bienes comunales para mejorar. Fue la abolición de la vinculación lo que hizo posible una redistribución dramática de la propiedad de la nobleza.

También se defendió la idea, de que esta legislación se inspiraba en la interesada apetencia de tierras de la clase media, pero ello no es cierto, las leyes fueron obra de un partido radical cuya intención era crear una amplia base para una guerra revolucionaria. Esta conclusión se desprende claramente del debate acerca de los señoríos; pues cuando los conservadores sostuvieron que la antigua legislación de 1820 no era práctica, y esto era cierto en sentido estrictamente legal, un diputado radical objetó que el “pueblo tiene que recibir algo antes de poder crear nuevos intereses”. Lo que deseaban los radicales, con su conocimiento de la Revolución era un campesinado revolucionario, una burguesía rural y de izquierdas, una gran familia numerosa de propietarios campesinos, cuya prosperidad y existencia dependieran sobre todo del triunfo definitivo de las instituciones de ese tiempo. La política agraria de los progresistas no pretendía favorecer una oligarquía rural, ni reforzar el dominio de los grandes propietarios, ni generar un grupo de especuladores de tierras. No era un intento egoísta, sino la dogmática creencia en las virtudes del libre comercio de la tierra, combinada eso sí, con una ignorancia total de sus consecuencias en el futuro, lo que viciaba la legislación liberal en lo referente a la tierra, no llegaron a entender, que los pequeños propietarios no podrían competir con los poderosos en las transacciones de mercado abierto, ya que ganaban siempre los que tenían más fuerza de antemano. Las tierras puestas a la venta a consecuencia de la legislación de Mendizábal fueron adquiridas por especuladores y caciques, tal como ha sido reconocido después.

Queda para una segunda parte La Junta Suprema de Andalucía, reunida en Andújar y la transcripción de las actas correspondientes a ese año de 1835.

Granada 25 de Diciembre de 2014
Pedro Galán Galán.
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LA JUNTA SUPREMA DE ANDALUCÍA FUNCIONÓ EN ANDÚJAR DESDE EL DÍA 2 DE SEPTIEMBRE HASTA EL 18 DE OCTUBRE DE 1835. HISTORIA DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA RECOGIDA EN LAS ACTAS DEL AÑO 1835. (PARTE SEGUNDA)

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ACTAS DE LAS SESIONES ORDINARIAS CELEBRADAS POR EL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DURANTE EL AÑO 1835.

En el verano de 1835, después de dos años de guerra carlista tras la muerte de Fernando VII, se produjo en España una insurrección liberal que en Andalucía llevó a la creación de la Junta Soberana de Andújar, que pretendía la federación de las provincias independientes de la región. Esta Junta de aspiraciones soberanas funcionó en la ciudad de Andújar desde el 2 de septiembre hasta el 18 de octubre de 1835. En toda España el movimiento juntero de aquel verano significó el embrión de un Estado federal. La revolución burguesa antiabsolutista de 1835 arrancó en Madrid, aunque tuvo sus mejores fuerzas en Cataluña y Andalucía.
 
Levantamiento Liberal en Barcelona año 1835.


En Andalucía comenzó el estallido en Málaga el 23 de agosto y para fin de mes se habían sumado, sucesivamente, Cádiz, Granada, Sevilla y Jaén . Cada provincia andaluza pasó a "autogobernarse”, desconociendo la desautorización que el presidente del Gobierno de Madrid, José María Queipo de Llano, conde de Toreno, hace del movimiento juntero. En junio de 1835 la Reina Gobernadora le nombró presidente del Gobierno. Un cargo que ejerció tan sólo durante tres meses, pues en septiembre de ese año un pronunciamiento auspiciado por los «progresistas», herederos en buena parte de los «exaltados» del Trienio, lo desplazó del poder. Durante ese trimestre Toreno centró su acción de gobierno en la guerra civil, con no poco éxito, pues las tropas liberales obtuvieron sonadas victorias sobre las carlistas, sobre todo después de la muerte de Zumalacárregui. El otro eje de su política fue el arreglo de la Hacienda, para lo que no dudó en proseguir la desamortización de los bienes eclesiásticos e incluso en expulsar de nuevo a los jesuitas e incautar sus bienes, como durante el reinado de Carlos III había hecho otro conde asturiano: Campomanes. Esta medida ponía de relieve que su gradual conversión al liberalismo conservador era muy matizada. Lo mismo que su decisión de nombrar ministro de Hacienda a Mendizábal, un conocido «progresista», que acabó sustituyéndolo al frente del Gobierno en septiembre de 1835. Toreno, sin embargo, continuó en la política como destacado miembro de la oposición conservadora, hasta que el motín de La Granja, en agosto de 1836, le obligó a marcharse de nuevo al exilio. Pero esta vez huyendo de los «progresistas».

José María Queipo de Llano, Conde de Toreno
Simultáneamente deciden confederarse y crear la Junta Soberana de Andújar, en la que cada Junta provincial tuvo dos representantes. El 2 de septiembre se creó la Junta de Andújar, presidida por el conde de Donadío, presidente de la Junta de Jaén. Inmediatamente se decide reclutar un ejército de treinta mil hombres. 

Organización  y recorrido de las Tropas Junteras camino de La Mancha.

Composición del Ejercito Juntero Andaluz acantonado en Manzanares.

A mediados de septiembre ya se contaba con esta fuerza, al frente de la cual se colocó a Luis Antonio Pizarro, conde de las Navas. Este salió a La Mancha para hacer frente a un ejército enviado desde Madrid por el Gobierno, pero antes del encuentro gran parte de las fuerzas gubernamentales se pasaron a los rebeldes. En el movimiento juntero andaluz participó gente como el malagueño José Salamanca, que más tarde sería marqués y ministro de la Corona.
 

D. José de Salamanca en su juventud y madurez.

Blas Infante se refirió alguna vez a que en Andújar se elaboró una «Carta de actuación andaluza», de la que no se tiene constancia escrita en la actualidad. 
 
Anotación tomada del Ideal Andaluz de Blas Infante.

Los objetivos de aquel movimiento anticentralista fueron la defensa del trono constitucional de Isabel II, la exigencia de responsabilidades al conde de Toreno, la abolición del Estatuto Real y la convocatoria de Cortes constituyentes para «recuperar» el espíritu de Cádiz, que daría lugar a la Constitución del 1837. Durante mes y medio, en Andalucía cada provincia afrentó, entre otros,  los problemas fiscales, presupuestarios y de orden público y, por ejemplo, la de Córdoba dejó establecida la libertad de imprenta. Con la llegada al poder del gaditano Mendizábal el 18 de septiembre, el movimiento se calmó en toda España, aunque en Andalucía todavía gobernó un mes la Junta Soberana de Andújar. 

Juan Álvarez de Mendizábal.
 


La Junta Suprema de Andalucía fue una confederación de juntas provinciales creada en Andalucía en 1835, en el contexto del movimiento juntero liberal surgido en España durante los primeros momentos de la Minoría de edad de Isabel II. El movi­miento juntero se extendió por Andalucía en un momento de debilidad del estado, mediante la creación de las juntas provinciales y de la junta suprema, como ya había sucedido en otros momentos de crisis, tal como ocurrió durante la Invasión Francesa y, mucho más tiempo atrás, durante la Edad Media, con la Hermandad General de Andalucía. Tanto las juntas provinciales como la Suprema de Andalucía fueron las más activas y las que más tardarían en disolverse en todo el Estado.
  
El Gobierno quiso poner orden y controlar la atrevida iniciativa regional andaluza, por lo que envió un ejército comandado por el General Latrepero, al llegar a su destino, los soldados hicieron causa común con los andaluces y sólo el general y algunos artilleros que­daron fieles al Gobierno de Madrid. Como consecuencia de esto se produjo la caída del conde de Toreno y Mendizábal fue nombrado presidente del Gobierno. La Junta Suprema envió a Mendizábal, a través del Conde de las Navas, sus condiciones políticas; a saber: detención del conde de Toreno y rendición de cuentas al mismo, limpiar La Mancha de carlistas, convocatoria de cortes constituyentes, aprobación y mantenimiento de las juntas y puestos en el Gobierno y en la Administración para sus miembros. Pero Mendizábal las rechazó.

