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EL RETABLO DESTRUIDO.

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El Retablo del templo morisco.

   “El retablo destruido de la iglesia morisca”. Este sería el título correcto que hubiera puesto. Nos deberíamos acostumbrar a poner algún adjetivo para diferenciar las dos iglesias y no decir “la  de arriba”, “la de abajo”.



   Tenía ganas de abordar este tema, ya que la autoría del retablo parece que, por la mayoría del pueblo, se desconoce. Se dice que lo hizo Martínez Montañés, Berruguete... Salzillo.  No se trata de poner orden, sino de dar un poco de luz, porque quizá intervinieran otros autores además de los que en un principio hicieron el retablo: Juan de Reolid, en la talla, y Miguel Sánchez en la pintura.

   Nuestra iglesia se construye a caballo entre los siglos XV y XVI. Tiene características moriscas, como las demás iglesias de la comarca, de esta época. Los moriscos eran los antiguos musulmanes convertidos a cristianos; tenían fama, muy merecida, de excelentes trabajadores y buenos artesanos.
 (Detalle del artesonado en madera)

 Parece que en nuestra iglesia trabajan unos moriscos venidos de Andújar, los Ramos. Es de fábrica sencilla, como toda iglesia antigua orientada de este a oeste, nave de crucero y coro a los pies. En la cabecera poseía una espadaña (Según testimonio de Andrés Teruel, ver callejero decimonónico). Como vimos en otra ocasión, se hace fuera del perímetro amurallado, sería la heredera de la antigua iglesia de la Tercia.




   Antes de entrar en la confección del retablo vamos a ver su destrucción, tarea desagradable y todavía espinosa por las circunstancias históricas en que se produjo y lo provocaron; por tanto tratada sin profundizar. Para ello nos basaremos en la “Causa General”. Se trata de una correspondencia, casi siempre escabrosa, que mantienen las autoridades civiles, religiosas y militares de nuestro pueblo, con el juez y fiscal de Jaén, contestando a las preguntas que desde Jaén hacen. Las referencias que pongo son las de las mismas páginas de esta Causa General.




   Tras la conclusión de la guerra civil hay una preocupación de las autoridades provinciales, entre otras cosas y en lo que a este estudio atañe, por “inventariar” las pérdidas que, desde el punto de vista artístico, el patrimonio de la población había sufrido. Son dos los personajes que a nosotros nos interesan: D. José Nieto Delboy y D. Rafael Muñoz Redondo. Aunque hay que adelantar que sus testimonios poco aclaran.

   D. José era uno de los maestros de escuela, no era nacido en nuestro pueblo pero al estallar la guerra ya estaba destinado aquí (en una carta que él mismo firma se inscribe como uno de los detenidos por los milicianos) Página 79.


   Tras la paz fue alcalde y jefe de la Falange. Nuestros abuelos lo recuerdan por la firma tan original que tenía, la cual era causa de admiración y, para muchos, una muestra de su gran talento.




   D. Rafael Muñoz Redondo, conocido por “Padre Antonio”. Curioso personaje, parece que era un “pasota”, o se sentía muy poderoso. No contesta a los requerimientos del instructor de Jaén, por lo que éste se queja al alcalde Página 86, cuando lo hace escribe como con prisa o de mala gana, expresándose mal. Con alguna falta de ortografía más propia de un analfabeto que de la brillantez intelectual de la que tenía fama.

   El comandante de puesto de la guardia civil hace un informe el 17 de abril de 1941 dirigido al juez instructor de la Causa General de Jaén Página 14,  dice textualmente “...el día 12 de agosto los dirigentes al frente de las turvas armadas obligaron a los detenidos a que sacasen de la Iglesia en la que estaban recluidos las sagradas imagenes y objetos de culto las que fueron horriblemente inutilizadas y sus restos haciendo mofa de ellos, y algunos lo tuvieron en las calles durante varios días con los restos de todo cuanto existía en la iglesia y en la ermita, fue trasladado al cuartel de milicias y lo utilizaron para hacer la comida ó rancho.”

   Hay que recordar que la guardia civil abandona el cuartel el 19 de julio de 1936 y se va a Andújar. El cuartel es asaltado, las armas repartidas y muchos se visten con uniforme de guardia civil, Página 14. (El cuartel estaba al final de la calle Gran Vía, lo que después sería la casa del médico don José del Nido).

   El casino fue ocupado y allí se estableció el cuartel de milicias (situado frente a “los arcos” de la plaza).
Imagen de la Página 59, en ella las firmas de las autoridades y de los familiares de los presos que tuvieron el último contacto con las imágenes.

   Las imágenes de la iglesia y de la ermita de El Santo fueron echadas a la calle, donde permanecieron hasta que se las llevaron al cuartel de milicias para servir de combustible para cocinar. Incluso hubo un individuo que a un “santo” le cortó la cabeza y con ella iba por las tabernas donde le daba vino y le ponía cigarrillos en los labios. Página 38.