El triunfo que supuso la caída de Toreno hizo que muchas juntas se disolvieran en España, como sucedió en Andalucía con las juntas de Cádiz, Sevilla y Córdoba, que consideraron que tras la dimisión de Toreno y el anuncio de Mendizábal de una nueva política, ya se habían conseguido sus objetivos y procedían a la disolución. El Decreto de 21 de septiembre de 1835, por el que se regulaban provisional­mente las diputaciones provinciales, fue uno de los detonantes de la disolución de las Juntas provinciales, al ser las diputaciones órganos estatales presididos por el goberna­dor civil, y por un cuerpo de diputados elegidos por un sistema censitario indirecto y con competencias netamente estatales. (La posterior Constitución de 1837 abundaría en el centralismo frente al desarrollo de la autonomía regional). Sin embargo las juntas de Málaga, Granada, Almería y Jaén, (no hay datos de la de Huelva), a pesar de las voces internas que apoyaban su disolución, decidieron resistir de acuerdo con la Junta Suprema de Andalucía, que quiso imponer su voluntad sobre las demás provincias. Para ello la Suprema envió al coronel Osorio a someter Sevilla y al coronel Lancha a Córdoba, para someterlas, resultando fallida la operación al ser detenido el primero y, ante ello, limitarse a esperar acontecimien el segundo. El 19 de octubre la Junta de Málaga también se sometió al Gobierno de la nación.
No obstante es significativo como la Junta Suprema de Andalucía pasó a comportarse más como un Gobierno regional de Andalucía que como una confederación de juntas provinciales. En palabras de Pi y Margall: “Tuvieron las (juntas provinciales) de Andalucía su Junta Central en Andujar y hablaron de potencia a potencia con el Gobierno de María Cristina.” Tomado de: Nacionalidades.
Pi y Margall.
Las Juntas Provinciales andaluzas surgieron cuando España se encontraba en un momento de crisis tras la muerte del rey Fernando VII y las pretensiones del Infante Carlos de ostentar el trono español de mejor derecho que Isabel II, menor de edad. Del lado conservador, había estallado la Primera Guerra Carlista en el norte peninsular y existía el peligro de que el carlismo, entendido por los liberales como una forma de absolutismo, se extendiera a otras partes del país.



Primera Guerra Carlista y Diario de Operaciones de la Guerra Carlista.
Del lado contrario, se había establecido la división provincial en 1833, prevista en el artículo 10 de la Constitución española de 1812, y se había promulgado el Estatuto Real, pero los progresistas lo consideraban insuficiente, pues abogaban por el pleno restablecimiento de "La Pepa".
Por este motivo se constituyeron Juntas en Cataluña, Zaragoza y en Andalucía, donde se fueron constituyendo juntas en cada una de sus ocho provincias, entre agosto y septiembre de 1835. (El 23 de agosto se constituyeron las de Málaga y Cádiz. El obispo de Jaén Diego Martínez Cartón, apoyó la junta provincial. En Sevilla hubo dos intentos fallidos de constitución antes de la definitiva.
 


Don José de Salamanca, después Marqués de Salamanca y miembro del Gobierno del Reino.
Uno de los representantes de la junta provincial de Almería en la Suprema de Andalucía fue José Salamanca, malagueño y a la sazón alcalde de Vera, que con el tiempo sería marqués de Salamanca. El Conde de Toreno, que a la sazón presidía el Gobierno de España, prohibió las referidas juntas, por lo que su caída pasó a formar parte de los objetivos de las mismas.

El Conde de Toreno enemigo de los junteros andaluces.
En la reunión de la Junta provincial de Córdoba el 29 de agosto, José Espinosa de los Monteros propuso que todas las juntas provinciales andaluzas concurriesen en una Junta Superior, a modo de confederación de juntas. De esta manera se constituyó la Junta Suprema de Andalucía en Andujar el 2 de septiembre de 1835, bajo la presidencia del Conde de Donadío, presidente de la junta provincial de Jaén. La elección de Andujar como sede se debió a razones geoestratégicas políticas y militares: Jaén era la puerta de Andalucía, lo que facilitaba en contacto con el Gobierno, radicado en Madrid y el eventual contraataque a las partidas carlistas, que ya estaban en La Mancha.

Ciudad de Andújar sede de la Junta Supema de Andalucía desde 2/9/1835 a 18/10/1835
 La Junta Suprema se compuso con dos miembros de cada junta provincial, que las representaban. La Suprema no se inmiscuía en el gobierno interno de cada una de las provinciales, salvo en el aspecto militar. La Junta Suprema reclutó un ejército de 30.000 hombres bajo el mando del Conde de las Navas, que fue destacado en Manzanares, con el fin de reducir a los carlistas.
Volvió cada cual a nombrar a su Junta y a conferirle el poder supremo; y así formadas, no vacilaron en disponer de los caudales públicos, levantar empréstitos, exigir tributos, proveer destinos y hasta reunir tropas con que hacer frente a las del Estado. En la Mancha llegaron a tener las de Andalucía un cuerpo de operaciones, que estuvo por bastante tiempo acampado en Manzanares, y obedecía a las órdenes, no de un general, sino de un procurador en Cortes. En vano se las quiso disolver por un decreto, ni vencer por las armas: no se logró que desapareciesen, ni aun después de un cambio de gobierno, de la concesión de una amnistía y de grandes reformas. (Recogido de Pi y Margall. en su obra: Nacionalidades.

Celebración en Marzo del 2010 del 175 aniversario  de la constitución de la Junta Suprema de Andalucía en Andújar.
Los hechos de 1835 ocurridos en Andalucía y en Andujar no podemos  entenderlos al margen de la coyuntura revolucionaria que se vive en Europa, en la oleada de 1830, que aunque tiene a Francia como punto central, tiene ramificaciones por otras partes: norte de Italia, ciudades alemanas, Bélgica, Varsovia, etc.…
El movimiento juntero manifestará, según autores como Enrique Iniesta, cierto andalucismo, al menos como postura común de los antiguos reinos y las recién estrenadas provincias, frente a la crisis del poder central por un lado y al empuje de los carlistas por otro, y será el prólogo necesario para la Revolución Cantonalista en "La Gloriosa" y la posterior Constitución de Antequera de 1883. 
Vista aérea de la ciudad de Andújar sede de la Junta Soberana en 1835.

 Manifiesto de la Junta Soberana de Andujar de 1835:
Andaluces.
La Junta Central compuesta de los respectivos representantes de las directivas de gobierno que forman la Federación de Andalucía acaba de instalarse en esta ciudad. Al dirigir por primera vez su voz no puede ocultar la grata emoción que siente, viviendo la indisoluble unidad que ofrece el pueblo andaluz, tan resuelto y decidido como obediente y leal. El voto de los habitantes de la Bética entera es el mismo, y su valor igual a su constancia. Firme en su propósito no vacilará un momento la Junta Central, hasta que el éxito corone sus esfuerzos. Adhesión pura, inalterable á nuestra inocente reina ISABEL II y á su augusta madre como Regenta del Reino: CORTES CONSTITUYENTES que formen y establezcan un Código fundamental que fije los derechos y deberes del Pueblo Español, y los del trono constitucional; y no deponer las armas hasta consolidarlo y esterminar al príncipe rebelde que con mengua del noble orgullo y valor castellano pretende sumirnos en la degradación y el oprobio; he aquí el objeto de los conatos de vuestros representantes.
Andaluces: marchemos todos denodadamente por el camino que nos traza la dignidad y rectitud de nuestros principios, y nuestra proverbial fidelidad. El trono Constitucional y el Pueblo Ibero son una misma cosa y están tan íntimamente entrelazados que no puede existir uno sin otro. La misión de esta Junta Central no tiene otro objeto que el de afianzar sobre bases indestructibles su seguridad y su esplendor. Para lograrlo todo, cuenta con vuestra cooperación y esfuerzos: de ellos se aprovechará según las circunstancias lo exijan, dirigiendo vuestra acción irresistible al punto y que sea más digno de vuestro loable pronunciamiento, de vuestros ardientes votos y de vuestra lealtad. Esforzados hijos del Betis, unión y confianza: constantes en este principio y noble conducta, ensayemos desde luego himnos patrióticos en honor y gloria del trono Constitucional y al Pueblo Hispano, pues la victoria es cierta.
Andujar 3 de Octubre de 1835 = El Conde de Donadío, Presidente = Bartolomé Gutiérrez Acuña, Vice-presidente = Pedro Muñoz Arroyo = Tomás Domínguez = Álvaro Pareja = Agustín Romero = Agustín de Oviedo = Francisco Laveron = Pedro Antonio Acuña = Manuel Parejo = Francisco de Paula Espinosa de los Monteros = Miguel de Roda, Vocal Secretario. 

(Manifiesto de la Junta de Andujar publicado por Santiago de Córdoba en el nº 0 de  Cuadernos de Historia. Andujar 1984.)
Presentación en la Universidad de Jaén  del libro digital del 175 aniversario de la constitución de la Junta Superma de Andalucía.
En el archivo municipal de Andujar no se conserva la documentación correspondiente a ese periodo;  por lo que a quien quiera profundizar en este hecho, no lo queda mas remedio que reconstruir los hechos de 1835 a partir de noticias hemerográficas, que se han localizado en el Archivo del Canónigo (Casa del Arcediano en Barcelona), Casa de los Tiros de Granada, y Hemeroteca municipal de Madrid. En concreto interesa la búsqueda de las noticias referidas a este acto de la Junta Suprema de Andalucía, dentro del movimiento juntero andaluz, para lo que puede ser ineludible seguir lo que se cita los siguientes periódicos de la época: El Vapor, La abeja y el Eco del Comercio.
Igualmente se podrán consultarlos fondos documentales del siglo XIX existentes en la biblioteca de la Real Academia de la Historia. En concreto, los famosos papeles del que fuera ministro y presidente del gobierno Istúriz, del cual, sabemos que guardó cuidadosamente buena parte de sus papeles con el objeto de escribir su memoria. Sería muy interesante poder consultar en esta biblioteca pues allí se encuentran los únicos documentos originales que fueron emanados por la Junta Central de Andujar: varias cartas de Pedro Antonio Acuña y Bartolomé Gutiérrez Acuña, una del conde de las Navas en francés (bien por asegurarse la confidencialidad de la misma o por afirmar sus simpatías con los revolucionarios franceses). Así como el acta de constitución de la Junta de Andujar del 3 de octubre de 1835, una larga exposición a la reina gobernadora de fecha 9 de octubre y la confirmación de la disolución de la misma el día 18 de ese mes (Colección Istúriz-Bauer, Real Academia de la Historia 9-30-3-6279).

Tomás Istúriz. Museo de las Cortes de Cádiz.
En el Archivo General del Palacio Real se puede encontrar  en su Sección Histórica una serie de documentos fechados entre junio y septiembre de 1835, relativos a las sociedades secretas muy activas en ese periodo y que serán también uno de los factores que aceleraran el desarrollo del movimiento juntero.

En el enfrentamiento abierto entre isabelinos y carlistas a partir de 1833, las élites andaluzas apoyaron mayoritariamente la causa liberal, auspiciada por una incipiente burguesía de carácter comercial y minero, pero también por diversos grupos de inversores agrícolas interesados en el librecambismo; al margen quedaban los sectores populares, normalmente vinculados al cultivo de la tierra que verían como el nuevo régimen también defraudaría sus expectativas de un verdadero cambio en la distribución de la propiedad raíz.

Esta fortaleza de las élites liberales andaluzas tendría en las Juntas Revolucionarias impregnadas de un primigenio espíritu autonomista, su principal y último vehículo de expresión. Su formación, de hecho, resulta inseparable del telón de fondo de la guerra carlista, así como del talante moderado que la regente María Cristina había impreso a los primeros años de su regencia, y puede situarse, con cierta precisión, en torno al año 1835. Se constituyeron prácticamente en todas las provincias andaluzas, dando lugar a la formación de una Junta Suprema que se instaló en Andújar el 2 de septiembre bajo la presidencia del conde de Donadío.

Resulta extraño que a pesar de haberse constituido la Junta Suprema de Andalucía en Andujar el 2 de septiembre de 1835, no conste en el Libro de Actas de este Ayuntamiento referencia alguna a dicho acto, al menos en calidad de testigo o informante en un acontecimiento que se puede considerar importante para Andalucía por la fuerza que tuvo en nuestra región el movimiento juntero como hemos comprobado en los textos anteriores. Aunque, no olvidemos, lo dicho anteriormente del hecho de que, en el Ayuntamiento de Andujar no haya archivos que reflejen los actos tenidos en la ciudad sobre las reuniones del movimiento juntero.


La primera acta de las existentes trata de la toma de posesión del nuevo Ayuntamiento en fecha 10 de Noviembre del año 1835, elegidos por elección popular según la Ley de Ayuntamientos promulgada en 23 de julio de ese mismo año. Se deduce que el nuevo Ayuntamiento está presidido por D. Pedro de Fuentes y serían los nuevos regidores o concejales: D. Francisco Mercado, Regidor 1º y D. Bartolomé Mercado, Regidor 2º. Se deduce que el anterior alcalde sería D. Diego Ruano, que según estaba preceptuado entregaba poderes al nuevo Alcalde D. Pedro de Fuentes.
Se aclara la ausencia del Procurador del Común D. Salvador Martínez en el acto del día 10/11/1835, que si se confirma en la reunión del día 12 del mismo mes, tomando posesión de su cargo, tal como se expresa en el acta de este día.
La tercera de las actas existentes está dedicada al nombramiento de D. Sebastián Pérez como Secretario del Ayuntamiento según ordena la recién aprobada Ley de Ayuntamientos en su artículo 62.
La cuarta de las actas con la misma fecha, está dedicada a la fijación de las reuniones del Ayuntamiento de la villa todos los martes.
La reunión del 17 de noviembre tuvo por objeto leer los Boletines oficiales de la Provincia de 14 y 11 de ese mes, asimismo se leyó el oficio del Sr. Subdelegado de Rentas de este partido judicial de Andujar sobre la cobranza de las contribuciones y se acordó contestar a dicho Sr. Subdelegado de Rentas que el Ayuntamiento había tomado posesión de su empleo en diez del corriente mes, desde cuyo día podría hacérsele cargo de la cobranza de las contribuciones que comprende el 4º trimestre y asimismo al Sr. Subdelegado al Sr. Intendente al acusar el recibo de la circular de 11 del presente se le haga igual contestación: también acordaron se le haga saber al Ayuntamiento cesante por medio de su presidente active reorganizar sus descubiertos y liquide en tesorería sus años; igualmente se expida un cargárseme contra el Depositario de los fondos de propios para que de los sobrantes que hallen en su poder los ponga a disposición del Ayuntamiento en la cantidad  de doscientos un E. para atender a los gatos de la quinta que se estaban practicando.
En la reunión celebrada el 7 de diciembre hizo presente era necesario saber el estado de los establecimientos de Propios, y del Pósito manejados por el Ayuntamiento como igualmente el cobro de las contribuciones y oído a los SS. del Ayuntamiento, se convocó a los componentes del ayuntamiento cesante para que comparezcan en estas Salas Capitulares y el presente Secretario les haga saber: 1º Que en razón al Estado del pósito, en el término del tercer día de la notificación presenten un estado demostrativo de ellos por medio de la Junta que lo ha manejado; 2º Que en razón a los fondos de propios, en el mismo término de tiempo, presenten por medio de su respectiva junta cuenta detallada de los fondos de que constan, las  cantidades pagadas y por pagar y su inversión legítima: y 3º Que para el día veinte y cinco del corriente presenten  las cartas de pago de haber cubierto en tesorería los atrasos de contribuciones por todos conceptos hasta el día que cesaron, y de observarse en ello omisión se les hiciese saber quedaba su presidente en reclusión hasta verificarlo. Asimismo se dio cuenta de los boletines oficiales y órdenes que contienen y se acordó su cumplimiento, como igualmente para cobrar el 4º trimestre de contribuciones que está a cargo del Ayuntamiento.
Se acordó nombrar a Pedro Navarro Barragán digo García quedando la Secretaría en extender los cedulones para proceder a su cobranza: y en cuanto al oficio del Sr. Intendente para que se pague el trigo que S. M. repartió a los Labradores necesitados de esta villa. Se le haga representación a S. M. rogándole por medio del mismo Sr. Intendente se sirva esperar a esta corporación por las sesenta fanegas  de trigo hasta la cosecha venidera pues ya se a repartido a los mismos y otros que se hallaban aún más necesitados.
La nueva corporación municipal muestra cierta actividad, algo poco habitual durante ese año por parte de los anteriores regidores y comienza a constituir todos los órganos administrativos de gobierno municipal, según fue dictaminado por la Ley de Ayuntamientos de 23 de Julio de 1835.
Sólo referir brevemente que en el proyecto de reforma del régimen municipal propugnado por los liberales de Cádiz, se mostraba un apego a la tradición, al conceder la presidencia de los Ayuntamientos al Jefe Político, un cargo que hoy podemos considerar como el de los Gobernadores Provinciales, aunque se vislumbraba ya un avance en el sistema administrativo español, basado en el reconocimiento del pueblo como unidad natural, pero contenido en el Estado y subordinado al mismo en la Nación sola y única. La reacción absolutista anuló por dos veces, en 1814 y 1823, la obra legislativa de los hombres de Cádiz, que volvería a triunfar tras la muerte de Fernando VII. La labor de aquellas Cortes de Cádiz sirvió de base a las reformas político-administrativas posteriores en la España del siglo XIX.
Uno de los pilares para esta reforma de la administración municipal emanó del Real Decreto de 23 de Julio de 1835, promulgado por la reina gobernadora María Cristina, que trataba todo lo relativo a la formación y constitución de los nuevos ayuntamientos municipales y provinciales, con toda la problemática que planteaban los puntos de vista tan distintos entre el ala moderada  y el ala progresista del liberalismo. En el decreto las normas dictadas son recogidas en tres capítulos, y se establecen dos categorías de electores, los censitarios formados por los propietarios de fincas rústicas, urbanas, fábricas, comercios, etc. y la otra categoría estaba formada por aquellos otros en los que no influía su situación de propiedad como contribuyentes, tales como arrendatarios de fincas, colonos, etc. siempre que sus ocupaciones  les permitieran vivir con independencia económica. La composición de los nuevos Ayuntamientos quedó integrada por las siguientes figuras: Alcalde, Teniente de Alcalde, Regidores y Procurador Síndico, con la condición de que debían de residir en el Municipio donde ejercían sus funciones  y ser mayores de veinticinco años.
En cuanto a la aplicación de este Real Decreto en nuestro pueblo supondría pasar de un ambiente de normalidad en tiempo de paz a un ambiente de manifiesta intranquilidad por el contexto en que se desarrollo esta novedad legislativa. En el contexto de una guerra civil que fue la guerra carlista, apareció el Real Decreto de 23 de julio de 1835, para el arreglo provisional de los Ayuntamientos, un clima poco favorable para llevar a cabo una reforma administrativa.
El proceso a seguir era que el Gobernador Civil, comunicaba el Decreto a la Diputación Provincial y ésta al Ayuntamiento, quien en pueblos como la Higuera cerca de Arjona, empezó a poner lentamente en marcha la maquinaria electoral. Digo lentamente, porque hasta finales del mes de octubre no se harían las elecciones y quedaría constituido el nuevo Ayuntamiento Constitucional el día 10 de noviembre tal como queda reflejado en la siguiente acta. Suponemos que la aplicación de esta radical reforma en la composición de los ayuntamientos, con personas elegidas libremente y distintas a las del anterior Cabildo Municipal, nos permite suponer una gran repercusión en la vida cotidiana de la villa, pero esto no deja de ser una aproximación o una mera suposición, que no podemos corroborar con algún documento. Supongo que el nuevo hecho provocaría cierta expectación en el pueblo poco acostumbrado, por novedoso en eso del juego electoral. Las actas del nuevo ayuntamiento se limitaron a recoger de forma puntual los nombramientos de cargos, sin conocer datos de votantes elegibles y elegidos.
Puede que la expectación en un periodo tan convulso, no fuese muy grande entre los higuereños, ante este nuevo derecho otorgado a los propietarios y colonos de tierras arrendadas que les brindaba la ocasión de elegir y ser elegidos, entre una participación ciudadana tan reducida, por la escasa posibilidad de ejercer el derecho del voto entre un núcleo de ciudadanos más amplio, pero perteneciente al mismo sector social de la clase media; mientras los jornaleros campesinos quedaban al margen. El nuevo Cabildo de la Higuera cerca de Arjona había sido elegido libremente por los Higuereños en unos momentos de tensión política, con la sustitución en el mes de septiembre del Conde de Toreno por Juan Álvarez Mendizábal. Imagino que la gente sencilla del pueblo, preocupada por el duro vivir diario de su trabajo, no se preocupara por la constitución de la Junta Suprema de Andalucía en Andujar, bastante tenía con satisfacer sus necesidades en un periodo de escasa cosechas. Por otra parte, es de suponer que los paisanos que componían la nueva Corporación Municipal, en unos momentos en que los electores habían tenido la oportunidad de elegir a los componentes del gobierno municipal de su villa, se produciría una clarificación ideológica entre los electores propiciando la elección de los elegibles de sus mismas ideas y que fuesen los que velaran por sus intereses, lo cual provocaría cierta ruptura con los anteriores regidores; algo totalmente diferente del pensamiento de los componentes del Ayuntamiento del Antiguo Régimen. El nuevo Ayuntamiento se encargaría, tal como estaba legislado, de nombrar las distintas comisiones encargadas de la gestión municipal.
En un pueblo como el nuestro, predominantemente agrícola, es de suponer que los elegidos como capitulares del Ayuntamiento fuera propietarios agrícolas y quizá algún ganadero o comerciante de la misma clase media. La vigencia de este Real Decreto duró aproximadamente un año, ya que en 1836 sufrió modificaciones, a éstas modificaciones seguirían otras, era la consecuencia de la inestabilidad política del momento que estamos comentando.