   En otra carta, Página 60, en contestación a una petición del Fiscal Delegado dice, el alcalde, textualmente: “consecuente con su oficio de 23 de abril pasado participo a V. Que el bando circular que acompañaba fue publicado con profusión y se pasó atención particular al Sr. Cura Párroco para que expusiera los daños ocasionados en el Templo Parroquial, sin que hasta la fecha haya comparecido en esta Alcaldía ni el Párroco ni ninguna otra persona a hacer manifestaciones con aquella referente.
Por su parte esta alcaldía tiene que manifestar que en esta villa fue destruida la Iglesia Parroquial y la Ermita de San Sebastián por los foragidos rojos existiendo en la primera varias imágenes y particularmente el retablo, pieza artística de gran valor que databa de más de un siglo sin que se tengan datos concretos de su fecha.
   No existían en esta villa, bibliotecas de interés histórico ni cultural ni Monumentos de Interes Nacional.

Dios guarde a V.S. Muchos años.
Higuera de Arjona 19 de mayo de 1942."

El Alcalde.

   En otra carta con fecha de 22 de junio de 1942. Se dice que no existen otros monumentos que la iglesia, que allí estaban los presos que fueron asesinados y otros, fueron obligados a destruir las imágenes así como un valiosísimo retablo que según referencia fue valorado en un millón de pesetas  (PÁG. 63). Más tarde al llegar las tropas nacionales a Porcuna llegaron infinidad de evacuados convirtiendo la iglesia en una autentica pocilga, ya que en ella y en montón informe convivieron personas y animales de todas clases (textual).

   Se sigue insistiendo, desde Jaén, pidiendo el nombre de los autores del retablo, de las imágenes, de la antigüedad, ordenando que se amplíe la información.
   Textualmente:
1º.- Autores de las obras escultoricas o pintoricas, que fueron destruidas.
2º.- Fecha en que fueron construidas las mismas
Página 65  (26,6 1942).

   Al fin el párroco contesta (Página 74) 19 de mayo de 1943. En una carta manuscrita “…La iglesia parroquial fue vilmente profanada la llegaron a convertir en cuadra. Las imágenes fueron todas quemadas y destruidas e igualmente el magnífico retablo de estilo barroco que en ella existía. La otra iglesia denominada El Santo fue convertida en prisión, los detenidos en ella fueron obligados a arrojar a la calle sus imágenes…”. Cuando habla del párroco, don Diego Pérez, dice que permaneció preso en el santo algunos meses, lo llevaron a la cárcel de Jaén en donde fue juzgado y absolvido

   Recogiendo todos los datos anteriores nos detendremos, primero, en la aportación de don José Nieto. Habla del retablo valorado en un millón de pesetas. No dice quién hace esta tasación, parece que es una cifra muy redonda, pero tomándola con todas las reservas, un millón en los años treinta era mucho dinero. En uno de los escritos de la causa general, Página 38, la propietaria habla de sus bienes expropiados. Dan un valor de 150 mil pesetas para 100 fanegas de tierra calma, 22 cuerdas de olivas, 50 cabezas de cabras y varios pares de mulos. Esto supondría que el retablo tendría un valor de 666,66 fanegas de tierra calma, 146,52 cuerdas de olivas, 333,33 cabras, 26,66 mulos. Estos datos nos pueden dar una idea del valor del retablo, pero como ya se ha dicho tomando con muchas reservas los dos datos (el del alcalde y los de la propietaria).  Don José tampoco tiene mucha idea, dice que el retablo tenía más de un siglo de antigüedad, cuando en realidad eran casi cuatro siglos.


 (Fotografías actuales, que nada tienen que ver con el retablo original)

    De la aportación de don Rafael no sé qué opinar. Dice que el retablo era barroco, es lo que despista, él no lo conoció, por la fecha en que se realiza es un retablo renacentista. Bien es verdad que la obra pudo continuar con otras aportaciones a lo largo del XVII, y con otros autores. Pienso que lo de “Barroco” se lo inventa, lo pone “a lo loco” como cuando escribe que el antiguo párroco D. Diego fue “absolbido”.


   

Para terminar este ominoso tema una reflexión, esta vez muy acertada, de don Rafael; carta del 15 de  febrero de 1942.
“Siendo por consiguiente los caracteres con los que aquí se manifestó la persecución religiosa, los generales ocurridos en todas partes”.

   Ya, hace más de dos mil años, se decía “Vae victi” (¡Ay de los vencidos!). Frase que aplicaron los dos bandos.

………………..


   El estudio siguiente está basado en el libro“De la tradición al clasicismo pretidentino en la escultura jiemnense”. Del ilustre profesor D. José Domínguez Cubero. (pág. 159).

   La provincia de Jaén es, en el siglo XVI, una tierra muy rica, puntera en el arte. Hay un hervidero de artistas que aquí trabajan y los pueblos rivalizan por sus servicios, algunos vienen de fuera, otros, como el de nuestro retablo, el escultor Juan de Reolid, nacen en Jaén.