Después los ayuntamientos siguieron eligiendo mecánicamente a sus regidores, evidenciándose, una vez más, la falta de formación administrativa de sus componentes.

 

ACTA DE LA SESIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 10 DE NOVIEMBRE DE 1835 PARA LA TOMA DE POSESIÓN DEL NUEVO AYUNTAMIENTO.

“Acta de 10 de Noviembre posesión del nuevo Ayuntº…
“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en diez días del mes de Noviembre de mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los Sres. del Ilustre Ayuntamiento en su sala capitular como lo an de costumbre en virtud de citación y con asistencia de mí el Secretario para dar posesión a los Individuos que por Elección popular an de componer el nuevo Ayuntamiento se procedió por dichos SS. a darles posesión de sus destinos a pesar de que a D. Salbador Martínez procurador del común no se allaba presente acordando que los nuevos nombrados se la den luego que se presente y en su virtud habiendo entregado la vara el Sr. Presidente a el nuevo Alcalde D. Pedro de Fuentes se les recibió el juramento a los SS Regidores y Alcalde bajo la fórmula prevenida por la ley aceptando por este acto cada uno su destino y así mismo acordaron que en el día de mañana se publique por Edicto en la forma acostumbrada. Así lo acordaron dichos SS. y con el Sr. Presidente firmaron los nuevos elegidos de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Diego Ruano. Pedro de Fuentes.  Francisco Mercado.  Bartolomé Mercado.  
Ante mí Sebastián Pérez.”

ACTA DE LA REUNIÓN DE AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 12 DE NOVIEMBRE DE 1835 PARA DAR POSESIÓN AL PROCURADOR.

Posesión al Procurador del Común…
“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en doce días del mes de Novre.  de mil ochocientos treinta y cinco hallándose reunidos los SS. del Ayuntamiento de ella a saber D. Pedro de Fuentes Alcalde Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º y D. Francisco M digo D. Bartolomé Mercado Regidor 2º con asistencia de mí el Secretario se le hizo tomar asiento a D. Salbador Martínez Procurador del Común, y Smd por ante mí le cesivieron el juramento vajo la fórmula prevenida por la Ley y echo que se le hizo saber quedava en posesión de su empleo y que se sacase testimonio de ello para remitirlo al Governador Civil de la Provincia. Así lo acordaron y firmaron de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  Francisco Mercado.  Bartolomé Mercado.  Salvador Martínez.  
Ante mí Sebastián Pérez. “

ACTA DEL ACUERDO DE NOMBRAMIENTO DEL SECRETARIO DE AYUNTAMIENTO DON SEBASTIÁN PÉREZ EN FECHA 12 DE NOVIEMBRE DE 1835.
“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en doce días del mes de Novre. de mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los SS. del Ayuntamiento a saber D. Pedro de Fuentes Alcalde Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º junto en su sala Capitular se vio la  ley de Ayuntamientos de Veinte y tres de Julio último y su artículo 62 sovre el nombramiento de Secretario de Ayuntamiento y en su los dichos SS. acordaron nombrar a D. Sebastián Pérez que a desempeñado estas Esnias (Puede ser abreviatura de Escribanías)autorizándolo para que actúe en todos los negocios del Ayuntamiento y de la villa haciendo que sus Escritos cuanto quepa en derecho y mandándole que autorice esta acta en prueba de su aceptación. Así lo acordaron y firmaron de que yo como presente que fui para el autorizamiento firmo en prueba de mi aceptación con los SS. Presidente y Procurador arreglándose a la ley.

Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  El Procurador Común: Salvador Martínez.
Acepto y Juro este nombramiento: Sebastián Pérez.

ACTA DE LA REUNIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 12 DE NOVIEMBRE DE 1835, PARA PROGRAMAR SESIÓN CADA MARTES EN CUMPLIMIENTO DE LA LEY DE AYUNTAMIENTOS.

“Acuerdo…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en doce días del mes de Novre de mil ochocientos treinta y cinco reunidos los SS. del Ayuntamiento en la sala que sirve de capitular con asistencia de mí el Secretario acordaron que con arreglo al artículo C2 del título 9 de la Ley de Ayuntamientos se celevre los martes de cada semana sesión ordinaria para los negocios pendientes, así lo acordaron el Sr. Presidente D. Pedro de Fuentes, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  Salvador Martínez. 
Ante mí Sebastián Pérez".

ACTA DE LA SESIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 17 DE NOVIEMBRE DE 1835 PARA TRATAR LA RESPUESTA AL SR. SUBDELEGADO DE RENTAS DEL PARTIDO Y AL SR. INTENDENTE.

“Acuerdo de 17 de Novre. …
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en diez y siete días del mes de Novre. de mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los SS. del Ayuntamiento a saber D. Pedro Fuentes Alcalde Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º, con asistencia de mí el Secretario , por el Sr. Presidente se mandaron leer los Boletines oficiales de 14 y 11 de Mes corriente y acordaron su cumplimiento asimismo se leyó el oficio del Sr. Subdelegado de Rentas de este partido que trata sobre la cobranza de las contribuciones y se acordó contestar a dicho Sr. Subdelegado que este Ayuntamiento tomó posesión de su empleo en diez del corriente desde cuyo día podrá hacérsele cargo de la cobranza de las contrivuciones que comprende el 4º trimestre y asimismo al Sr. Subdelegado al Sr. Intendente al acusar el recibo de la circular de 11 del presente se le haga igual contestación: también acordaron se le haga saber al Ayuntamiento cesante por medio de su presidente active x la reorganizar sus descubiertos y liquide en tesorería sus años; igualmente se espida un cargareme contra el Depositario de los fondos de propios para que de los sobrantes que allen en su poder tenga a disposición del Ayuntamiento la cantidad  de doscientos E un para atender a los gatos de la quinta que se está practicando. Así lo acordaron y firmaran de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  Salvador Martínez.  Ante mí Sebastián Pérez.
Notas… Los Acuerdos sobre quintas se allan en el Espediente formado al efecto Higuera cerca de Arjona siete de Divre. De mil chocientos treinta y cinco.=
Rúbrica del Secretario:Pérez.”

ACTA DE LA SESIÓN CELEBRADA EN LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 7 DE DICIEMBRE DE 1835 PARA CONOCER EL ESTADO DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE PROPIOS Y DEL POSITO Y COBRO DE CONTRIBUCIONES.

“Acuerdo…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en siete días del mes de Divre. De mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los SS. del Ayuntamiento a saber D. Pedro Fuentes Alcalde y Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º, con asistencia de mí el Secretario en la sala capitular como lo tienen de costumbre para celebrar sesión ordinaria, por el Sr. Presidente se hizo presente era necesario saber el estado delos establecimientos de Propios, y del Pósito manejados por el Ayuntamiento como igualmente el covro de Las contribuciones y oído a los SS. del Ayuntamiento cesante para que comparezcan en estas Salas Capitulares y el presente Secretario les haga saber: 1º que en razón al Estado del pósito en el término del tercero día de la notificación presenten un estado demostrativo de ellos por medio de la Junta que lo a manejado; 2º que en razón a los fondos de propios en el mismo término presenten por medio de su respectiva junta cuenta circunstanciada de los fondos de que constan, cantidades pagadas y por pagar y su inversión legítima: y 3º que para el día veinte y cinco del corriente presenten  las cartas de pago de haver cubierto en tesorería los atrasos de contribuciones por todos conceptos asta el día que cesaron, y de observarse en ello omisión se les hiciese saber quedaba su presidente en reclusión asta verificarlo. Asimismo se dio cuenta de los boletines oficiales y órdenes que contienen y se acordó su cumplimiento, como igualmente para cobrar el 4º trimestre de contribuciones que está a cargo del Ayuntamiento.
Se acordó nombrar a Pedro Navarro Barragán digo García quedando la Secretaría en estender los cendulones para proceder a su cobranza: y en cuanto al oficio del Sr. Intendente para que se pague el trigo que S. M. repartió a los Lavradores necesitados de esta villa. Se le haga representación a S. M. rogándole por medio del mismo Sr. Intendente se sirva esperar a esta corporación por las sesenta fanegas  de trigo asta la cosecha venidera pues ya se a repartido a los mismos y otros que se allavan aún más necesitados. Así lo acordaron y firmaran de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres.:
 Pedro de Fuentes.  Salvador Martínez. 
Ante mi Sebastián Pérez.”

No debemos concluir esta retrospectiva de nuestro pueblo sin acudir de nuevo a ensamblarla en la marcha de la política nacional: Las fuerzas de la reacción carlista dejaron sentir su presencia tras el arranque de la primera guerra carlista. A lo largo de este año de 1835, con independencia de que un año antes algunas partidas rurales hubieran penetrado en Córdoba desde la Mancha, se produjeron fugaces y débiles levantamientos espontáneos en Jaén, Tarifa, Motril y Málaga y la célebre conspiración del brigadier Malavilla en Sevilla. Más adelante, entre junio y diciembre de 1836, la fracasada expedición del general carlista Miguel Gómez por el territorio de Sevilla, Cádiz, Málaga, Jaén y Córdoba será el correlato de otros levantamientos fundamentalmente instigados por un estamento eclesiástico disconforme con las leyes desamortizadoras de Mendizábal, pero incapaz de obtener respaldo popular para su causa. Los movimientos auspiciados por los dominicos en Jerez o los exhortados por el obispo de Guadix en su diócesis constituirán en este sentido, los ejemplos más notables de una íntima movilización carlista, que nunca en nuestra tierra allegó fuerzas relevantes a la causa nacional y que acabó refugiada, bajo la forma de movimiento guerrillero, entre las cumbres de la serranía de Ronda y Sierra Morena.

El Jefe Carlista General Miguel Gómez, natural de Torredonjimeno.


El predominio de la nueva clase burguesa acaparadora de tierras, que junto a la pervivencia de la antigua nobleza latifundista favorecen la consolidación de un modelo de propiedad agrícola socialmente injusta, acabará dando al traste con cualquier posibilidad de progreso de las clases sociales más débiles, a las que irremisiblemente se les relega a situaciones de pobreza cuando no de marginalidad extremas. De entre estos estratos más pobres de la sociedad rural, vinculados por necesidad al trabajo en el campo en régimen de jornaleros, surgen las personas, que forzadas en un momento determinado por una situación especialmente adversa, deciden marchar al campo para vivir “al margen de la ley”. Se organizan  en partidas, más o menos numerosas, bajo el liderazgo de un jefe carismático,  procurando actuar casi siempre en defensa de los más débiles de la zona en la que operan, a los que conocen y ayudan económicamente, a cambio de obtener su complicidad en los momentos que la  necesiten cuando se trate de eludir la acción de la justicia.

No es extraño por ello, que con el tiempo, aflorase también cierta complicidad entre las partidas de bandoleros más famosas de Andalucía y los movimientos liberales progresistas del XIX, con cuya causa de libertad y justicia se verían más identificados, los sectores populares del campo andaluz. Jefes de importantes partidas como la del célebre José María Hinojosa “El Tempranillo”,  Juan Caballero o “Botija” de Torre del Campo ayudaron, en los años de mayor actividad  bandolera, de 1827 a 1832, al triunfo de las intentonas liberales para desbancar del poder a los gobiernos fernandinos proclives a la consolidación de las viejas estructuras políticas y sociales del Antiguo Régimen y remisos a favorecer procesos políticos de signo liberal-democrático.

En un periodo tan convulso como el de la Primera Guerra Carlista entre los partidarios del liberalismo y los deseosos de mantener las esencias de la monarquía absolutista, eran frecuentes acciones bélicas y de saqueo en muchos pueblos de  España y de Andalucía, añadieron miseria y desolación a los sectores sociales más débiles. Estas acciones bélicas y de saqueo fueron especialmente frecuentes y temidas en toda la comarca de las poblaciones limítrofes con Sierra Morena, por el cobijo que proporcionaba una tierra abundante en vegetación y apartada del paso de la civilización, muy especialmente fueron frecuentes las acciones  llevadas a cabo por partidas de  carlistas rebeldes de “Los Palillos” (los hermanos Vicente y Francisco Rugero); Miguel Gómez, Mariscal de Campo de  Don Carlos; Antonio García de la Parra, el tristemente famoso “Orejita” (otras veces “Orejitas”), y José Peñuelas. Curiosamente gran número de estos cabecillas carlistas procedían de Ciudad Real y desde allí extendieron sus actividades hacia la provincia de Jaén y Córdoba amparándose en los intrincados laberintos  montañosos de Sierra Morena.

Muchos de los guerrilleros que habían combatido contra la invasión francesa, volvieron a las armas en apoyo de don Carlos el Pretendiente al Trono de España, fuertemente respaldados y aun alentados por el clero, en defensa de un modelo de sociedad que parecía amenazada en sus fundamentos por los principios del régimen liberal tras la muerte de Fernando VII. A este factor religioso y, sobre todo, clerical del carlismo manchego,  hay  que  añadirle  para  su  comprensión,  la defensa   de  las  tradicionales formas de propiedad, tanto de la eclesiástica como de la comunal de cada pueblo, ambas objetivo de las medidas desamortizadoras del nuevo Estado liberal. Sus militantes son partidas de campesinos, de artesanos y de jornaleros, enardecidos por los párrocos de los pueblos, que actuaban como expertos conocedores del terreno y de la táctica de la guerrilla. En nombre de Carlos V (Don Carlos) levantaban partidas de 100  ó 200 hombres y su primera operación era apresar a los más pudientes de un pueblo, exigirles grandes cantidades y repetir tales hazañas a su paso por los pueblos de su ruta. De ahí que el propio Pirala concluyese que la guerra de La Mancha lo era de vandalismo y surgían diariamente nuevos partidarios que, obrando por su cuenta cada uno, se oponían a toda unión que llevara consigo la subordinación a un jefe carlista. Era el suyo el típico talante guerrillero. Muchos de los hombres de aquella lucha habían sido héroes populares de la Independencia: “El Locho”, Isidoro Mir, “Chaleco”, “Chambergo”, Peco, Doroteo, “La Diosa”, Revenga, Paulino, Zamarra, “El Rubio”, “El Presentado”, “Palillos”, “Orejita”.

Este crecido número de guerrilleros, con su individualismo, su personal sentido de la lucha, su improvisación y su indisciplina, explica en parte los continuos tropiezos de la causa carlista en La Mancha y Andalucía, en último término, su fracaso y su carácter de lucha marginal. Esta era la causa de que todo quedara en acciones muy puntuales, seguidas de retirada de los pueblos a los seguros refugios de las sierras, ese laberinto impenetrable con mansiones subterráneas, con despejadas y naturales atalayas, donde puede acampar un batallón en el mismo terreno en  que otro esté oculto con toda seguridad.