Textualmente del autor del libro:
Juan de Reolid se asocia con el pintor Miguel Sánchez para “hacer un retablo de pintura y talla para la iglesia parroquial de Santa María de la Consolación”, que entonces se acabaría de hacer. Es sencilla, tipo cajón, cubierta con armadura mudéjar y coro a los pies.
   El trabajo fue encargado en Jaén por el Visitador del Obispado, doctor Martín Pérez de Ayala, y formaliza la escritura el 11 de mayo de 1542 en la casa donde residía el famoso maestro rejero Bartolomé de Salamanca, que salió, junto a otros, fiador.
   El precio sería a tasación de maestros puestos por las partes comprometidas, pero por los adelantos que se hicieron, hasta cien ducados, y el plazo de año y medio que se dio para la confección, se vislumbra un trabajo de importancia.






   Ignoramos su aspecto por estar el retablo perdido y no aparecer en el contrato las condiciones que describían el formato, pero se habla de unos pilares que se habían de pintar de blanco bruñido adornados de grutescos. Tableros con historias pintadas al óleo y una imagen de la Virgen con el Niño en brazos, en bulto, y metida en un tabernáculo dorado, que estaría centrando el conjunto, como corresponde a la titular. Reolid trabaja en Higuera de Arjona, dividiendo su tiempo con su labor con la catedral de Jaén. (Archivo Histórico Provincial de Jaén. Juan de Herrera, leg. 297, fol 280. Jaén 1542, 11 de Mayo).

  

    Esto en cuanto al retablo, también el autor hace referencia a una escultura que hizo Juan de Reolid, en 1.555,  para nuestro pueblo. Se trata de una Santa Clara que le encargó la cofradía para venerarla en la ermita de su nombre. Hoy sólo se conserva el lugar hecho casa de labor. Era la imagen de cinco cuartos de alta, y obligaba el contrato a entregarla dorada y estofada en el tiempo que corría desde la formalización del encargo, 15 de julio, hasta el día venidero de la santa, a mediados de septiembre. (Archivo Histórico Provincial de Jaén. Sánchez Cachiprieto, leg. 336, fol. 493. Jaén 1555, 15 de Julio).

Hasta aquí lo que nos dice Domínguez Cubero. Veamos las conclusiones.

   Tuvimos una autentica obra de arte. Parece imposible que nuestros abuelos pudieran hacer frente al coste de este impresionante retablo. Además, teniendo en cuenta que se tiene que pagar la segregación de Andújar, de la que se encargó el prior de la iglesia, don Alonso de Zambrana (Ignacio Ahumada, Breve  historia de Higuera de Arjona, pág. 28)  que ascendía a 3000 ducados.

(Talla encontrada en uno de los sillares del exterior del templo).

   Es, cuanto más curioso, que el afamado maestro Bartolomé saliera de fiador, ¿Tendría algún vínculo con el pueblo? Más probable es que hubiera una mano muy poderosa que procuraba el empeño de estos artistas. ¿Algún caballero de la orden de Calatrava, ascendiente de doña Ana de Siliceo, como vimos en la entrada de Lahiguera hace 300 años?

   En la descripción que se hace de la iglesia se dice que es de tipo cajón, lo que nos hace suponer que las naves del crucero se realizan en épocas posteriores. Hay que tener en cuenta que nuestra iglesia morisca tiene una estructura basada en arcos de medio punto que son los que sostienen la carga del edificio, por lo que cualquier ampliación es muy factible.

   


    En el retablo seguro que se hubo cambios, sabemos que lo más destacado del mismo era la talla del “Cristo de las Aguas”. Y no se menciona en el anterior documento. Por eso indicaba al principio que pudieron intervenir otros autores, aunque de los únicos que está demostrada su autoría son los dos indicados. 

   Sería muy interesante, maravillosamente interesante, que hubiera alguna fotografía de nuestro retablo; si alguien pudiera aportarla. O, al menos, descripciones del mismo; todavía hay gente mayor que lo recuerda.

   Como dato anecdótico se podría asegurar que el apodo de “Rulí” de una familia de nuestro pueblo, muchos de ellos albañiles, le vendría de Reolid. Aquel primer antepasado que tuvo este sobrenombre debió ser un “manitas”, alguien que hacía las cosas muy bien, como el que había hecho el retablo.

   Se ha mencionado otra obra de Juan de Reolid, una imagen de Santa Clara. Vimos en otra entrada de este blog que la santa tenía una ermita en la carretera de Villanueva, al lado de la cueva romana. En el documento de Domínguez Cubero se dice que la ermita había desaparecido con tal función, ahora era casa de labor; ya, lo podemos ver,  no queda  ni una piedra. Había una cofradía de Santa Clara que festejaba a su patrona, lo que nosotros hacemos la primera semana de agosto, se hacía a mediados de septiembre. Debió ser una especie de romería, todo alrededor de la cueva. En estos tiempos de rescate histórico, de cuidado del patrimonio, bien se podría hacer algo, un pequeño “monumento”, una piedra o un cartel escrito, que recuerde que en ese lugar se rindió durante siglos culto, que hay una cueva excavada de inicios de nuestra era.

   Hubo en  nuestro pueblo un hermosísimo retablo de incalculable valor, y se perdió. Pero no valía ni una sola de las vidas, de cualquier ideología, que se perdieron.



Manuel Jiménez Barragán.
Lahiguera a 25 de septiembre del 2012.






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