En general podemos afirmar que la mayoría de los voluntarios carlistas, al margen de la disciplina de sus jefes, camparon de forma autónoma por amplias zonas del país dedicados al bandidaje y contrabando infundiendo el miedo e inseguridad entre los vecinos de aldeas, villas, y ciudades en su afán de proveerse de medios de subsistencia para su partida.

Los guerrilleros carlistas representaron, sin embargo, un fenómeno a la inversa con unos fines políticos claramente contrarios a la evolución histórica demandada por las clases populares del país. Raramente despertaron las simpatías de los pueblos del valle del Guadalquivir pues su motivación política quedaba lejana de las preocupaciones de la gente común de nuestros pueblos, y sus acciones resultaron ser de puro saqueo, ya que actuaban sin distinción de clases sociales en sus acciones de rapiña, y siendo, en muchos casos, especialmente crueles.Aunque sus objetivos estaban basados en una ideología concreta, la misma que sustentaba unos principios políticos en regiones de fuertes sentimientos forales o nacionalistas como el País Vasco, Cataluña, Navarra o Galicia, donde recaudarían grandes adhesiones. Sin embargo en nuestra región Andaluza, de tradición más liberal, no obtendría ese eco deseado, y por tanto, su fin último  acabó siendo el robo y saqueo de las poblaciones cercanas a Sierra Morena, desde donde actuaron y en donde encontraron seguro refugio tras sus acciones.

El carlismo obtuvo, no obstante,  algunos adeptos en la provincia de Jaén en sectores vinculados a la iglesia como el obispo Diego Martínez Cartón desterrado por los liberales en 1836 al ser considerado carlista. Este tipo de conflictos  entre Iglesia y Estado fueron frecuentes, en tanto y cuanto la Iglesia se consideraba especialmente perjudicada con la pérdida del patrimonio, que le supuso las desamortizaciones de bienes impulsadas por los gobiernos liberales de mediados del XIX; aunque a decir verdad también hubo otros sectores  del clero secular al frente de las parroquias de pueblos pequeños y también de ciudades medianas, que adoptaron una práctica de apoyo incondicional a la reina Isabel II y su causa liberal.No podemos obviar, ni tampoco olvidar, las consecuencias  sociales  que produjeron en pueblos como el nuestro, las sucesivas leyes  desamortizadoras sobre los bienes de manos muertas como capellanías, hospitales y cofradías  desarrolladas  desde finales del XVIII (1798) por el gobierno de Manuel Godoy, y las promulgadas a lo largo del XIX por gobiernos liberales de signo moderado, sobre los bienes del clero regular impulsada por Mendizábal (1836), y de los municipios, del ministro Pascual Madoz (1855). En la mayoría de los casos supondrían la venta al mejor postor de muchos de estos bienes comunales,  que servían de sostén a los sectores más empobrecidos de la población y que casi siempre pasaron a manos de una nueva clase burguesa acaparadora de tierras.

Estos procesos desamortizadores, arriba enunciados, dejaron configurada definitivamente una estructura de propiedad latifundista en el campo andaluz, con nuevas relaciones laborales que acabaron arrojando al paro y desolación a una ingente masa de campesinos, antaño ocupados en el cultivo de terrenos arrendados a bajos precios a  las órdenes religiosas, así como supuso la pérdida del disfrute de los pastos, leñas,  frutos y cereales de las dehesas de propios y bienes comunales de los municipios.

Las leyes desamortizadoras impulsadas básicamente para sanear la hacienda pública, favorecieron la formación de la numerosa clase jornalera campesina andaluza, que desposeída del acceso a los bienes de producción se vería obligada a mercadear su jornal al mejor postor, planteando por ello continuas luchas reivindicativas  para poder subsistir dignamente. Otras propuestas lanzadas desde sectores del liberalismo progresista y defendidas por el diputado Flórez Estrada frente al decreto desamortizador de Mendizábal, de febrero de 1836, intentaron evitar la venta de estos bienes eclesiásticos a nobles y la burguesía adinerada, proponiendo que las tierras se entregasen en arrendamiento, por cincuenta años,  a los mismos colonos que las estaban trabajando para la Iglesia, con la posibilidad de renovación del contrato al expirar dicho plazo de tiempo, pero dichas iniciativas no tuvieron en el Gobierno el éxito demandado por sus patrocinadores. Esta situación de enquistada  penuria económica y falta de libertades, iba a sufrir a lo largo del siglo, coyunturas de crisis políticas  aún más profundas, que empeorarán la vida ya, de por sí, bastante lastrada, de los jornaleros y pequeños artesanos de las zonas rurales.

En nuestra comarca cabe reseñar, a lo largo del XIX, varios acontecimientos relacionados con el bandidaje aunque de naturaleza bien distinta. Por un lado los constituidos por acciones de militares y voluntarios carlistas, entre ellas las comandadas por los jefes carlistas ya mencionados, que se mezclan en el tiempo y espacio geográfico a otras asociadas a un bandolerismo local o regional, de corte más clásico,  y también asociado al contrabando de productos de importación (dicho sea de paso, muy demandados por las clases pudientes de los pueblos  como lo eran tabaco, café, y otros productos de lujo), al robo,  y a la extorsión sobre propietarios agrícolas adinerados o viajeros de alta alcurnia (nobles, comerciantes, etc.) que transitaban  las vías de comunicación más importantes.Sierra Morena no solo se convierte en paradigma del refugio o escondite seguro, tanto de unos como de otros,  sino que fue tradicionalmente la vía más segura del contrabando que desde Gibraltar transitaba hacia la Meseta Castellana.

El contexto social y económico existente a la llegada de la Reina regente, María Cristina de Borbón, no podía ser más calamitoso. Una pertinaz sequía arrastrada desde el año 1833, derivó en una situación catastrófica en el campo en el verano de 1834. Las cosechas de cereales apenas pudieron recolectarse y los olivares mermaron considerablemente sus frutos. Sin apenas cosechas los jornaleros quedaron sin trabajo avocados a la miseria más absoluta. La falta de pan y demás productos básicos alcanzaron entonces precios elevadísimos y pronto el fantasma del hambre asoló a las familias más humildes. Por si fuera poco  entre el 16 junio y el 28 de julio, se desató una cruel epidemia de cólera morbo llevando a la población a la penuria más extrema. La epidemia se extendió como la pólvora por todos los pueblos de la comarca en donde las víctimas mortales  se contaban por cientos, y los afectados por miles.
conviene recordar que desde la guerra contra el francés, las poblaciones ribereñas del Guadalquivir habían sufrido sobre sus precarias economías fuertes imposiciones tributarias para contribuir al sufragio de los gastos que la contienda bélica generó, y su población masculina se vería sometida a reclutamientos continuos con la consiguiente merma de sus efectivos más  jóvenes y  productivos.
También la epidemia asoló a la ciudad de Andújar produciendo estragos entre todos los estratos sociales, inclusive algunas de sus autoridades municipales, como nos apunta Luis Pedro Pérez en “Andújar y el largo siglo XIX”. 


En sus correrías, carlistas y liberales, reaccionarios y revolucionarios, habían atravesado, por primera vez, una Andalucía en la que los viejos reinos de origen medieval habían dado lugar a las modernas provincias  establecidas por el motrileño Javier de Burgos.

Así, inspirándose en el modelo administrativo liberal que ya se había consolidado en Francia y que puntualmente se había ensayado en la España de José I y en las Cortes de Cádiz, el ministro Javier de Burgos había dividido los cuatro reinos andaluces (Córdoba, Jaén, Granada y Sevilla) en ocho provincias cuyos límites se afanaban por construir nuevos equilibrios territoriales y demográficos y respetar las identidades históricas y comarcales fraguadas durante los últimos siglos. 

Javier de Burgos, renovador de la Administración del Reino, nacido en Motril.
Una buena parte de esas identidades, sin duda, había nacido de las herencias culturales del pasado, de la conformación del paisaje y de la evolución del doblamiento, pero no había carecido de importancia la forma en que el territorio había sido jurisdiccionalmente administrado y, sobre todo, el modo desigual en que los recursos se habían distribuido y apropiado. A la altura de los años treinta del siglo XIX, la cuestión agraria, o, lo que es lo mismo, el cuestionamiento del desigual reparto de la propiedad de la tierra, de su amortización y de las lacras sociales que con ello se generaban en el pueblo, constituían heridas abiertas que los ilustrados ya habían diagnosticado y que los liberales se afanarían de cerrar o cauterizar a su estilo, se intentaba mejorar la productividad de la tierra, con la puesta en explotación de nuevas tierras; pero no mejoraban los rendimientos de las mismas. Así se intentaba facilitar la distribución del producto para garantizar el abastecimiento del mercado interior y liberando a la propiedad agraria de sus cargas tradicionales y gravámenes fiscales.

En un primer intento y al regular la abolición del señorío jurisdiccional, las Cortes de Cádiz consiguieron inducir un cierto dinamismo al mercado de la tierra, pero el mantenimiento de los mayorazgos y la conversión del señorío territorial en propiedad efectiva impidieron que pudiera procederse, paralelamente , a una mejor redistribución social de la propiedad. En el decreto de 1813, los gaditanos emprenderían también un primer ataque a los bienes de la Iglesia, concretándose en incautaciones de los bienes  de los conventos suprimidos con motivo de los decretos afrancesados o de dotación escasa, los pertenecientes a la extinguida Inquisición y algunos otros vinculados a las órdenes militares, justificando estas medidas con un argumento, que llegaría a hacerse recurrente en el reformismo liberal decimonónico, y que no era otro que la necesidad de sanear la maltrecha Hacienda Pública. 
 
Decreto de Abolición de la Inquisición en el año 1834.

Anulada la obra legisladora gaditana tras el regreso al poder de Fernando VII, los posibles efectos de estas medidas en el campo andaluz apenas fueron perceptibles, y tampoco lo fue la recuperación de una parte de este ordenamiento durante los años del Trienio Liberal, salvo algunos indicios fragmentarios. La propiedad estaba muy mal repartida y masas de campesinos (en Extremadura, Castilla y Andalucía) trabajaban  recibiendo bajos salarios en los  grandes latifundios de propietarios absentistas, los campesinos andaluces permanecían desempleados en la miseria buscando un jornal o decidiendo  emigrar para escapar  de esa situación de pobreza.

 
 
Video breve sobre las Desamortizaciones tomado del enlace:


Habrá que esperar a la promulgación de los famosos decretos desamortizadores de Mendizábal, para que los efectos de este proceso de desvinculación jurídica, puedan hacerse perceptibles y nos revelen la enorme heterogeneidad de respuestas, que la región andaluza proporcionó. 


El 19 de febrero de 1836 empieza el proceso desamortizador promovido por el primer ministro Juan Álvarez Mendizábal. En el momento de su  llegada al poder, el año 1835, dos son los graves problemas que tiene ante sí. El estado tiene una enorme deuda pública y la guerra entre carlista e isabelinos.Para la solución de ambos se necesitan enormes cantidades de dinero y una de las soluciones fue precisamente la de la desamortización. Esta contempla, entre otras medidas, la disolución de las congregaciones religiosas y el paso de todos sus bienes al patrimonio del estado, para una venta posterior en subasta pública. Con estas ventas se pretende que se compre deuda pública para el pago de estos bienes y disminución de la deuda y por otra parte  dinero para el pago de la  movilización de nuevos soldados para terminar la guerra. La medida no dio los resultados esperados, la deuda continuó siendo enorme, se reclutaron nuevas quintas y la guerra no finalizó.

En el caso de las propiedades nobiliarias afectadas por la ley de 26 de agosto de 1837, las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva presentaron una evidente reactivación de las ventas, que permitió a las grandes familias propietarias hacerse con una liquidez económica, que las protegió frente a la crisis económica originada en 1834-1836 y que les ayudó a diversificar ocasionalmente sus nichos de inversión. Sin embargo, el contrapunto, lo encontramos en Córdoba, donde algunos grandes apellidos aprovecharon la coyuntura, que se les presentaba para reajustar y depurar su propiedad de forma especulativa, es decir, deshaciéndose de sus tierras más improductivas para ir acumulando, en cambio, las tierras de secano, que garantizaban una renta razonablemente estable, o las fincas de olivar, que gozaban de expectativas muy halagüeñas; o, incluso, como en Puente Genil, empleadas para ampliar sustantivamente sus posesiones. Toda esta variedad de circunstancias, actitudes y orientaciones multiplica la disparidad de los resultados obtenidos, pues aunque es cierto que el mercado de la tierra y la propiedad se movió muy intensamente en Sevilla a partir de 1835, no lo fue menos el hecho de que la venta de grandes lotes derivó en un incremento de muchas fortunas de los grandes terratenientes.

Hemos de entrar en la cuenta de que las cifras globales esconden realidades muy distintas. En provincias como Sevilla, Granada, Jaén o Córdoba, la tierra perteneciente al clero secular no solo era abundante, sino también rica, y llegó a venderse en proporciones superiores al 70%; mientras en Huelva, Cádiz, Málaga y Almería el escaso patrimonio puesto a la venta y su menor valor dificultó el proceso ralentizándolo aún más y dejando sin comprador a una buena parte del patrimonio expropiado. En Jaén, Granada, Huelva y Sevilla, puede afirmarse que la incidencia de la desamortización eclesiástica fue prácticamente nula, en cuanto a mejorar el reparto de la propiedad y generar un segmento notable de mediana propiedad; en Córdoba, algunas comarcas vieron reforzada su tendencia latifundista, mientras que en otras comarcas como Montilla consolidaron un minifundio de larga raigambre, y en Almería el predominio del minifundismo tampoco sufrió menoscabo digno de mención.




















Desamortizadores Mendizábal en 1836 y Espartero en 1841


Las desamortizaciones acometidas por Mendizábal en 1836 y por Espartero en 1841, alimentadas con los precedentes referidos antes, asestaron un último y decisivo golpe a la propiedad eclesiástica, englobando a la totalidad de los bienes conventuales y de las órdenes religiosas, así como la mayoría de los bienes del clero secular. En general, aunque la información disponible es muy fragmentada, podríamos afirmar que tuvieron un ritmo muy retardado, y que pocas veces alcanzaron todo lo expropiado, especialmente en el caso de los bienes seculares. 

En el año 1845 ya se habían vendido 20.000 fincas y con un alto valor de remate, pero quedaban por vender más de 16.000 y este proceso se prolongó hasta diluirse en la desamortización general decretada por Madoz en 1855, desamortización ésta en la que la reestructuración de la propiedad agraria tuvo una nueva oportunidad y, así, la presión social, que comenzaba a ejercer un campesinado mayoritariamente analfabeto y dependiente del capital, pudiera aliviarse.

La mayoría de los estudios realizados hasta ahora muestran como los beneficiarios directos de la desamortización fueron; en primer lugar un grupo de especuladores o profesionales de la subasta; en segundo lugar los grupos típicamente burgueses de comerciantes, funcionarios, industriales y políticos. Junto a ellos también compraron bienes desamortizados las clases medias rurales y los hacendados, persistiendo algunos compradores nobles y clérigos progresistas. Aunque también un reducido grupo de trabajadores pudo llegar a ser propietario aunque esta no fuese la tónica general.

Tomás y Valiente afirma que sí existió una revolución burguesa:”Frente a quienes niegan la existencia de una revolución burguesa en España, pienso que ésta se produjo, si bien no como un acontecimiento catastrófico y fulgurante, sino como un proceso intermitente, incompleto e incluso desviado o atípico respecto a cualquier posible y foráneo modelo” (Tomas y Valiente, 1978:15).

Richard Herr considera que la desamortización española, a pesar de que estuvo de acuerdo con la doctrina económica del liberalismo, no formó parte de una inexistente revolución burguesa. Herr afirma que “El liberalismo clásico no tenía signo de clase social, sino que servía de provecho a cualquier grupo que pudiera beneficiarse del libre empleo de los factores de producción. En un país agrario, éstos no eran tanto los comerciantes y fabricantes como los que ya tenían interés en la tierra” (Herr, 1974: 86) Este autor deja entrever que aquellos cuya fortuna procedía del campo no eran burgueses. Aquí se encuentra el punto de mayor controversia con el resto de autores. La dificultad estriba en que no existe un criterio común entre los historiadores para llegar a delimitar quienes eran los burgueses. Herr ha planteado la cuestión aplicándola al caso concreto de los compradores de la desamortización. Mantiene que, si por burgueses se entienden aquellas personas cuya fortuna procede del comercio o la industria, la mayor parte de los compradores de bienes desamortizados no pueden considerarse sino propietarios antiguos de tierras. Herr ha encontrado otra clase como la impulsora del proceso desamortizador, la llamada “élite hidalga” y en ella incluye al clero secular consideración que supone toda una innovación. Por otra parte, la afirmación de que estos hidalgos fueron los grandes beneficiarios de la desamortización de Carlos IV tal vez tenga validez para los estudios que Herr realizó sobre la desamortización de Salamanca y Jaén. Sin embargo habría que estudiar si tal afirmación puede generalizarse al resto de las provincias y también incluso si en las provincias citadas el proceso desamortizador tuvo esa tónica todos los años. 

Para contrastar su hipótesis Herr se basa en los estudios realizados por Lazo Díaz en la provincia de Sevilla, de Vicente Cámara Urraca y Domingo Sánchez Zurro en los alrededores de Valladolid y por último de José Extramiana en la provincia de Álava.
No debemos de olvidar, que el pago de los bienes se hizo, en su mayor parte, con títulos de  deuda pública y los tenedores de éstos títulos, no cabe identificarlos con los terratenientes rurales, tal como hace Herr, sino más bien con comerciantes o profesionales típicamente burgueses e incipientes capitalistas. Aun así, aunque los adquirientes de bienes desamortizados fuesen, como es la hipótesis de Herr, antiguos propietarios de la misma zona en donde se desamortizaron las tierras, al pasar estas de manos muertas a los nuevos compradores, se creó una propiedad agraria nueva: la propiedad burguesa. De este modo quienes adquirieron tierras desamortizadas comenzaban a ser burgueses.
 
Técnicamente el programa desamortizador consistía en entregar las tierras en arrendamientos enfitéuticos por un plazo de cincuenta años a las mismas personas que trabajaban las tierras a la Iglesia, con la posibilidad de renovar el contrato. Así todas las familias de clase proletaria pasarían a ser dueños del dominio útil de la tierra que cultivasen.

Tomás y Valiente, sin perjuicio de reconocer la originalidad de las proposiciones de Herr, no parece estar de acuerdo con las mismas, al olvidar que en la España del siglo XIX había núcleos burgueses y afirmar que las personas con capital disponible para comprar tierras eran los propietarios rurales, ello implica una simplificación difícilmente admisible. 
       
Para Tomás y Valiente, el modelo de desamortización de Mendizábal en Salamanca muestra como los beneficiarios de la desamortización no fueron otros que los poseedores de títulos de deuda, o mejor, aquellos capaces de adquirirlos en el mercado de deuda, es decir la burguesía  o la nobleza, que invirtió su dinero mediante operaciones que no siempre estaban dentro de la ley. El ejemplo es esclarecedor, porque muestra como incluso a quienes no tenían títulos en su poder, les convenía realizar el pago aparentemente en títulos, aunque en realidad lo hiciesen en dinero, y no por la cuantía del precio de remate sino en cantidad suficiente para comprar títulos. La hipótesis de Tomás y Valiente  se repite en la mayor parte de los trabajos sobre la desamortización; en Navarra Donézar aporta gran cantidad de datos de los que se extrae la conclusión de que los principales beneficiarios  fueron las clases medias y altas. La mayoría de los compradores fueron navarros, siendo el 90% de los mismos electores, es decir, pertenecientes a una minoría selecta dentro de la sociedad, con 81 que eran altos cargos militares, nobles, titulares de cargos provinciales o municipales o máximos contribuyentes navarros.
 
Simón Segura hizo el estudio de la desamortización en Madrid, donde hubo un gran número de pequeños  compradores, 578, que adquirieron una o dos fincas. Entre los adquirentes destacaron 79 que compraron el 58% de la superficie de las tierras. Estos compradores eran en su mayoría personas con profesiones liberales o bien terratenientes, clase media y burguesía, que con la desamortización, y debido a que las fincas con el transcurso de los años se revalorizaron, atravesaron una coyuntura favorable, que les afirmó definitivamente en su posición y les permitió situarse en posiciones superiores. Merino Navarroefectuó el análisis de la desamortización de Mendizábal en Extremadura y según éste como fenómeno general compraron las personas que ya tenían posición. María José Gimeno Pascual destaca el relevante papel que ejerció la burguesía en la provincia de Segovia como primer grupo comprador, en el que comerciantes y fabricantes fueron los verdaderos protagonistas, a sus manos fueron a parar las tierras de mejor calidad, mientras que los labradores compraron tierras más baratas haciendo unos remates más ajustados a las tasaciones.

En Málaga se vendieron un total de 518 fincas urbanas que fueron adquiridas por 183 compradores. Cabría pensar que existió dispersión en las compras entre un elevado número de compradores; pero la realidad no fue esa, ya que un 14,7% de los compradores adquirieron el 47,8% de las fincas. En este caso existió una concentración de las compras en un reducido número de adquisidores, lo que parece indicar que su motivación esencial no fue otra que la de utilizar estas fincas con fines comerciales, un hecho que queda contrastado a la vista de las profesiones de los compradores. La burguesía comercial e industrial malagueña fue quien desembolsó un porcentaje mayor al del resto de los compradores, ya que a pesar de tener estos compradores otra ocupación principal no desdeñaron la construcción como negocio complementario o para disfrute personal. De todos los compradores malagueños de bienes nacionales fue Manuel Larios Herreros el que más dinero invirtió, provocando una revolución del suelo urbano de tal forma que la burguesía que había tenido puestos los ojos en el campo, puso la vista en le explotación de las propiedades urbanas bien para usarlas como almacenes, lugares donde comenzar un nuevo negocio o para el arriendo. En Málaga las propiedades urbanas que el clero poseía no eran tan importantes en número como en valor, por cuanto gozaban de excelente situación los edificios y eran de gran calidad su arquitectura. En cambio las viviendas en propiedad eran casi inexistentes para la clase menos pudiente.

 


Desde su establecimiento en 1833, el régimen liberal había optado por una opción doctrinaria, que esencialmente, se tradujo en la implantación del sufragio censitario, es decir, en la concesión del voto únicamente a aquellos individuos o ciudadanos varones que acreditasen disponer de unos elevados niveles de renta, por lo que desde un punto de vista político, la posible presión política de una sociedad predominantemente campesina, había sido obviada por la ley y los políticos de turno. Con el sufragio censitario y con mayor o menor rigor, los requerimientos económicos y capacitarios, exigidos a los futuros votantes, dejaron fuera de la participación política a un altísimo número de andaluces, limitando la posibilidad de expresarse políticamente, pues sólo alcanzó el voto a un estrecho segmento de la población que osciló entre el 0,7 y el 2,2% de la población de nuestros pueblos. Los severos requerimientos impuestos a los futuros electores y elegibles hicieron que sólo las oligarquías andaluzas  y un cierto número de otros profesionales, como prósperos industriales o comerciantes pudieran alcanzar escaños parlamentarios. La clave era que todos los instrumentos del Estado, fueron dispuestos a su disposición para que, solamente pudieran ostentar la representación política individuos extraídos de las élites, líderes teóricamente independientes y supuestamente personas a las que, en exclusiva, se les atribuía la capacidad (de ahí lo de capacitarios) de conducir a la sociedad hacia un progreso paulatino y ordenado. A ellos les correspondía la defensa de valores incuestionables como la familia, la propiedad o la autoridad, hasta el punto que la cultura política generada en torno a los mecanismos  de representación política llegó a legitimar el recurso sistemático de los electores y elegibles al fraude electoral, y también la intervención estatal en los comicios, y el uso generalizado del clientelismo para garantizar las victorias electorales de los grupos asentados en el poder.  Quiere decirse con esto que ya en estos años, y de una forma profusa en su uso, Andalucía y sus pueblos vivieron la expansión del caciquismo gubernamental, maniobrado por jefes políticos o gobernadores civiles, y la generalización de las prácticas caciquiles y clientelares entre los notables de cada pueblo y provincia estuvieron a la orden del día.

El poder del cacique sirvió para definir, con un matiz indudablemente peyorativo a las elites políticas locales que no solamente ejercieron un poder político con carácter dirigente, sino abusivo y monopolístico. El poder del cacique pudo nacer de varias fuentes: indudablemente la economía en una de las más fuertes para su toma de fuerza, pero también lo es el ejercer con sus representados un cierto patronazgo que convierte a los demás en clientes. El modelo del cacique es, ante todo, el de dispensador de favores que abarcan una amplia gama que va desde la simple recomendación para el puesto de cartero rural, hasta la construcción de una carretera para el distrito que el cacique representa, pasando por los nombramientos de los cargos políticos, administrativos, judiciales e incluso eclesiásticos. El clientelismo es incompatible con la movilización política de las masas sociales. El carácter clientilistico de la política a nivel local en los pueblos deriva el hecho de la corrupción, la corrupción se convierte así en la esencia del sistema clientelar no es una desviación del camino. El tipo de política clientelista ha existido siempre pero lo verdaderamente característico del sistema caciquil español es que estaba tan arraigado que llegaba a impregnar toda la vida pública y de la perdida de la ideología de la población a nivel local, dándose por tanto la realidad de que los partidos políticos no existían de hecho los partidos políticos existentes no eran solamente partidos de masas, sino tampoco eran partidos de notables, con  lo que los partidos conservadores y liberales de este tiempo se convertían en grupos de “tertulias caciquiles”. El desarrollo de los partidos en el marco de este sistema dio lugar a un tipo de “partidos de turno”, cuyos representantes más claros y netos fueron el Partido Conservador y el Partido Liberal (Tuñon de Lara, M.: (1976).
     
El sistema caciquil, como sistema de vida política española de comienzos del siglo XX, hay que entenderlo, como advierte acertadamente Tussell, no como una creación de la Restauración, sino más bien una herencia del pasado y , además , una herencia que se adaptaba perfectamente a la base social de la política existente en España desde 1876 hasta 1900” El sistema caciquil tiene, por lo tanto, que ser considerado, a comienzos del siglo XX, como un residuo difícil de extinguir, pero ya en crisis, mucho más que como productor de la voluntad de los creadores del sistema político de la Restauración, pensamos al respecto que no sólo es una herencia del pasado, sino que su permanencia en el tiempo corresponde perfectamente con las condiciones existentes de base.


 
Granada 12 de Enero de 2015
Pedro Galán Galán





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